Capítulo 7

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Capítulo 7



—La búsqueda se ha reiniciado: tenemos indicios de que el Capitán puede encontrarse en el sector Amathista. Hemos transmitido la información a nuestros especialistas y están procesándola en busca de algún rastro al que seguir, por lo que es probable que en unos días nos pongamos en camino. Como ya anunciamos, señor Dahl, la visita iba a ser breve.

El maestro Gorren acabó su exposición con una provocadora sonrisa. La luz del atardecer le iluminaba el rostro ahora marcado por la presencia de un ojo artificial. La expedición a K-12 le había arrebatado mucho, desde la vida de su mejor amigo a parte de su propio físico, y aún arrastraba las secuelas.

Se encontraban en uno de los salones de la residencia de Florian Dahl. La sala estaba llena de miembros de ambas divisiones que no cesaban de intercambiar miradas de advertencia y guiños. Ana, sentada junto a su abuelo por obligación, los observaba a todos en silencio, sorprendida por la tensión reinante. Más que nunca se notaba la rivalidad entre las divisiones.

Florian Dahl observó a Gorren con fijeza, sumido en sus pensamientos. Tras él, sus nietos Megan y Liam, David Havelock y el resto de los presentes se mantenían en silencio, a la espera.

Pasaron un par de minutos.

—Así es —admitió Florian al fin—. La visita ha sido breve y lo agradezco. Confío en que su partida será tan silenciosa como su llegada: Raylee es un lugar tranquilo.

—Lo será, desde luego. Nuestro objetivo no era el de molestar ni incomodar a nadie, lo sabe —respondió Gorren—. Pero existe cierto inconveniente por el que me encuentro hoy aquí. De no haber habido ningún contratiempo habría partido sin más, sin causar alboroto alguno. No obstante, la localización del sector Amathista es problemática. Como habrá podido ver, somos bastantes los agentes de la M.A.M.B.A. aquí presentes. Contamos con muchos más, desde luego, pero se encuentran muy lejos de aquí: demasiado. Tardarían meses en alcanzarnos. Es por ello que, teniendo en cuenta los indicios, acudimos a usted en busca de apoyo. El Capitán no es enemigo solo de la M.A.M.B.A., sino de toda Mandrágora. Debemos detenerle cueste lo que cueste.

—Si realmente es un enemigo de la organización, ¿por qué no ha sido declarado como tal? —preguntó David Havelock alzando el tono de voz—. Aunque conozco perfectamente las capacidades del Capitán y de sus hombres, pues yo mismo las viví en Ariangard, no nos encontramos ante un objetivo global. Mandrágora no se ha posicionado al respecto, maestro Gorren, así que no puede ser considerado un enemigo público. Este problema, por desgracia, es únicamente suyo.

Ana volvió la mirada hacia David, escandalizada ante tal atrevimiento, pero no dijo nada. Sabía que no debía intervenir. Aunque estuviese allí presente al igual que muchos otros agentes, tan solo aquellos que ostentaban mayor rango y los maestros podían participar en la reunión. El resto, entre ellos la propia Ana, Elim, Tiamat o los tres hermanos menores Dewinter, tan solo eran oyentes.

Apretó los puños bajo la mesa, furiosa. Aunque podía llegar a entender la posición de Havelock, le dolía que le estuviese dando la espalda de aquel modo.

Al otro extremo de la estancia, Veryn y Philip Gorren intercambiaron una rápida mirada cargada de complicidad. Al parecer habían esperado aquella respuesta.

—Me sorprende esa respuesta por tu parte, David —exclamó el maestro Gorren con cierta reticencia—. Creía que el haber luchado juntos en K-12 te habría abierto un poco los ojos.

—No voy a negar la evidencia, maestro —respondió el aludido—. El Capitán es un problema, una amenaza a tener muy en cuenta: todos somos conscientes de ello. Sin embargo, hay que ser realistas. Mandrágora tiene demasiados enemigos con los que lidiar como para permitirnos el colaborar con vuestra causa.

Dama de Verano - 3era parteWhere stories live. Discover now