Capítulo 16

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Marcus

Solté un largo suspiro al sentir un gran sentimiento de satisfacción, me sentía con tanta calma que no quería levantarme de la cama. Gire de mi lugar extendiendo mi brazo en busca de su presencia pero no la encontré, abrí los ojos para percatarme que ella ya no se encontraba a mi lado, eso era tan extraño, toque el lugar donde antes ella se encontraba para sentir lo frío que estaba lo que significa que ella ya tenía mucho tiempo levantaba.
Fue extraño al principio pero recordando un poco sobre ella me hizo pensar en la posibilidad de que estuviera preparando el desayuno, ella siempre fue así, tan hogareña y cálida. Me levante de la cama para vestirme con la ropa que ya hacía en el suelo, salí de la habitación con una sonrisa en espera de verla pero solo la soledad me invadió, me acerque a la cocina para ver una nota pegada en el refrigerador.

Tengo trabajo que hacer. Te prepare el almuerzo y algo de comer,volveré para la cena. Y no olvides descansar correctamente.
Nada de trabajo, hablo enserio.

Arianwen.

Sonreí al leer su nota, era irónico que fuese ahora ella la maniática del trabajo. Tomé la nota para volver a mi habitación y guardar la nota junto con todas las demás, tomé asiento en la silla de mi escritorio para ver aquel cajón donde guardaba todas y cada una de las notas que Ari me dejaba, nunca supe cuando fue el inicio de todo esto, simplemente las arrojaba en el cajón para luego tirarlas en la basura pero eso nunca sucedió.

Ni siquiera recuerdo cuando fue el momento exacto en el que Arianwen Xique comenzó a gustarme, nos conocemos desde siempre, no sólo fue mi vecina de enfrente, nuestros padres siempre fueron grandes amigos y socios en el trabajo por lo que era normal verla en todas partes. Aunque realmente nunca fui del todo consciente de ella, siempre fue a mi parecer alguien torpe y es una opinión que creció con el tiempo, nuestros hermanos crecieron y formalizaron su relación por lo que el tiempo juntos incremento lo cual hizo que me diera cuenta que esa torpeza también podía ser un iman hacia las personas, no lo digo solo por el hecho de que golpeó mi rostro contra su ramo, mancho mis pantalones con betún rosado y me lanzó por accidente a la piscina en pleno brindis, sin contar las veces en la que terminamos juntos en el hospital por heridas pequeñas o un hueso roto, esas constantes torpezas podían volver loco a cualquiera pero cuando la miraba con esa sonrisa tonta siempre terminaba perdonando todo, sin importar el daño que recibiera pero aún así me negaba a aceptar cualquier sentimiento romántico, no quería que fuese alguna distracción pero todo cambió cuando la vi llorando ese día, no era la primera vez que le rompían el corazón, ella nunca era buena para el amor pero nunca la había visto herida de esa forma, en verdad había salido lastimada en aquella ocasión y me sentí como un tonto al no saber que hacer por ella, solo me limite a observar desde la lejanía hasta que se presento la oportunidad. A diferencia de Arianwen, su hermana era más perspicaz y sabia muy bien lo que yo sentía hacia Ari, por eso la reto a propósito a intentar salir conmigo, nunca quise participe de algo así, yo no quería ser consciente de mis sentimientos y ella estaba herida pero aún con todas las objeciones dentro de mi cabeza terminé aceptando, aunque nunca fue la relación soñada, no quería ser la segunda opción pero tampoco podía dejarla sola así que solo me limite a mantener su mente ocupada de la única manera en la que yo sabía hacerlo, trabajando.
Nuestra relación no fue normal, casi siempre discutíamos, era consiente de que tenía que poner de mi esfuerzo para conquistarla y que tenía que valorarla pero yo no quería que nuestra relación empezará por una apuesta y tampoco quería forzarla a tener sentimientos que no había, por eso incluso aunque me dolió acepte terminar con ella y trate de fingir que no importo pero la verdad es que si y mucho. Quería hacer las cosas diferentes esta vez, quería decirle que siempre prestaba atención a cada una de sus palabras, que siempre me reía en secreto de sus chistes, que compre regalos que nunca le pude dar, que guardaba cada una de sus notas, que siempre comía sus comidas, que siempre me presentaba a cada una de nuestras citas pero me quedaba desde la lejanía, que sin que se diera cuenta siempre le tomaba una fotografía cuando la veía sonreír, que la razón por la cual le di ese dinero cuando terminamos era para que acompletará para su negocio soñado, que siempre estuve orgulloso de ella porque tuvo el valor de realizar todo por si sola y con su propio esfuerzo, quería decirle que siempre e sido consciente de ella incluso antes de que yo mismo me percatara de ese hecho.

¿Aceptas Este Amor? Si... No... ¿Tal Vez? Where stories live. Discover now