Final

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20 años más tarde....

Regresar a esa escuela luego de tanto tiempo, me producía una clase de nerviosismo exagerado, no podía ni creer lo cobarde que me había vuelto.

Kardia y yo analizamos la posibilidad de ir, una y otra vez. No nos fuimos con una buena sensación, ni siquiera fuimos al baile de despedida, pero tampoco diré que no la pasamos bien, especialmente esa noche.

Escribimos una historia paralela, ajena a todo lo que pasó en esos inestables años de estudiante. Íbamos a clase y fuimos muy buenos alumnos de lo que quedó del año, no quería sobresalir pero tampoco hacer notar nuestro desagrado. Vimos como Asmita y Deuteros se besaban, y observamos como Dohko iba a cierto lugar todas las noches. 

Recuerdo todo eso a la perfección y ahora Kardia, el bello de Kardia, conducía ese lugar que durante días quisimos escapar.

Kardia y yo, ya no éramos los mismos, para nada. Cada día notamos que nos salen más canas y nuestras arrugas se marcaban. Pero él sigue hermoso como siempre y el amor que sentimos no se había ido, pero sí se había transformado.

Me lo quedé mirando y vi lo atractivo que se había vuelto con los años. Agarre un mechón rebelde y lo coloqué suavemente detrás de su oreja y él sonrió.

- No quiero entrar... - afirmé.

- Yo tampoco, por eso observaremos de lejos y confirmaremos nuestras sospechas.

Kardia estacionó lejos, justo donde estaban esas horribles flores blancas; ahora no había nada, solo el césped seco, las flores murieron, el olor se había ido.

Miramos nuestra vieja escuela, era tan horriblemente presumida, solo nuestros padres hubieran tomado esa decisión.

- Ya están llegando...

Claro... sabíamos algunas cosas de ellos, pero era inevitable no querer saber en cómo sus rostros se habían transformado, dicen que la vida que llevaste la tienes plasmada en tu cara.

Albafica, lucía extraño, se abrazó con Manigoldo por varios minutos, su cabello no estaba peinado y noté que bajó de peso. Lo único que sabía era que se había divorciado y Manigoldo... él seguía enamorado de Albafica. A esa edad, después de tantos años, yo no era el mejor ejemplo.

Kardia me pidió los binoculares, eramos dos morbosos en el teatro que estábamos viviendo.

- Albafica no se ve bien.

- En realidad, no. Debe ser por todo lo que ha pasado... alguien mayor que él se aprovechó de niño, cuando eres joven estás enamorado y piensas que vives un sueño. Eres adulto y sientes que te han arruinado la vida, peor cuando te casas y tienes una relación más que tóxica.

- Sí... antes lo veía de otra forma, justo Manigoldo acaricia su cabello, las personas nunca dejarán de tomar ventaja de él... tendemos a repetir patrones. ¡Oh, Degel! Ahí está Sisifo, Aspros... Unity... - Kardia señaló a lo lejos.

- Qué hace él ahí - pregunté extrañado.

- Se ve igual que siempre... maldito bastardo. Con su cabello perfectamente peinado y sus pantalones ajustados.

- Él siempre fue menor que nosotros. Obvio que se iba a ver tan joven.

Tan joven...

- ... qué pena que no se ha muerto todavía...

Me extrañó el comentario de Kardia; con la edad, solía maldecir mucho, pero  sentí por un momento que era más que exagerado. Unity, no era nadie importante en nuestra dinámica, no entendí la molestia de Kardia ahora.

Jasmine Nights (Saint Seiya)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora