Capítulo tres.

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«Desearía ser Heather»

Heather (Conan Gray)

-Voy a llevar a Taylor a su casa

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-Voy a llevar a Taylor a su casa. No sabe que no estoy en la escuela -comentó Harry mientras se ponía de nuevo los zapatos. Louis asintió mientras se estiraba.

-Le das mis saludos.

-¿Dónde vas? -preguntó Harry al verlo ponerse también sus zapatos.

-A dar una vuelta, te veo en un rato.

Y se fue sin darle chances a que dijera algo. Tenía un gusto amargo en la boca que se le instalaba después de compartir ese tipo de momentos y que luego simplemente se acaben porque recordaban que Taylor existía.

Louis no la odiaba, no le caía mal, no tenía nada contra de ella, pero a veces se encontraba preguntándose qué tenía ella que él no, y cómo Harry no se daba cuenta de que nadie podría quererlo de la misma forma en la que lo hacía él.

Vió el auto de Harry partir y luego suspiró con la intención de volver a la habitación de nuevo porque se quedó sin ganas de salir.

-¡Hey, espera!

Louis se dió la vuelta topándose con un par de ojos azules gigantes. Tenía su estatura y olía ligeramente a tabaco.

-Me llamo Niall -se presentó estirando la mano que Louis no tardó en sacudir a modo de saludo -. Me mudé está mañana, espero llevarnos bien.

-¡Digo lo mismo! Soy Louis -le sonrió.

Charlaron un rato sobre la vereda. En algún punto Louis le preguntó por su acento y Niall explicó que venía de Irlanda, que a pesar de sus años viviendo en Inglaterra nunca lo había perdido. Tenía su edad y casualmente se había inscrito en la misma escuela a la que él y Harry asistían. Era fácil mantener la charla con Niall, era alguien simpático y Louis no podía evitar relacionarlo con un cachorro.

-Me alegraría que vinieras a comer, claro si no tienes nada que hacer ¿Qué dices?

Louis pensó sus opciones. Miró sobre su hombro la casa que compartía con Harry y por muy tentador que sonaba la idea de volver y acurrucarse en cama, terminó aceptando por cortesía. De todos modos tenía hambre y Niall era un sujeto realmente agradable.

-Me encantaría.

La casa de Niall era un desastre por dentro. Había cajas sin abrir regadas por todos lados pero a él no parecía importarle y Louis no le dió mucha importancia. Olía dulzón y ya había planes de pintar las paredes de un color diferente al blanco que tenía.

-Sientate dónde quieras -dijo Niall -. Todavía no han traído la mesa y las sillas así que lo haremos a la antigua y comeremos en el piso.

Más tarde llegó un muchacho alto de ojos miel y cabello negros. Se presentó como Zayn Malik, a él lo saludo con un apretón de manos y a Niall con un beso en los labios. Louis no dijo nada al respecto pero no pudo evitar sentir curiosidad.

-Lamento el desorden, no tuvimos tiempo de ordenar casi nada -mencionó Zayn mientras se quitaba la chaqueta que llevaba -, pero siéntete cómodo. Usa las cajas de sillas si así gustas.

-No te preocupes. Tengo el mismo desorden en mi habitación y eso, que llevo un tiempo viviendo ahí.

Zayn era agradable. Le ofreció un cigarro porque tenía ese mal hábito del que no había podido deshacerse por mucho que quiso. Salieron afuera por pedido de Niall, contrario a Zayn, el odiaba el olor a tabaco. En algún momento Louis le preguntó sobre su relación, por simple curiosidad y por cortesía. Zayn lo miró de reojo, analizando sus palabras y terminó por confiar.

-Lo conozco desde hace un par de años. Yo tenía diecinueve y él dieciséis cuando se mudó a mi ciudad, fue amor a primera vista pero nunca se lo dije y él no sabía de mi existencia. Dos años después lo encontré en una fiesta, lo invité a bailar y el resto es historia. Fue muy apresurado, todo ocurrió rápido, pero le pedí ser mi novio y un año después, estamos aquí, juntos, porque su familia simplemente no lo acepta.

-Es... triste. Pero supongo que las cosas pasan por algo.

Luego regresaron adentro, para ayudar a Niall con el almuerzo, nada muy elaborado. Carne y ensalada que olía y sabía mucho mejor. Se sentaron en el suelo como Niall había indicado y por un momento, se olvidó de Harry, de Taylor, de todo. Los miraba encantado de la complicidad que había entre ellos, las sonrisas, los gestos, las bromas que solo ellos entendían (y que ponían incómodo a Louis por no entenderlas), las anécdotas, el amor que irradiaban. Le parecía loca la forma en la que se habían conocido y como todo se fue acomodando a su favor. Niall estaba en su último año al igual que él, mientras que Zayn había optado por trabajar y mantenerlos a ambos con tal de que a Niall le fuera bien en sus estudios.

-Pero no creas que lo hago desinteresadamente ¿Eh? Cuando Niall tenga su título universitario, entonces será su turno de mantenerme.

-Si... te mantendré...

Entre risas, Louis agarró su teléfono luego de sentir que vibraba y se encontró con un par de mensajes de Harry.

«¿Dónde estás? ¿Ya vuelves a casa?»

«Taylor vino conmigo a casa, dime si te molesta!»

«¿No planeas contestarme?»

«NO PUEDO CREER QUE ME ESTES IGNORANDO»

« :( »

Louis tenia una pequeña sonrisa mientras leía y releía los mensajes. Guardó el teléfono y se dispuso a comer lo que tus anfitriones le tenían preparado. Cuando estuvo lleno y totalmente satisfecho, agradeció la comida, y aunque sonaba tentadora la idea de quedarse, no siempre iba a poder huir de su realidad.

-Puedes pasar cuando quieras. Las puertas de nuestro casa siempre están abiertas.

-Lo tendré en cuenta, Zayn. Nos vemos luego.

Se dirigió a su casa. Abrió la puerta despacito, pensando que ellos podrían estar en la habitación, pero los encontró en lo que parecía ser el momento más romántico de la pareja. Louis que llevaba años conociéndolo, nunca lo había visto bailar porque era malo para hacerlo y porque odiaba la música lenta, pero ahí estaba, en la sala, con sus manos alrededor de la cintura pequeña de Taylor, moviéndose de un lado al otro, murmurando cosas en voz baja que los hacía reír a ambos. Nunca lo notó, porque en ese momento, Harry Styles solo tenía ojos para ella y Louis se preguntó si ella era conciente de lo afortunada que era.

Suspiró cerrando la puerta con la misma delicadeza porque no fue capaz de interrumpir ese momento. Si tú eres feliz... entonces también lo soy, pensó, pero estaba lejos de sentirse así.

Se sentó en el peldaño de la puerta y se quedó pensativo. Harry realmente iba en serio con ella. Se había tomado el trabajo de quitar los muebles de la sala para transformarla en una modesta pista de baile. Casi podía imaginarse a Taylor pidiéndole que lo hiciera por el simple gusto de verlo bailar. Y que bonito se veía, pensó, todavía con el corazón hecho un puño y se preguntó nuevamente si Taylor sabía lo afortunada que era por tener a alguien como Harry a sus pies.

Y sin querer se imaginó que el que bailaba adentro con Harry, era él y terminó sintiéndose peor.

Mi Admirador Secreto » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora