Capítulo 25

1.5K 157 68
                                    

«Pero no tenías que alejarte, hacer como si nada hubiera ocurrido o que nunca fuimos nada. Y ni siquiera necesito tu amor pero me tratas como un extraño y se siente tan duro»


Harry miraba la puerta unos segundos antes de volver su vista hacia el reloj. Cada tic  tac que oía era martirizante. El silencio en la casa, por supuesto, no ayudaba.

¿Qué diría cuando Louis cruzara por esa puerta? Si es que lo hacía, y de no ser así ¿Cómo lo afrontaría? ¿Cómo salir de esa rutina que era Louis, a la que estaba acostumbrado?

La puerta se abrió, quince minutos después del que reloj marcara las ocho de la noche. Harry se paró rápidamente del sofá al verlo. Louis lucía igual, a excepción de que sus ojos lucían extraños.

— Louis -dijo torpemente Harry acercándose a él. —, me-me tenías preocupado ¿Estás bien? -preguntó a lo que Louis asintió. — Louis, necesito que hablemos de lo esta pasando. Sé que podemos encontrar una solución. Esto… esto no tiene que terminar.

Louis suspiró y asintió. Cerró la puerta y luego lo miró. — Tomé una decisión -dijo con una tranquilidad demasiado escalofriante. —. Voy a irme de aquí.

Harry no lo proceso al instante. Espero unos minutos antes de mirarlo completamente incrédulo. — ¿Irte? -preguntó desorientado. — ¿A dónde? ¿Por qué? ¡No debes irte!

Louis se encogió levemente de hombros. — ¿Y para qué quieres que me quedé? -preguntó caminando hacia su habitación. Harry no dudó en seguirlo. — No puedo estar aquí, contigo, luego de todo lo que pasó. No puedo hacerme el gran estúpido y fingir que no pasó nada. No es mí estilo. Solo voy a alejarme y a tratar de superarlo.

Comenzó a guardar sus cosas en un bolso pequeño.

— ¿Y dónde irás? -preguntó Harry rendido en el marco de la puerta. Entendía sus razones pero eso no quería decir que no le dolía.

Más le jodía mentirle, aunque estaba seguro de que no entendería si se lo explicaba; después de todo sonaba loco decir que el padre de Taylor lo había amenazado. Y no menos importante, Taylor estaba embarazada.

— No lo sé -contestó Louis terminando de meter ropa. Cerró el bolso y se lo cargó al hombro. —, por ahí, supongo.

Pasó a su lado, completamente indiferente. Harry tuvo la tentación de detenerlo pero no lo hizo. Respetaba a Louis más cualquier cosa en el mundo, y si él no quería saber nada de él, lo aceptaría. Eso era lo los mejores amigos hacían, después de todo.

— No tienes que ir -insistió, deteniéndolo antes de que Louis abriera la puerta. —. Quédate al menos hoy, y yo me voy. No tienes que irte Louis.


— Lo aprecio. Pero pasó -dijo abriendo la puerta. —. Esto es lo mejor para ambos.

— No es lo mejor para mí -murmuró Harry deteniéndolo por segunda vez. — Así que no hables por mí, que el que te vayas, no me hace ningún bien.

— Quedarme tampoco me hace algún bien -murmuró Louis en respuesta. —. Adiós Harry.

La puerta se cerró. Ese lugar al que alguna vez llamó hogar se sintió enorme. No era lo mismo si Louis no estaba ahí.

Tragó saliva y secó rápidamente esas lágrimas que se escaparon sin su permiso.

No podía llorar por perder algo que básicamente siempre había sido inalcanzable. Un futuro con Louis era tan distante como querer tocar una estrella. Taylor también estaba ahí, con un hijo de ambos.

Mi Admirador Secreto » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora