Capítulo 35 Final.

2.2K 147 152
                                    

«Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos»

Harry estaba haciendo un perfecto papel manteniendo una sonrisa, parado en altar, esperando que la música que anunciaba la entrada de Taylor sonara, y agradeciendo a aquellos que se acercaban a saludarlo y le deseaban lo mejor.

Anne lo miraba desde las butacas del frente, vistiendo tan elegante como en cada ocasión importante. Lucía tan decepcionada como lo había estado Louis, y como seguramente, lo estaba su papá. A Harry le gustaría hablar, explicar porqué se encontraba parado; que quería a Taylor pero que no quería esto.

Se sentía asustado.

Todos esperaban algo de él; algo que no podía dar. Porque no podía ser el hijo que Desmond quería; ni el amigo que Johanna creía que era; ni el esposo que Taylor ansiaba. Ni mucho menos entregarse al amor que sentía por Louis. Y tampoco creía ser el padre que el niño que venía en camino quería.

Necesitaba llorar. Porque todo lo que quería, no estaba en esa sala llena de personas que no conocía, ni tampoco de la mujer que se había puesto un vestido dos tallas más grande porque había aumentado de peso. Taylor se encontraba caminando hacia el altar cuando Harry comenzó a cuestionarse lo que estaba haciendo; lo que estaba por decidir.

Taylor sonreía, tan bonita como siempre.

Pero Harry pensaba en otra persona, la misma que para esas horas debería estar en el aeropuerto.

No era el momento más indicado, ni la situación pero Harry no pudo evitarlo. Comenzó a recordar cada momento de su vida desde que Louis había llegado a ella. Como una pequeña pelea por un juguete le había cambiado la vida; la forma en la que Louis se había unido a cada propuesta que le hacía; desde la más loca a la más compleja. Entendió que no se trataba de años de amistad. Se trataba de años de confianza, pero no cualquier tipo de confianza, sino de ese tipo de confianza que se tiene cuando uno quiere de una forma mucho más que fraternal.

Mucho más fácil de explicar. Porque Harry estaba seguro de que, si lo pensaba más a fondo todo se volvía aún más claro. Había estado enamorado de Louis mucho más antes de saber que significaba el amor, mucho más antes de siquiera entender en lo que se metía, lo que apostaba y lo que perdería.

Y era el momento menos indicado para tomar una repentina decisión.

No cuando Taylor ya estaba a su lado y el padre había comenzado a leer pasajes.

Harry se sentía inquieto.

Y no podía escuchar lo que decía el padre cuando su corazón gritaba por ir tras Louis. Porque ese miedo que se le había instalado en el pecho no lo dejaba respirar tranquilo. Louis estaba por hacer algo exageradamente innecesario. Viajar a otro país para olvidarlo no podía ser la solución.

Así como tampoco podía casarse con la persona que no amaba



— Lo siento -susurró muy bajo antes de echarse a correr.

No supo que mirada le dió Taylor ni que pensaron los invitados. Le importaba poco cuando el el otro extremo de la ciudad, Louis probablemente abordaba un avión hacia vaya uno saber dónde. Harry no podía permitirlo. No podía perderlo. No de esa forma. No sin antes arreglar, cerrar todo lo que había quedado abierto.

Porque Harry no quería perderlo sin antes dar una última pelea.


No le dió tiempo de coger su auto, ni de dar explicaciones. Comenzó a correr tan rápido como sus piernas lo permitían. Le dolían los huesos pero era ese tipo de dolor que se podía soportar, si con ello, significaba que podía detener a ese amigo que tenía, que además de terco era necesario.

Mi Admirador Secreto » Larry StylinsonWhere stories live. Discover now