Capítulo dos.

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«Dime que me necesitas más y más cada vez más. No me dejes ir, solo quedate»
Never let me go (Lana del Rey)

Una noche, Louis Tomlinson tuvo un arrebato de valentía que lo llevó a buscar hojas, revistas y dejar su corazón al desnudo para escribirle una carta a la persona que llevaba amando desde que tenía memoria

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Una noche, Louis Tomlinson tuvo un arrebato de valentía que lo llevó a buscar hojas, revistas y dejar su corazón al desnudo para escribirle una carta a la persona que llevaba amando desde que tenía memoria. El plan era simple. Dejar la carta en el casillero y luego, dejarlo en manos del destino.

Conocía a Harry Styles desde que era niño. La primera vez que lo vió pensó que era raro. Harry era de esos niños que no le temían a rasparse las rodillas, con una imaginación infinita que Louis por alguna razón que no recuerda, de niño odiaba.

Harry siempre fue encantador. Llevaba dos semanas en la ciudad pero se había hecho amigo de todos en el vecindario y para su mala suerte, resultó también ser su compañero de clases. Siempre estuvo celoso de la atención que recibía.

Una pelea por un juguete fue como todo comenzó; una pequeña pelea que terminó con Harry teniendo un pequeño rasguño en su mejilla y con Louis llorando por un jalón de cabello. Terminaron sentados ambos en penitencia en una esquina del salón, minutos de largo silencio se rompieron con una simple frase que salió de los labios de Harry.

“¿Y tú cómo te llamas?”

Desde entonces, nada los separó. Tuvo la dicha de crecer con él, de conocerlo en sus peores momentos, vivir a flor de piel los mejores y reir hasta el cansancio. Lo vió en cada etapa, desde sus brotes de rebeldía hasta la melancolía del primer corazón roto. Nadie lo conocía tanto como él, nadie era capaz de entenderlo como él, Lo conocía desde siempre y no pudo imaginar su vida sin Harry a su lado por mucho que quiso y tal vez fue esa la razón que lo llevó a estar irremediablemente enamorado.

Pasó sin él quererlo, y cuando quiso arreglarlo, se dió cuenta de que lo tenía tan metido en el pecho que hiciera lo que hiciera, nada funcionaria. Intentó sacarlo del corazón a la fuerza, pero fue imposible. Ni siquiera cuando entendió que Harry nunca lo miraría cómo lo hacía él, ni mucho menos cuando Taylor apareció y Harry se enamoró tanto, que alguna vez ebrio le habló sobre querer casarse.

Y eso le rompía el corazón, sin embargo, se guardaba la sensación para si mismo y nunca dejaba en claro lo que era estar enamorado de alguien que ya estaba enamorado.


—Enserio ¿Qué te sucede hoy, Lou? El timbre sonó hace como media hora ¿Te vienes? -preguntó Harry sacándolo de sus pensamientos. Solo entonces fue consciente de que no había prestado atención en clases, que el timbre había sonado y que era cuestión de tiempo para que Harry encuentre la carta.

—Que no me pasa nada, hombre. Estás obsesionado con el tema -dijo y esperaba que no notara lo nervioso que se sentía.


—Es que estás raro hoy -señaló Harry observándolo ponerse de pie torpemente. No dijo nada más al respecto, pero no dejó de mirarlo —. Pero, si tú dices que nada sucede…

Mi Admirador Secreto » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora