Ascensión

74 10 11
                                    

Mientras tanto, en Thyria, todos los mariscales, a excepción de Allea y Midari se han reunido por orden de Jacob.

- Compañeros, nos hemos reunido hoy aquí por diversos motivos, es posible que se avecine una crisis. Allea ha abandonado su castillo en Vilendar y Midari ha sido ajusticiada por traicionar al régimen.

Se hizo un silencio. Jacob paseó por la sala del trono, mirando las caras, no solo de los otros mariscales, sino también las de sus compañeros de grupo.
El cáliz de los sirenoides se encontraba en una mesa, a la vista de todos.

- Lo primero, ¿hay noticias de mi hija?

Nadie dijo nada. Grag negó con la cabeza y bajó la mirada.

- Tomaré eso como un no...
Supongo que recordaréis los incidentes en Sharis y Jotum... Pues bien, el kobold ha desaparecido según el informe de Huarg. Muchas coincidencias, ¿no creéis?

El miedo se respiraba en el ambiente, algunos de los presentes estaban sudando.

- Quiero que, en este momento, si alguien tiene la más mínima idea de la posición del kobold o el paradero de Allea, me informe ya.

Nadie dijo nada. Huarg tragó saliva.

- Elena, dime, ¿por qué alguien querría traicionarnos?

- No lo sé, señor. Sería estúpido enfrentarse a todos nosotros, al mundo entero.

Jacob asintió.

- Grag, tú eres probablemente el estratega mejor preparado de Lokran, dime, ¿esto podría obedecer a alguna extraña estrategia?

- No lo descartaría, señor. En el peor de los casos, Allea nos habría traicionado también, trataría de reunir un poderoso grupo de aliados y atacarnos uno a uno.

- Porque juntos somos invencibles, ¿no?

- Con su increíble fuerza cualquier grupo sería invencible.

- Prefiero no arriesgarme. De ahora en adelante, el grupo de paladines de Elena y el grupo de orcos de Grag se unirán a mi.

- Será un honor para todos nosotros, mi señor.
Respondió Elena.

- También para nosotros lo será.
Añadió Grag.

- ¿Y el resto, mi señor?
Preguntó Osrug.

- Tengo planes para vosotros, pero es importante que los sigáis al pie de la letra. Esta noche, en cuanto asome la luna, vais a salir de Thyria a patrullar. Si descubrís algo extraño, utilizad un pergamino de portal y avisadme.

- ¡Sí señor!
Contestaron el resto de mariscales.

- Antes de que os vayáis, tengo que comunicaros algunas cosas más. Lo primero, Huarg ha estado visitando todos los rincones de nuestro mundo y no ha encontrado grandes peligros, a excepción del kobold, nadie ha atacado ciudades o aldeas. ¿Habéis tenido algún percance desde la última vez que nos vimos?

Nadie respondió. Jacob siguió paseando tranquilamente, observando las caras de todos los presentes, hasta que se detuvo ante Gortham, uno de los mariscales.

- Gortham, ¿has tenido algún problema?

- No señor, ninguno. Después de tantos años, ya nada puede hacer frente a la civilización.

- Espléndido. Ya me quedan pocos temas para tratar, así que reservaré lo mejor para el final. ¿Alguien desea pedirme algo?

- Señor.

- ¿Sí, Saúl?

- Quisiera preguntar si alguno de los mariscales posee conocimiento nuevo, para ampliar nuestra sabiduría, sobre todo en lo referente a la magia.

El último rey goblinWhere stories live. Discover now