Pesadilla [COMPLETA] [+18]

Capitulo 17

—Dime ¿Qué te ha traído aquí?

—Una lectura de tarot

—Creí que esas eran tonterías— Rió un poco ante la frase que alguna vez dije, era algo que hasta a mí me dio gracia

—Jajajaja no olvidas con facilidad. La verdad es que lo que me dijiste la vez pasada se cumplió. Debo admitir que todo es cierto; además de que tener a un demonio contigo te convence un poco más.

Entramos a la habitación y antes de comenzar, habló Violet.

—¿Cuál es tu pregunta?

—¿De qué hablas?

—Viniste no por ti sino para saber de alguien más, dime ¿Quién es esa persona?

—¿Cómo sabes eso?

—¿Tengo que recordarte que soy bruja?

—Es verdad— Dije algo apenada— Su nombre es Joseph Blake

—Un hombre, Jasper no estará feliz si te ve con él... en fin, comencemos. Ese hombre forma parte de tu pasado, un pasado en que lo amaste pero él se marchó por su trabajo o por la escuela. Ha vuelto a tu vida pero...— Hizo una pausa y me vio— ¿De verdad quieres saber?

—Dímelo de una vez. Jasper fue quien plantó la duda en mi mente

—Muy bien— Suspiró y continuo— Tú aun sientes algo por él pero él ya está casado— Está casado... ahora entiendo a lo que se refería Jasper; ¿Por qué te esfuerzas para estar con alguien que ya está casado? esa era la pregunta completa. Mi corazón se partió al escuchar eso. No era una novia, sino una esposa— ¿Quieres que continúe?

—Sí— Vine por la verdad, no pienso quedarme a medias

—Ok... su esposa está embarazada— Eso no me lo esperaba y me dolió más de lo que pensé— Lo único que busca en ti es acostarse contigo. Veo golpes pero está algo borroso, creo que es una pelea.

—Gracias Violet

—¿Estás bien?

—No... quiero irme a casa

—¿Quieres que te acompañe?

—Gracias pero así está bien

Mi corazón duele como el infierno. Me despedí de Violet y me fui directo a casa. Lo bueno es que no veré a Joe al menos unos días. Subí a mi cuarto; quiero dormir.

Dormí demasiado, ya es tarde. Bajé a comer algo aunque no tenía hambre, no debo estar sin comer. No pienso llorar, no quiero hacerlo y no lo haré; soy más fuerte.

Ya era de noche, me duché y me recosté pero no podía sacar de mi mente eso él ya está casado y su esposa está embarazada, tal vez era muy masoquista por pensarlo pero debía asimilar la idea de alguna manera. Sonó el timbre de mi casa, sea quien sea, puede irse al infierno...

Han pasado dos minutos y no han parado de tocar. Decidí bajar a abrir la puerta.

—No es cierto...