CAPÍTULO 08

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Los días y las clases pasaron rápido, en la espera de la gran fiesta anunciada por doquier, o quizás era solo era así para mí, últimamente tenía mucho entretenimiento del que había experimentado en -probablemente- toda mi vida. Inna iba a buscarme todas las mañanas antes de entrar a clase, me acompañaba a almorzar y algunas noches me invitaba a su apartamento a ver friends, aunque siquiera me gustaba, pero era lindo tener compañía, o pretender que no entendía los remates de los chistes, para que ella buscara maneras... extrañas de explicármelos.

Por otro lado, Emily había estado envolviéndome constantemente en cuestionamientos sobre mis libros, mis personajes, e inclusive mis lectores más fieles. También me preguntaba diariamente si había vuelto a recibir otro mensaje de aquel número desconocido, luego de habérselo informado solo para confirmar que no me odiaba tras el beso con Rayhan... De igual forma, yo había asumido que el mensaje podía ser una distracción, (teniendo cuenta que solían serlo en mis libros) para llevarnos por el camino contrario a las respuestas; va, más bien llevarlos, porque yo no estaba siendo para nada incluida en la investigación, por fuera de los interrogatorios. Pero tampoco me quejaba, sabía que le estaba restando más importancia de la que debería, pero no era un tema en el que quería estar hundida diariamente. Inna me aportaba alejándome de todo aquello que me carcomía durante los silencios. Inna no conocía el silencio.

Emily tan solo se había comunidado conmigo -por fuera de las muertes- para rogarme que, al igual que todos los trabajadores del periódico, llevara el disfraz un rojo que nos representaba como "la resistencia". No sabía a qué nos resistíamos, pero era una buena excusa para no pensar demasiado en el disfraz.

No sabía si me quedaba bien. No era más que un traje rojo.

La puerta del baño no conseguía ahogar el sonido de la música, y noté que se volvía algo -aún- más imposible cuando tantas chicas entraban y salían en cuestión de segundos.

La pantalla de mi celular vibró sobre el lavabo y se encendió, comunicándome que una notificación acababa de llegar. Era un mensaje, supuse que de mi compañía telefónica, pero la idea de que fuera aquel "anónimo" me aterró un poco. Lo desbloqueé con algo de torpeza, hasta que visualicé el nombre de Ann en mi pantalla. Igualmente aquello no cesó mi tensión, menos cuando me detuvo el mensaje.

"Resubí esa historia en la q t mencionaron sobre un beso. Es buena propaganda ;)"

Lo primero que pasó por mi cabeza era el beso con Rayhan. No había forma de que fuese relacionada con otro beso, porque no existía. Corrí instantáneamente hacia mi cuenta de instagram.

La mención de mi usuario en la historia de @innapasternaka me hizo fruncir el ceño. ¿Nos había tomado una foto en aquel momento? Había intentado olvidarlo estos días, con absoluta sinceridad; no me había ayudado nada para comenzar con el libro. Por suerte mi padre no había vuelto a insistir.

Hoy es el día de los besos robados! ¿Quién tendría que animarse?

@miaapepper @miaapepper @miaapepper @miaapepper"

Me detuve unos segundos a contemplar la historia. Me dio hasta gracia cuando percibí mi relajación automática. ¿A quién iba a robarle un beso justo yo? Reí rodando los ojos y guardé el celular en uno de mis bolsillos.

Abrí la puerta para salir del baño y, en cuanto lo hice, el movimiento del gentío junto con la música me volvieron a invadir. El sonido estaba mucho más alto de lo que yo había supuesto. Habían adolescentes ingresando al salón de fiestas, mientras otros bailaban, otros cantaban y algunos otros compraban bebidas y charlaban. No reconocía a absolutamente nadie. See sintió un poco aterrador saber que estaba rodeada de extraños.

MelifluaWhere stories live. Discover now