Capítulo 14.

79.1K 8.2K 3.2K
                                    




POV FREYA


Tenía que encerrar la loba dentro del armario como decía Shakira en su canción. Así que cogí una bata y me cubrí con ella. Leia se lanzó inmediatamente a mis brazos, dejé que se relajara, y cuando las lágrimas desaparecieron de su rostro, intenté hablar con ella de un tema que ni siquiera sus padres habían tocado. De Byron me lo esperaba, pero de la salida de Ginger, jamás.

—¿Qué ha pasado, cielo? —pregunté, dulcemente.

Vi por el rabillo del ojo que Ethan empezó a hacerme señales.

Alcé una ceja.

Él siguió apuntando la puerta con la cabeza.

¿Quería hablar? ¿Era eso?

—Espera —intenté levantarme de la cama. —Ahora vengo y tendremos una charla de chicas.

Aunque eso nunca se me había dado bien a su edad, no sabía que pasaría con veinte más.

Seguí a Ethan, el cual estaba nervioso. Cerré la puerta de nuestra habitación y le di un par de minutos para que se relajara. Caminaba de un lado a otro por el pasillo, temí que despertara a Isis.

—¿Ethan?

—¿Sí?

Agrandé los ojos.

—¿Sucede algo?

Por fin detuvo los pasos y me plantó cara. Es verdad que lo había asustado esa misma noche por practicar sexo salvaje con vegetales del supermercado, pero si el no quería, la idea era detenerme al escucharlo llorar.

—Ésa podría ser nuestra hija.

¿¡¡¡¡¡¡Qué!!!!!!?

—Recordaría muy bien haberla parido —y recordé los otros dos partos. ¿A cuál más doloroso? El de Nico. Sí, era el más cabezón de los dos. —Es hija de Byron y Ginger...A no ser que tú...

¿Me estaba insinuando algo?

—Me refiero que te imagines a Isis en la situación de Leia —empezó a morder las pocas uñas que tenía. Al menos no se desmayaría. Lo prefería mil veces. —Creo que no estoy preparado para tener una conversación así.

—¿Así cómo?

—¡De sexo! —Estalló. Cuando se dio cuenta que gritó más de la cuenta, cogió aire y acomodó la espalda al otro lado de mi cuerpo, apoyándose en la pared. —A lo mejor no somos los indicados para hablar de ese tema con la hija de nuestros amigos. Y temo que llegue el día que lo tengamos que hacer con nuestra pequeña.

—Con Nico lo hicimos.

—Freya, las cosas con Nick son diferentes —se revolvió el cabello. —Por cierto, ¿dónde está?

«Miente, Freya.»

«No puedo. Es Ethan. Siempre me pilla.»

«¡Hazlo ya!»

—En casa de un amigo —me miré los pies desnudos.

—¿Qué amigo?

«Di un nombre al alzar.»

«Ahí va.»

—Troy.

«Mierda.»

—¿Qué? —Alzó tanto la ceja que pensaría que acabaría fusionándose con su cabello.

¡Mi vecino es stripper!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora