27 - LLEGO LA HORA

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Ninguno articulaba palabra, estábamos mudos. No dábamos crédito a lo que oíamos.

- Dis-disculpe, pero debe ser un error

- No señora, usted es Kelsie Jones. Averiguamos mucho para llegar a usted.

- ¿Quien les dio mi numero?"!

- El dueño del resto-bar, Ivan Readford

Ese bastardo

- Creo que necesita tiempo para pensarlo, la llamare mañana a primera hora para saber si le interesa. No tiene que tomar una decisión en este momento. Haremos una reunión con mi jefe, el le dará sus propuestas y usted decidirá

- De- de acuerdo

- Adiós señora Jones

- Adiós

Me quede mirando el teléfono que sostenía en mi mano como si fuera un objeto totalmente extraño.

- ¿Que ha sido eso Kelsie?

La voz de Cristian sonaba tan perdida como la mía

- No tengo ni idea

- Creo que deberías hacerlo, tienes una gran voz

- No lo se Cristian, no creo estar preparada para algo como ello

- Oye, nunca tomaste clases de canto, nunca te entrenaste si fallas no pasa nada

En ello tenia razón. Pero tenia mis dudas. ¿Cual seria la decisión correcta? Ojala lo supiera

- Me lo pensare

Cristian frunció el seño levemente. Abrió la boca para decir algo pero volvió a cerrarla y asintió.

- En lo que decidas te apoyare- dijo finalmente

- Gracias

***

El bebe pateaba demasiado, sentía mis pies muy hinchados y lo único que quería era llegar ya a la casa de Iván y rodear su cuello con mis manos.

Golpee tres veces y nada... genial, ¿podría mi día empeorar? Decidí golpear una última vez

- Ya vaaa, demonios

Al fin se escucho respuesta.

- ¿Quién demonios es?

- Iván necesito pasar al baño, abre ya esta maldita puerta si no quieres que orine tu puerta

- Oh Kels, lo siento. Es que dormía, me acosté muy tarde anoche, realizando llamadas y eso. Ya sabes... el negocio- obviamente sabia a lo que venía y sacaba provecho de ello.

Le tire con mi cartera por la cabeza y me encamine al baño porque en verdad ya no aguantaba más.

- Lo siento ¿si? Pero sé que es lo mejor para ti, Kels

5 minutos después con un litro menos de liquido en mi interior me encontraba delante de Iván

- ¿No crees que eso debería decidirlo yo?

- Pues se que no lo harás Kels, eres quedada

- ¿Qué dijiste?"

Levante mi cartera nuevamente

- No Kels, por favor, esa cosa duele como el infierno ¿Qué llevas ahí? ¿Tus consoladores para cuando Cristian no te atiende?

- Ahora sí - Trate de seguirle mientras corría por la cocina pero mi panzota no me ayudaba mucho, además me tomo por sorpresa haciéndome caer sobre el sofá. Ambos estallamos en carcajadas.

AMOR PROHIBIDO PERO DESEADO #Terminada Where stories live. Discover now