Capítulo 4 : "Sangre maldita"

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NEWT SCAMANDER JAMÁS ESCUCHÓ HABLAR SOBRE LOS MALEDICTUS, ni siquiera lo creyó posible cuando su hermano Theseus le advirtió que se cuidase de ese tipo de criaturas durante su viaje

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NEWT SCAMANDER JAMÁS ESCUCHÓ HABLAR SOBRE LOS MALEDICTUS, ni siquiera lo creyó posible cuando su hermano Theseus le advirtió que se cuidase de ese tipo de criaturas durante su viaje. Pero en ese momento, mientras observa detenidamente a la desconocida, sabe que su hermano mayor tenía la boca llena de razón.

Bakari tampoco cree en ello, porque desenfunda su varita y apunta con ella a la mujer que, sin ningún espanto continúa acariciando a Asim luego de que éste se quedara dormido en su regazo. Newt lo secunda, dejando a las criaturas que ha llevado consigo a un lado; ambos magizoologos parecen asustados, reacios a creer que una persona se convierta en una bestia.

— ¿Quién eres? —pregunta Newt. La chica le mira por un segundo antes de volver a fijar su atención en Asim— ¿Dónde está mi ave?

—Ya se los dije—responde, centrando su mirada en el pelaje de Asim—Yo soy el ave del trueno. Aunque mi nombre no sea Frank

Bakari se sonroja luego de que la mujer le mire detenidamente y le sonria. Newt da un paso hacia adelante, pero ni siquiera eso logra intimidar a la desconocida

— ¿Cómo llegaste aquí? ¿Porqué...?

—Ustedes son mis salvadores—responde con amabilidad, dejando a Asim en el piso tratando de no despertarlo, luego, con una mueca de dolor, se pone de pie—Lo menos que se merecen de mi parte es una explicación, pero me temo que este no es un buen lugar para hacerlo.

— ¿Te refieres a Egipto? —pregunta Bakari, aun sin bajar la guardia. Ella asiente

—No puedo arriesgarme a que los traficantes me encuentren de nuevo. Entonces sería mi fin

—No nos iremos de aquí hasta que hables—Newt no tiene intención de sonar grosero o tosco, sin embargo, la situación le tiene lo suficientemente arisco como para confiar en ella de buenas a primeras. El ave del trueno –que ahora parece ser una mujer- suspira—Perdón, pero he venido hasta aquí con la esperanza de encontrar un par de especies más que cuidar y lo que encuentro después de eso es a una mujer que puede convertirse en un ave gigante. ¿Podrías sólo...?

—Aguarda, ¿eres algo así como... un animago?

—No—Ella responde a la pregunta de Bakari sacudiendo la cabeza—Mi condición va más allá, es algo más complejo. Yo...

—Eres una maledictus—Dice Newt, bajando su varita y pensando en las palabras que Theseus le dio con anterioridad—Mi hermano me habló una vez de eso, a pesar de que sólo me contó que eran personas que podían convertirse en bestias

—Eso es verdad

— ¿Cómo es que lo haces? —La desconfianza de Newt se transforma en curiosidad— No te catalogas como un animago, pero tienes las mismas habilidades

—No—Newt calla porque la –preciosa- desconocida parece ofendida por la mera suposición que hace. A ella no parece importarle caminar de un lado a otro de la habitación usando únicamente una de las camisas de Newt con las que deja al descubierto sus piernas. Ambos hombres la miran directamente a la cara, esperando por respuestas—Es algo más que eso, es algo más que transformarte a voluntad, es...

—Está bien, no te preocupes, uh... nosotros no te juzgamos ni nada, sólo queremos ya sabes, respuestas

—Es magia, oscura, Bakari

Las palabras de Newt se deshacen en el vacío y luego la alcoba se sume en un silencio tan denso que ahoga a los presentes. Newt mira el cuerpo de la mujer para darse cuenta que, al igual que Frank, ella está muy lastimada.

Entonces algo parece encenderse en la mente de Bakari, algo desesperado e intangible que hace que intente abalanzarse sobre la maledictus, intentando dañarla más de lo que ya lo está. Newt le detiene por detrás, atrapándole los brazos en su espalda y dejando que se le pase la rabia

— ¡Gellert Grindelwald! —Grita y Newt no sabe si está más espantado que molesto. Ella se aparta, apretándose el vientre— ¡Es una de sus seguidores!

—No—sacude la cabeza. Hace una mueca de dolor mientras se cubre la barriga—Mi condición es consecuencia de magia oscura, pero no porque yo la profese. Me transformo en una bestia por una maldición, no por voluntad.

Los gimoteos de Bakari se detienen hasta desaparecer, pero no así lo hacen sus sonidos de asombro. Newt lo suelta, estupefacto; Theseus le había hablado superficialmente de los maledictus, sin llegarle a decir a causa de qué podían convertirse en bestias. Se acerca a la chica y, ayudándole a sentarse, le pregunta:

— ¿De qué maldición hablas?

—Es un hechizo de sangre. La sangre de toda la línea femenina de mi familia está maldita, no sólo la mía. Es algo que se ha heredado por generaciones

— ¿Línea femenina?

—Esa es la diferencia entre los animagos y maledictus; una persona cualquiera puede transformarse en un animago, poseer la forma de una criatura durante todo el tiempo que quieran, mantienen su raciocinio humano y vuelven a su forma natural sin problemas, no así mismo los maledictus. —Se detiene para suspirar, mirando con fijeza los ojos claros de Newt—Los maledictus logran convertirse en bestias gracias a una maldición en la sangre, pero esto pasa únicamente en las mujeres de la familia; es cierto, tienen las mismas características de los animagos sin contar el hecho de que el riesgo de permanecer como bestias crece paulatinamente.

— ¿Entonces... llegará un momento en que no puedas volver a tu forma humana jamás?

—Lamentablemente si— responde a la pregunta de Bakari quien, por suerte, ha dejado atrás el odio que le causa pensar en Gellert Grindelwald—Creí que ya había pasado, que permanecería como un ave del trueno para siempre hasta que ustedes me rescataron

— ¿Es por eso que no te mostraste cuando llegamos?

—Tenía miedo. Si mis pensamientos eran reales, no habría nada que pudiera hacer para volver a la normalidad, pero luego de entrar aquí intenté hacerlo y afortunadamente lo conseguí. El perrito me vio hacerlo

—Ahora entiendo por qué estaba tan feliz de verte—Bakari se frota la nuca, nervioso—A Asim no le gustan las criaturas mágicas, y me parecía bastante raro que con Frank, quiero decir, contigo, se comportara diferente. Él lo supo desde un principio

—Eso creo

Se apretuja el vientre con dolor, chirriando los dientes por la espesa sangre que brota de su estómago y que mancha la camiseta blanca de Newt. Eso no le importa, sin embargo, porque la maledictus parece estar en una inimaginable agonía. Newt la abraza de lado dándose cuenta de que la herida que obtuvo siendo Frank está de nuevo abierta; no le extraña, ellos curaron a una bestia, no a una mujer.

—Tranquila, nos haremos cargo de esto. Soy Newt, por cierto

Ella le sonríe a través del dolor

—Laureen

—Y yo soy Bakari— El amigo de Newt se acerca y le ayuda a llevar a Laureen hasta un sofá que Newt tiene en la maleta. La recuestan despacio y Bakari levanta su varita— Lo que acabas de explicarnos deja en claro que no perteneces a las filas de Gellert Grindelwald, ¿verdad?

—Sí—Laureen acepta con una sonrisa, aunque ésta se apague poco después—Jamás le he visto la cara a Grindelwald, pero sé que mis antepasados si

— ¿Estás segura? —pregunta Bakari. Laureen asiente

—Claro, fue él quien maldijo la sangre de mi familia 

Thunderbird⁰ [Newt Scamander] LUNAE LUMEN SAGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora