El Reino desconocido

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Mientras en Lacertalia:

Un orco entra en la cueva de Jaig.

-Robert: ¡Oye reptil!

-Jaig: Oh... ¿¡Que hace un sucio ogro como tú aquí!?

Robert: ¡Que soy un orco, maldito ignorante reptil!

Robert saca sus hachas de forma violenta.

-Jaig: Sé defenderme.

-Robert: Idiota reptil, quiero que me arregles mis armas.

-Jaig: ¿Sí?

-Robert: Toma.

Lanza sus hachas en el yunque de Jaig.

-Robert: Tengo prisa.

-Jaig: Estas hachas están muy desgastadas, ya perdieron su filo.

Lo dice mientras las toca con sutileza.

-Robert: ¿Entonces?

-Jaig: Tengo adamantina de sobra, si quieres te puedo hacer unas hachas así.

-Robert: ¿Cuanto costará?

-Jaig: Cortesía de la casa.

-Robert: Está bien, esperaré entonces.

No tardó más de quince minutos en fabricarlas.

-Jaig: Su tonalidad siempre son de tipo rosa, pero especialmente esta es de color bordo.

-Robert: ¿Puedo probar su filo?

-Jaig: Pruébalo, solo no me rompas na-

Pero Robert interrumpe al reptil cortando a por la mitad una de sus espadas.

-Jaig: ¡¿Que haces maldito insolente?!

-Robert: Tú dijiste que podía...

-Jaig: Tendrás que pagar por ello ¡NO! Me tendrás que traer el material.

-Robert: *Suspira* ¿Adónde debo ir?

Trye vuelve sobre sus pasos. Se topó con la misma sala de antes. Cuatro puertas frente suyo, él hizo una hipótesis muy rápida acerca de la situación. Cada puerta representaba un reino. Son cinco reinos y hay cuatro puertas, por la que Trye llegó fue por Æzir, el resto serán Lacertalia, El reino desconocido, Geld' gan y el último el Imperio. Él ya había ingresado al reino desconocido, así que desde el ángulo de la puerta del Imperio, entró por el mismo lugar que antes.
Una sala que conectaba con cada reino, no solo para poder ingresar en un gremio.
Hay más de diez posibilidades de salida en cada puerta.

-Trye: Todo es idéntico, no cambió para nada... y... aquí están las otras puertas.

Delante suyo habían tres puertas, Trye antes tomó la última de ellas, pero esta vez se fue por la primera.

-Trye: Veamos adónde lleva esto.

Siguió unos minutos caminando y se encontró con una cámara de residuos.

-Trye: Aquí hay pura basura...

Hasta que dio un paso más, escuchó algo crujir. Miró bajo suyo y vio que rompió un reloj de bolsillo.

-Trye: ... ¿Son las siete de la mañana? Bueno, me guardaré esto y se lo llevaré a ese reptil haber si puede hacer algo.

Caminó hasta que encontró una puerta. La abrió para encontrarse en una ciudad, al rededor suyo estaban unos muros muy altos que parecían ser de piedra. El cielo era todo oscuro, ni una estrellla ni la luna.

KeraCroonWhere stories live. Discover now