KeraCroon

Selda

Trye estaba vagando por las calles de Æzir cuando un niño indigente de los barrios vagos lo agarra de su pierna.

-Selda: Disculpe señor, me da algo para comer.

Él lo mira con desprecio, pero recuerda un poco su pasado.
Cuando estaba en la misma situación, pensando que moriría ahí sin nadie a su lado, hasta que se decidió a robar.

-Trye: Ven.

Le da su mano, el niño extrañado se levanta.

-Selda: ¿A donde me llevas?

-Trye: Ven, vamos a comer algo.

Con un poco de amabilidad lo lleva a un bar cercano, le da unos platos de comida, los cuales come rápidamente.

-Trye: Niño, este mundo es de supervivencia, mueres o matas, robas o te roban. ¿Entiendes?

-Selda: ¿Ah sí?

El niño muestra una bolsa de oro.

-Trye: Nunca me dí cuenta...

Admite con una mirada decidida.

-Trye: ¿Sabes qué?

Selda queda en silencio.

-Trye: Hay un lugar en el que si haces bien tu trabajo puedes comer y tener un techo seguro.

-Selda: ¿Enserio? ¿Me puedes llevar?

-Trye: Nos tomará unos días.

-Selda: No importa.

Él lo llevó hacía donde estaba su caballo y desde allí calbagaron hacia el Imperio.

-Selda: ¿Como se llama el caballo?

-Trye: Rain...

-Selda: Me gusta su nombre, yo lo llamaría Tormenta, no, uno mejor, Sombra.

-Trye: Cuando tengas un caballo lo podrás llamar como quieras.

-Selda: Eso espero...

Mira hacía el cielo que estaba sin ninguna nube.

-Selda: ¿Porque lo hiciste?

-Trye: Me hiciste acordar a mí. Lo único diferente es que a tí alguien te ayudó. Yo me la rebusqué hasta encontrar adonde te llevo ahora.

-Selda: Oye, eso que tienes en la espalda ¿Es una reliquia?

-Trye: ¿Cómo sabes eso?

-Selda: Aunque parezca extraño los ricos compran libros que no saben leer, algunos los tiran a la basura.

-Trye: ¿Que clase de libros?

-Selda: Los de Tinnaria.

-Trye: ¿Sabes leer Tinnariano?

-Selda: Un poco, en esos libros hablan sobre las reliquias del mundo, sobre algunos secretos que hay en los rincones más oscuros de ambos continentes.

-Trye: Es una lengua difícil. Pero no son tan diferentes a nosotros.

-Selda: ¿Y tú que sabes? Nunca haz ido a Tinnaria.

-Trye: No, pero he conocido gente que sí.

-Selda: ¿Es un lugar grande?

-Trye: No tanto como KeraCroon. Pero se asemeja.

-Selda: Todo este tiempo me he preguntado... ¿Que eres?

-Trye: Lo que ves.

-Selda: ¿Que soy yo? ¿Nunca te haz puesto a pensar en tu sangre? Si tienes sangre Tinnariana, si tienes sangre elfica.

-Trye: Pues no...

-Selda: ¿Y, nunca-

-Trye: Cállate y mira el paisaje, ya estamos por llegar.

Una vez llegaron, Trye llevó al niño hacía el gremio de los ladrones, le indicó como era para llegar hasta allí pero en cuanto abrió la puerta se encontró con Jasel.

-Jasel: ¿No te dije que no quería nada acerca de ti?

-Trye: Por lo que veo hay escasez de personas.

-Jasel: Sí, pero no aceptaré a cualquier mocoso.

-Trye: ¿Tienes algún trabajo?

-Jasel: No, vete.

-Selda: ¿Me subestimas?

-Jasel: Escuchas, no tengo tiempo que perder en gente como tú.

-Trye: No dijiste lo mismo cuando yo ingresé.

-Jasel: Pero tú ahora nos abandonaste.

-Selda: Si me dan comida y un techo yo puedo hacer cualquier cosa.

-Jasel: ¿Con que cualquier cosa?

-Trye: Oye... sé en lo que piensas. Piénsalo mejor, él podri-

Jasel va a buscar una nota, en la cual pedía robar en el castillo real, aunque Selda nunca había entrado en el Imperio esa era su misión.

-Jasel: Si completas este encargo estás adentro.

-Trye: Niño, tengo cosas que hacer, lamentablemente me tardé una semana de demora pero no importa, nos veremos en otra ocasión.

-Selda: ¡Sí! Nos veremos... ¿Cual era tu nombre?

-Trye: Dime Trye.

-Selda: ¡Selda a su servicio cuando guste! *Le sonríe*

-Trye: *Acaricia su cabello* Nos vemos, cuando vuelva al Imperio.

Al salir se dirige a su hogar, cuando entra Karen le confiesa algo muy impresionante, que nuevamente era padre.

-Karen: Se llamará Merak.

-Trye: *Ríe* ¿Otra vez con las estrellas?

-Karen: Pues... ¿Algún problema?

-Trye: De hecho me parece muy tierno, gracias Karen.

-Karen: Hace tanto no te veía, Trye... deja ya de ser mercenario.

-Trye: No puedo, justo ahora ya no puedo.

-Karen: ¡¿Por que?! Vivamos como una familia normal, Dube, Merak, tú y yo. Solo pido que lo dejes por un tiempo.

-Trye: Quisiera pero... ¿Sabes el porqué de esta nueva guadaña?

-Karen: No... Trye, no volverás.

-Trye: Tengo que hacerlo. Volver al reino desconocido.

-Karen: La última vez que te fuiste pasó un año, pensé que habías muerto, y no tuviste noción de que tenías un hijo.

-Trye: Karen, sé las promesas que he roto, pero... este será uno de los últimos trabajos.

-Karen: Uno... ¿Cuando será el último?

-Trye: Lo siento, pero me tengo que ir, pero esta vez no será en el Imperio.

-Karen: ¿Adonde irás?

-Trye: A Æzir.