KeraCroon

Gremio de ladrones

Trye un hombre de venticuatro años, con esa edad ya era uno de los mejores mercenarios de todo Keracroon. Él usaba una guadaña y vestimenta negra, con una capucha la cúal le cubría todo su rostro.
Siempre que se le asignaba un trabajo lo completaba, un día por tres millones mató al rey reptíl, con facilidad. Muchos pensaban de que con un arma tan grande no podría matar a alguien sigilosamente, pero él se las ingeniaba para hacerlo. Su ropa era parecida a una gabardina y en ella tenía un montón de dagas.

Trye nació en la pobreza, se crió en las calles y su madre murió cuando él tan solo tenía ocho años. Una señora, dueña de un orfanato, lo llevó consigo para darle alimento y refugio. Después de unos meses un señor lo adoptó, decía ser su tío, tranquilamente ellos le dieron el niño por unas monedas. Poco tiempo después vió como este señor volvía a casa con la ropa manchada, siempre le preguntaba pero él no respondía. Hasta que un día asaltaron a su tío y a él, claramente lo defendió a Trye, matando a los ladrones. Él le encantó lo que hizo y le preguntó si le podía enseñar a hacer eso, quería defenderse y defender a quienes estaban en peligro. Su tío le enseñó con gusto a usar una daga, rápidamente consigió matar a alguien que quería lastimar a una chica. Trye estaba contento con lo que hacía, y siempre le agradecía a su tío, pero lo que no sabia era que él era uno de los mejores mercenarios de Keracroon.
Meses más tarde su tío murió en una misión por millones de monedas de oro, se quedó solo hasta los diez años y tuvo que sobrevivir a costa de su experiencia. Por fin, a los once, se unió a un gremio de ladrones por las afueras del reino de los humanos, y desde allí hasta los veinte sobresalió con su talento.
En el gremio de ladrones, cuando Trye tenía veinte años:

-Karen: ¡Try!

-Trye: ¿Sí?

-Karen: Tenemos una misión para tí, pero sé cuidadoso, no quiero que te arresten.

-Trye: Tranquila ¿Cúando no he vuelto aquí?

-Karen: Es verdad, siempre vuelves sin un rasguño. *Lo abraza*

-Trye: Jaja, bien ¿De que se trata?

-Karen: Tienes que robarle al hijo del rey, el que vive cerca del castillo.

-Trye: Especifícate.

-Karen: Supuestamente en su habitación hay una estatua de su madre muuuy valiosa, traenos eso.

-Trye: Muy bien, tan solo dame unas horas.

Sale por la puerta trasera. En el bar del gremio dos personas empiezan a hablar:

-Jasel: Karen y Trye ¿Hacen buena pareja no crees?

-Bunn: Al único que trata bien es a él, se ve que le gusta.

-Karen: ¿¡Que has dicho!? Idiota.

-Jasel: Ah... a veces da miedo.

-Karen: Tan solo somos amigos.

-Jasel: Muy buenos amigos.

-Bunn: Oye, acepta que te gusta, es muy obvio.

-Karen: *Se sonroja* No es así.

-Jasel: Lo conoces hace más de nueve años, es momento de que te declares.

-Karen: Dejen de meterse en asuntos de otros ¿Quieren?

-Bunn: *Baja la voz* Después de todo lo que le pasó no entiendo como puedo estar tan animada.

-Jasel: ¿Conoces su historia?

-Bunn: Raramente sí.
Desde pequeña vivía en un pueblo, alejado del reino, allí solo estaba con sus padres. Unos ladrones, de este gremio justamente, mató al ganado de la familia después entró a la casa y los torturó, ella vivió porque tuvo que matarlos cuando estaban dormidos, se escapó hasta estar en las puertas del reino, allí un guardia la llevó al castillo, el rey dijo que la alimenten y que la dejen fuera, después de pasar por todo eso encontró este gremio y se unió a los catorce años, poco tiempo pasó hasta que llegó Trye, desde entonces se enamoró de él y siguen aquí.

-Jasel: ¿Se llevan cuatro años?

-Bunn: Pues sí.

-Karen: Es increíble como todos aquí nos unimos desde pequeños.

-Jasel: Somos aquellos que no tuvimos suerte en la vida.

-Bunn: Oye Karen.

-Karen: ¿Que quieres?

-Bunn: ¿Te gusta Trye?

-Karen: Si queda entre nosotros... sí.