CAP 8

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A la mañana siguiente, desperté primero, y me estiré. Zuko pareció despertar al mismo tiempo que yo. Ambos nos sentamos y nos quedamos callados por algunos minutos, mirando a la nada.

–Buenos días, señorita akiva. –Dijo él, bostezando levemente.

–Buenos días, señorito príncipe. –Bromeé, del mismo modo.

Saqué agua de la botella con agua control y volví a revisar al tío de Zuko con mi intento de sanación, y todo parecía ir mejorando. Había tenido suerte de poder salvarlo antes de que fuera demasiado tarde.

No sé de dónde, pero Zuko me entregó unos vendajes con los que rodeé la herida del viejo, mientras él prendió fuego a una pequeña fogata y continuó con la preparación del té.

Me pareció algo tierno ver cuánto esfuerzo le estaba poniendo al famoso té.

Luego de varios minutos más, el viejo abrió los ojos y emitió un pequeño gruñido de dolor al tratar de incorporarse, lo ayudé a quedar sentado.

–Tío, al fin despertaste. –Dijo Zuko, aliviado. Me miró por unos segundos y supe que en sus ojos se reflejaba un gran agradecimiento. Luego regresó su mirada al señor.- Azula te atacó con un rayo. –Dijo.- Fue un ataque sorpresa.

–Viniendo de Azula no me sorprende tanto. –Respondió él.

–Espero haberlo hecho como te gusta. –Zuko le pasó un vaso con el té caliente que había hecho con dedicación, y el tío sonrió un poco, bebiendo un sorbo.

Hizo una mueca muy graciosa al probarlo. Al parecer Zuko no era bueno haciendo té.

–Delicioso. –Dijo, con dificultad. Era obvio que mentía para no hacer sentir mal a su sobrino.- Eso estuvo muy... vigorizante. –Sonrió cuando terminó el té, y le devolvió el vaso a Zuko, quien lo llenó con más té y se lo entregó de nuevo.

Luego clavó su mirada en mí, y miró a Zuko con una sonrisa torcida.

–¿Quién es esta jovencita tan hermosa? –Preguntó a su sobrino.

No quise que él respondiera, así que hablé primero, presentándome.

–Soy Jazz, crecí en la nación del fuego. –Dije, sin ánimos de dar más explicaciones.

–Ella me ayudó a liberar a un niño que los guardias de un pueblo querían enviar a la guerra. –Explicó Zuko, complementando a mi respuesta.- Ella es la akiva. –Dijo, en adición.

Me quedé paralizada, en realidad no quería decir nada sobre eso, porque estaba algo avergonzada de no querer cumplir con mi destino.

–¿La akiva? –Repitió el viejo, en tono de pregunta. Se le notaba confundido y algo sorprendido, una reacción normal... creo.- ¿Cómo sabes tú de la leyenda?

–Jazz me la contó. –Explicó.

–¿Realmente eres la akiva? –Me preguntó, mirándome confundido.

–Sí, señor. –Respondí algo avergonzada.- Lo soy. Pero solo sé fuego control y agua control. Y solo un poco de aire control, pero casi nada.

–Jamás creí que viviría para conocer a un akiva... –Dijo sorprendido, y luego hizo una leve reverencia con la cabeza.- Es un honor estar en tu presencia. Mi nombre es Iroh, y soy el tío del príncipe Zuko.

–Es un placer conocerlo, señor Iroh. –Sonreí tímidamente.

–Por favor, solo dime Iroh. –Sonrió.- ¿Estás aprendiendo a controlar los demás elementos?

Demonios. Esa era la pregunta que estaba deseando evitar.

–Algo así. No me siento lista para hacerlo. –Respondí casi en un susurro.

–Cuando menos lo esperes, llegará el momento en que dominarás todos los elementos. Solamente necesitas práctica.

Asentí levemente y no dije nada más.

–Tío, estuve pensando... –Comenzó a decir Zuko.- Azula no tardará mucho en encontrarme, y tengo que mejorar mi dominio del fuego si quiero tener alguna posibilidad de vencerla. Sé lo que vas a decir: es mi hermana y no debería enfrentarme a ella...

–No... –Iroh lo interrumpió, dejando su taza con té a un costado.- está loca y necesita escarmiento.

Una pequeña risa se escapó de mis labios. Los dos giraron para verme y traté de volver a ponerme seria, para permitir que ambos continuaran su conversación.

No dijeron nada más, y el viejo trató de ponerse de pie. Lo ayudé a levantarse y él miró a Zuko.

–Vamos a repasar tu entrenamiento. –Dijo, y luego giró para verme a mí.- Y Jazz, creo que podrías ayudar. –Sonrió de lado.

–Con gusto. –Asentí.

Zuko también se levantó y salimos de la vieja casa. Iroh nos pidió que nos pusiéramos frente a frente, en posición de combate y eso hicimos.

El príncipe y la akiva (Príncipe Zuko)Where stories live. Discover now