Capítulo 44 || Decisiones

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Sus labios hacen entreabiertos sin saber que decir.

—¿Qué? —gesticula atónita, su voz es tan baja que lo único que permite escucharla es el silencio que se expande por el lugar.

Inhalo profundamente antes de pasar las manos por mi rostro frustrado. Ni todo el alcohol que ingerí en la noche me preparó para esto, definir los parámetros de nuestra relación, establecer una comunicación lejos de gritos y reclamos, mucho menos acusaciones.

Pensaba esperar, intentar que el tiempo me hiciera cambiar de opinión, pero la vida es esta, aquí nada espera, el tiempo que pasa jamás regresara ni corregirá las decisiones que ambos tomemos en el calor de la ira o temor. Necesitamos hablarlo, buscar una solución que nos beneficie a ambos, sobre todo que no la aleje de mí.

Destapo mis ojos encontrando su rostro bañado en lágrimas. No quiero alterarla, pero es imposible. Se supone que desconozco su secreto, no podía simplemente ser imprudente y aceptar que se abriera con naturalidad a esta verdad...

—Princesa... —Intento tomar su mano, pero la aleja rápidamente haciendo que me detenga abruptamente.

La miro sin saber por qué su reacción. Se ve aterrada, nerviosa, totalmente vulnerable y me preocupa, no quiero que su estado se vea afectado por el momento.

Definitivamente tengo la nula sutileza de papá.

—No —susurra en medio de un sollozo. Me duele verla de esta manera, su rostro distorsionado por las miles de emociones que la recorren y todas negativas—. No quiero que me toques.

Se pone de pie abruptamente intentando alejarse, se detiene tambaleándose sobre esa maldita trampa mortal que tiene por zapatos excesivamente altos. Reacciono rápidamente al ver como su cuerpo pierde estabilidad.

—Mierda —me quejo en voz alta sosteniendo su cuerpo con mis brazos. Escucho el golpeteo de su corazón a la par del mío. Su respiración pesada golpear en mi pecho en donde reposa su frente. La obligo a volver al sofá donde me arrodillo frente a ella. Permanece con los ojos cerrados, como si la oscuridad fuese su refugio, lograra ayudarla a mantener la calma y serenidad que cree perdida—. ¿Princesa, estás bien? —Limpia sus lágrimas sin dejarme ver sus ojos. Su rostro está pálido y su piel completamente fría. —¿Quieres algo? ¿Agua? —Niega con la cabeza.

Abre sus hermosos ojos que me miran con tristeza.

—No, solo... perdóname —ruega en un bajo susurro que permite su voz ronca y contenida.

Mi pecho se estruja totalmente. Sus ojos me suplican que lo haga, que perdone algo de lo cual el único responsable soy yo y ese es el problema, no tengo cara, apellido, inclusive presencia para perdonarle algo que ella no cometió. Era mi responsabilidad, era yo quien debía ponerse el jodido condón, pero fue más fuerte mi deseo por ella, que cuidarla, prevenirla de todo el caos que se avecina, porque si en algo soy consciente, es que todos estarán como locos.

No despego mis ojos de ella, se ve excesivamente tierna, como una niña necesitada de cariño, amor, ese amor que vivo para ofrecerle, que quiero vivir siempre a su lado.

Suspiro profundamente.

—¿Desde cuándo lo sabes? —pregunto evadiendo su ruego.

No es momento de perdones y disculpas. Sé que temo ser padre, pero ya está hecho, no puedo permitirme llamar error a ese ser que por decisión propia no pidió nacer.

Mamá siempre me enseñó a afrontar mis problemas, aclarar mis inquietudes y buscar una solución que me permitiera solucionar mis dilemas emocionales. Tengo un repertorio de valores inculcados que harán sentir a mi madre como la peor madre, un fracaso ante mi indecisión, el rechazo que le he plantado a mi propio hijo.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora