Capítulo 8 || Regresaré por ti

4.7K 380 14
                                    



—Damon... —susurra entre mis labios jadeante—, pueden entrar y... —La interrumpo con otro beso. 

Me suspendo sobre ella, con ayuda de mis piernas abro las suyas y pego mis caderas a su sexo para que sienta la jodida erección que ha despertado su estado. 

Gime, fuerte y audible. 

—Shh, pequeña. Nos pueden escuchar. —Lleva sus manos a mis caderas y me presiona a ella haciendo un movimiento con sus caderas que me debilita por completo. 

—Quiero más, Damon. —¡Joder! —Necesito sentirte dentro de mí. —Miro sus ojos. La poca luz de la lámpara alumbra por completo su hermoso rostro. 

Es una imagen tan perfecta la que admiro, que por un segundo quiero olvidar todo y complacerla. Remover esa barrera que me dicta su inocencia y pureza. Hacerla mía por completo, pero no es el momento ni lugar.

—Aquí no, princesa. —Beso sus labios. —Quiero que sea especial siendo tu primera vez. —Deja caer sus manos a cada lado y exhala ruidosamente frustrada. —Nena —la insto a mirarme, pero no lo hace—, mi amor, mirame. —Lo hace sorprendida y estoy igual que ella.

Nunca la había llamado así, y que me parta un rayo si no me gusto. 

—Nunca me has llamado así. —Sonrío levemente. 

—Te he dicho que te amo muchas veces, no debería sorprenderte. —Su mirada fija y penetrante juega a inquietarme consiguiendolo.

—Pero lo hace. —Me atrae hacia ella besando mis labios suavemente.

Sus manos acarician cada parte de mi cuerpo. Sentir el rasguñar de sus uñas en mi torso provoca que una descarga insoportable de electricidad se concentre en mi miembro.   

—Te deseo, nena. —Sus dedos intentan quitar mi pantalón de dormir. —¡Joder! —Me separo de ella para quitar ese jodido camisón de saten que me estorba para devorar sus perfectos pechos. —Son malditamente hermosos. —Sonríe lujuriosa y es esa maldita nueva e incitadora sonrisa, es mi detonante para tomar su cuerpo a mi antojo.

Retiro sus bragas dejando su cuerpo completamente desnudo. Ansioso retiro mi pantalón que le hacen compañía a su ropa en alguna parte del suelo.

—La puerta —pide jadeante. 

Me pongo de pie y coloco el seguro. Al girarme me encuentro con una imagen digna de las malditas porno que alguna vez pude ver. 

Su cuerpo completamente desnudo se remueve ansioso, mientras sus manos lo acarician con una sensualidad enloquecedora. Observo fijamente una de sus manos que masajea sus grandes y redondos pechos, para luego descender por su abdomen y terminar en su sexo el cual acaricia con premura haciendo estremecer su cuerpo.

¡Maldición!

Quiero eso, verla darse placer, obtener un orgasmo con solo verme. 

—Tocate, princesa. —Camino a su escritorio, tomo la silla del mismo y me siento frente a ella, con las piernas abiertas permitiendo que pueda ver como su hazaña me permite hacer lo mismo con mi pene.

—¡No! Ven... —Se incorpora apoyada de los codos. 

Niego. 

—Quiero verte, princesa. Quiero que te toques y te corras frente a mí. —Tomo mi longitud y la estimulo captando su mirada en esa acción. —Haré lo mismo, disfrutaré ver cómo imaginas que son mis manos las que te harán llegar al límite. —Sé que no le agrada la idea, y me lo hace saber su puchero. 

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Where stories live. Discover now