Capítulo 40 || Desesperado

3.7K 417 105
                                    



¿Existe el cambio de planeta?

¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!

Me van a matar.

—¿Embarazada? —pregunto por décima vez.

Shang simplemente sonríe como si mi estado fuese un chiste.

—Damon, primero debes calmarte. —Lo miro como si se hubiese vuelto loco.

—¿Calmarme? ¡Shang, es un hijo que no quiero! —Se pone de pie inhalando profundamente.

—¿A qué le temes? —pregunta recargando su cuerpo en su escritorio mientras sus brazos se cruzan sobre su pecho. —¿Qué te molesta? Se supone que cuando amas aceptas todo lo que esa otra persona te ofrece, y mucho más un hijo que es la muestra de amor más firme que puede existir en este mundo. —Paso la mano por mi rostro.

—Le dije que no quería tener hijos. Nunca. —Frunce el entrecejo, sus ojos se achinan mucho más.

—Ella quiere ser madre. Y lo va ser por encima de cualquiera, eso te incluye a ti. —Lo que me faltaba.

Vuelvo a tomar asiento cuando siento que las piernas me tiemblan por mi estado nervioso, temeroso, totalmente aterrado. Inhalo y exhalo con dificultad, buscando llenar mis pulmones por completo en cada inhalación, pero no puedo, el dolor en mi pecho me lo impide.

Lo sabía, Phoebe sabía lo que representaba ese hecho. Sabía que los hijos estaban vetados en mi vida. Es una etapa a la cual renuncié cuando comprendí que no podría, no estaría jamás preparado para hacerle frente.

—No puedo hacerlo —susurro sin despegar la mirada del escritorio—. No lo deseo, no lo quiero.

Levanto la mirada para ver sus ojos fijos en mí.

—Entiendo que te ha impactado la noticia, Damon, pero esto forma parte de tener sexo. Por muchos cuidados siempre existe un margen de error y estas son las consecuencias —me reprende, haciéndome sentir como un niño pequeño—. ¿Qué hubieras preferido? ¿Qué abortara? —Arrugo el entrecejo.

Niego con la cabeza.

—Jamás la expondría a eso. Nunca. —Su rostro deja ver un gesto de alivio que me deja desconcertado.

—Ese es su miedo. Siente temor a tu reacción descontrolada ante un hecho que ya los ha separado. Está aterrada, su estado está afectando no solamente al bebé, también a ella misma. Sé que Phoebe es fuerte, muy fuerte, pero esto la hace frágil. Las mujeres embarazadas en materia de sentimientos son como un cristal que, al quebrarlo, las quiebras con mayor contundencia por su estado hormonal. Son más susceptibles, sensibles, absolutamente vulnerables. —Cierro los ojos con pesar.

Imaginar a mi pequeña enferma deja una amarga sensación en mi garganta y un dolor lacerante en mi pecho. Phoebe es mi vida, su estado afecta directamente el mío.

—No puedo hacerlo —musito con tristeza—. No puedo, no ahora.

Shang deja escapar el aire pesadamente.

—No hay vuelta atrás, Damon. Puedes hacer esto con ella o simplemente déjala ir. Deja que se vaya, que haga su vida y disfrute de ese niño al que no pretende renunciar por ti. Déjala que escoja al hombre que le ofrezca formar una familia que incluya tu hijo y sus propios hijos.

La imagen se filtra en mi mente, una recreación en alta definición de una pareja donde un imbécil besa a mi mujer y sostiene a mi hijo.

Sacudo a cabeza buscando borrarla, eliminar el dolor tan punzante que ha llegado a mi pecho, el sabor amargo de mi boca y el nudo que ha cerrado por completo mi garganta.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Where stories live. Discover now