Te conozco

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Estábamos todos desayunando, callados y mirándome con una extraña mirada.

—¿Qué pasa? —Pregunté y todos pasaron su mirada hacia otro lado.

—¿Por qué llevas la sudadera de Hoodie? —Pregunta Jane.

¡Es verdad! Todos estarían extrañados por de repente llevar algo de él, que vergüenza.

Pero en el fondo estaba feliz.

—Es una larga historia, ya te contaré —Respondí.

...

Al terminar el desayuno me fui junto con Jane y Nina a su habitación para devolverle así el pijama y hablar de lo sucedido.

—Bueno, cuentanos, ¿Qué haces con su sudadera? —Preguntó Nina.

—Me... Me desmayé. Quiero decir, estaba apunto de ir a mi cuarto pero él me llevó al suyo y empezó ha hablarme y yo a él y me desmayé —Hablé rápido.

—¿Cómo que te desmayaste? ¿Ha hablarte de qué? Pero aún no me has dicho por qué tenías la sudadera, ¿Que ha pasado? —Preguntó Jane.

Suspiré y les conté todo, más tranquila.

Ellas se quedaron estáticas al escuchar todo aquello.

—Entonces... ¿Hoodie te quiere? —Preguntó Nina.

—Eso dijo —Respondí y suspiré.

—¿le dijiste algo al respecto? —Preguntó esta vez Jane.

—No, yo tenía mucha vergüenza en ese momento —Respondí en voz baja.

—¡Que tonta! Tienes que decírselo ya, cuando le des la sudadera, quiero saber qué responde —Respondió Jane.

—Bueno, está bien, se lo diré —Respondí.

Nina y Jane se miraron y sonrieron.

...

Estaba nerviosa mientras esperaba a que Hoodie llegase del bosque para darle la sudadera, que de vez en cuando olía porque... El olor era espectacular.

No creo que pueda hacer esto... ¿Y si me quedo tartamuda y se ríe de mí? No puedo... Mejor le espero en la puerta de la cabaña y sea doy cuando esté con Masky, así podré ponerles una excusa a Nina y Jane.

Salí a la puerta y le esperé allí, pero pronto hizo frío así que me puse su sudadera y me sentía mejor.

De repente una voz me comenzó a llamar y miré hacia esa dirección.

No había nada.

Al rato me empezaron a llamar otra vez y me acerqué a la zona por la que procedía aquella profunda voz.

—¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunté.

—Soy un amigo tuyo —Respondió.

No quería confiar pero no sé por qué aún mi cuerpo reaccionaba a su voz de una forma segura.

—¿Ah sí? —Pregunté.

De repente un hombre con pelo negro, alto y con ojos rojos apareció de entre las malezas. No me dio buena impresión pero tampoco hice nada para salir corriendo.

—¿Me recuerdas? —Preguntó.

Y de repente sentí que podía confiar en el.

—Sí —Respondí sonriendo.

—Dame un abrazo —Respondió mientras se acercaba más a mí.

No, no lo hagas Gem, ¿Por qué mis pies se mueven solos? ¿Por qué siento que le conozco? ¿Por qué quiero abrazarlo?

Encapuchado『Hoodie』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora