Hector

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A la mañana siguiente, me levanté del frío suelo de la cárcel, ya que en este no había camas. Obviamente, estaba en una cárcel temporal de estas que tienes que llamar para que te recojan, pero yo no tenía a quien llamar. Mis padres estaban a muchos Kilómetros de distancia y ya estarán lo suficientemente preocupados pues desde que pasó todo eso nunca jamás les he vuelto a llamar. Aunque tampoco han sido de esos padres que suelan preocuparse de sus hijos.

De repente me sobresalto al ver cómo abren la puerta de la cárcel.

—¿Va a quedarse mirándome o va a salir? —Preguntó el policía.

Me levanté y le respondí un "voy" demasiado bajo.

¿Quién me recogería?

De repente veo a una persona de espaldas a mí, que se da la vuelta y puedo fijarme bien de quién se trata.

¡Es el hombre del coche que me iba a dar el paquete!

Me sonrió.

—Vámonos cariño—Respondió dándome la mano y sacándome de allí.

Cuando ya estábamos fuera comencé a hablarle.

—¿Cariño? —Pregunté anonadada.

—Me he hecho pasar por tu pareja para sacarte de ahí, no te emociones —Respondió mirando hacia delante.

Ya lo entendía todo...

—E... Espera... ¿Por qué tú... ?

—Móntate en el coche, ahí te explico —Respondió.

Me monté en su coche, ahora, muy diferente al de ayer. Este era mucho mejor. ¿Cuántos coches tendría?

—Está bien, ya puedes empezar —Respondí.

Arrancó el coche y abrió la ventanilla.

—Bueno, para comenzar, tampoco me habría visto haciendo esto alguna vez... Simplemente sentí que tenía que ayudarte de alguna manera —Respondió un poco incómodo.

—¿Cómo sabías que nadie iba a venir a por mí? —Pregunté.

—Puede ser simple casualidad o simplemente ¿Qué hacía una chica como tú a las tres de la mañana obedeciendo las órdenes de unos idiotas, la ropa manchada de tierra y asustada?

Claro, era muy fácil de suponer.

Observé mi ropa que aún tenía manchas de tierra del bosque.

—No te preocupes por la ropa, podemos ir a comprar algunas ahora mismo —Respondió.

¿Por qué era tan amable conmigo?

Y

¿Por qué estaba confiando en un desconocido?

Quizás esto es mejor que estar en la calle.

—No hace falta, en serio —Respondí.

—Pero quiero hacerlo, no voy a dejar que estés con esa ropa, que seguramente es la única que tienes —Respondió mientras aparcaba el coche en frente de una tienda de ropa.

—Al menos dime como te llamas —Respondí.

—Me llamo Hector —Respondió y sonrió mientras salía y me abría la puerta.

—No hacía falta que hicieras eso —Respondí.

Entramos a la tienda y me dijo que podía elegir lo que quisiera.

Le agradecí y comencé a buscar ropa.

Me sentía mal por él pero se nota que debe de tener mucho dinero así que empecé a agarrar muchos chalecos y pantalones, pero no quise abusar de su amabilidad.

Por un momento me quedo mirando a Hector, que estaba un poco lejos. Su templante era muy serio y observaba todo muy detenidamente, también su aspecto ayudaba en eso ya que tenía el pelo hasta los hombros, negro y vestía en traje de chaqueta haciendo parecer aún más frío, pero dejé de estudiarlo con la mirada pues su mirada se topa con la mía y la retiré rápidamente haciéndome enrojecer.

Mierda, eso estuvo cerca.

Me acerqué a él cuando ya tuve lo que necesitaba, lo pagó y salió.

Me preguntó si necesitaba ir a otras tiendas pero me negué rápidamente.

—Sabes que no tienes que comportarte así conmigo. Deja los modales, si lo necesitas, cómpralo.

Pareciera que estuviera viviendo el sueño de mi vida, pero definitivamente no iba a hacer que él comprara cosas para mí.

—Lo siento, No quiero ser una molestia para tí, además no necesito más ropa, con la que me has comprado ha sido suficiente —Respondí.

Él me miró un poco duvitativo, sabía que no iba a acceder a su propuesta así que al final nos montamos en el coche y nos fuimos a su casa.

Aún me parece raro que estuviera aquí. ¿Quizás alguien de la cabaña me extrañe ahora? Jane, Nina e incluso Toby. Pero de seguro que Hoodie no.

De repente la escena del beso aparece rápidamente por mi mente y me ruboricé.

—¿Por qué estás tan roja? ¿Tienes calor? —Preguntó Hector, que se había dado cuenta de mi enrojecimiento. Que vergüenza.

—Sí, un poco...  —Mentí, obviamente.

Llegamos a su casa y Dios, era demasiado elegante.

Vivía por una zona rica, eso era seguro pero también era una zona de familia. ¿Será que él también vivía con una?

Me abrió la puerta para salir y eso hice.

Luego abrió su casa y cuando entré la observé detenidamente.

Realmente era preciosa.

—Tienes una casa hermosa —Respondí aún mirando ésta.

Él sonrió.

—Pues siéntete como si fuera tuya—Respondió.

Me extrañó ese comentario pero quizás solo quiso ser —otra vez— amable conmigo.

—¿Quieres ponerte la ropa que te compraste? Puedes ducharte si quieres, estarás más cómoda —Respondió amable.

—Eh... Yo... Bueno, me ducharé —Respondí mientras agarraba la ropa y pasaba por el salón. Espera, yo no sé dónde está el baño. Me giré hacia él —¿Y el baño?

Él comenzó a reir y se acercó a mí para llevarme allá.

...

Una vez que terminé de bañarme, bajé y me encontré a Hector sentado en el sofá. Cuando aparecí en su campo visual él levantó su cabeza para observarme.

—Vaya, te queda muy bien —Respondió sonriente pero cambió su expresión al ver mis zapatos —Pero mira tus zapatos, están sucios.

Se levantó y se agachó para verlos mejor.

—Quizás solo un poco —Respondí incómoda.

—Solo un poco, no. Demasiado. Deberíamos haber comprado unos nuevos, o quizás lavarlos también estaría bien —Respondió pensativo.

¿Por qué se preocupaba tanto por mí? Debo preguntárselo.

Puse mis manos en sus hombros haciéndole sobresaltar del susto.

—No te preocupes tanto por mí, tan solo soy una desconocida —Respondí dándole a entender que no soy tan importante.

Él se veía triste ante mis palabras. ¿Por qué?

—No eres una desconocida, no para mí. ¿De acuerdo? —Respondió con tristeza.

¿Qué ocurre?

...

Hola, lo siento por no haber actualizado antes. Haré mi mayor esfuerzo para seguir usando el mismo patrón que usaba antes. Por cierto, hace poco comencé con la novela de Offenderman, si a alguien le interesa puede encontrarla en nuestra cuenta —obviamente— gracias 💟

Encapuchado『Hoodie』Where stories live. Discover now