Sentir algo por Kem Wood no está en los planes de Ruby Graham, no después de que él le arrojara agua desde su balcón y estropeara su libro. Sin embargo, cuando los sentimientos comienzan a florecer, las traiciones y los celos también lo hacen.
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RUBY
Estábamos todos en la sala de espera del hospital aguardando alguna noticia de Ada. Incluso estaba mi madre, sentada a mi lado, con la cabeza cabizbaja y su mano apoyada en la mía. Al parecer estaba enterada de todo. Y cuando digo todo significaba eso. Sabía acerca de mí y de Kem. De Kem y Ada.
Cuando regresé de mi día con Debie, mamá y Amber estaban conversando. Amber le había confesado todo. Había comentado a mi madre mi vida amorosa con múltiples detalles incluyendo a su hermana. No entendía qué afán tenía ella con contarle esas cosas a mi madre. No tenía mi permiso y mucho menos el derecho de hacerlo.
En el camino al hospital, mamá me había amonestado por no contarle lo mío con Kem. Sinceramente no tenía una respuesta del por qué no le había dicho, así que mantuve la boca cerrada escuchando sus sermones de madre.
Ella parecía dolida por mi silencio y también por lo que Kem "había" hecho. No sólo mentirme, sino también embarazar a Ada. Algo que me pareció graciosísimo porque no sólo él tenía la culpa. Sino ambos.
Estaba agradecida que mi madre no estuviera molesta conmigo, sólo un poco decepcionada.
Por el rabillo del ojo notaba a mi mamá echándole miradas a Kem ,quien estaba sentado frente a nosotras, con los codos sobre las piernas y la mirada en el suelo. Parecía muy abatido, y es que todos lo estábamos.
Los padres de Ada estaban al lado de Amber, parados a un extremo. Parecían no querer moverse de ahí. Amber les dijo algo y luego se alejó hacia el pasillo de al lado y desapareció. La familia de Kem estaba también de pie, al lado de Kem. Excepto por Kara y Kylan quienes se encontraban sentados junto a su hermano. El ambiente era incómodo y no sólo estábamos nosotros, sino muchos familiares más de otros pacientes.
Mi pie rebota arriba y abajo del piso por el nerviosismo que sentía en ese momento. Estaba nerviosa, triste y muy tensa. De sólo pensar lo que Ada había hecho me partía el alma. Sólo una pregunta se repetía en mi mente: «¿por qué?».
Minutos después, un doctor salió de allí pidiendo a los familiares de la señorita Ada Peters acercarse. Kem se levantó de su asiento como un resorte y corrió hacia el doctor donde ya estaba reunido con los padres de Ada. Yo también fui hacia allí seguida de Kylan y Kara.
—...estable pero aun así debe estar internada por lo menos dos días. Ha despertado, está un poco débil pero me ha pedido exclusivamente que el joven Kem la vea. ¿Quién...?
—Yo —dijo Kem levantando una mano—. Yo soy Kem.
La mamá de Ada parecía preocupada.
—¿Pero luego podré ver a mi hija?
El doctor sonrió.
—Por supuesto, señora. Sólo que la paciente desea ver en este momento al joven. Luego puede pasar la familia. —Miró a Kem—. Síganme, joven.
