Capítulo 31

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¡Hola a todes! Sé que he estado sumamente ausente por acá, estos dos meses han sido muy complicados por muchas razones tanto familiares, como físicas y emocionales así que me tomé un descanso de la escritura porque de todas maneras no tenía la mente y el corazón puestos en esto. ¡Pero ya está todo mejor! Así que después de un lapso de inspiración, le agregué más carnita a nuestros últimos capítulos, gracias a todos los que siguen por acá. 

Y si quieren saber en qué ocupé mi mente estos días de desconexión, busquen PollyPotterMX en FB, Insta y TikTok :D ¡allá los veo!

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Michael O'Connell detuvo el auto frente al numero 100, la casa siempre le había parecido muy cálida y agradable, no importaba cuántos años hubieran pasado desde que la había dejado, volver siempre le dejaba una sensación cálida en el pecho; sabía que esa calidez provenía de Tina, de todo el amor que le daba a él y a las niñas, de la dedicación que tenía por su hogar a pesar de la interminable carga de trabajo, de la manera en que sonreía cuando la sorprendía. Tras su separación había buscado esa misma sensación por todas partes hasta que encontró a Jenny, era distinto al de Tina pero igual de reconfortante, sentía su cariño en las pláticas durante la cena y en su ceño fruncido mientras se concentraba al cocinar, en la forma en que se inclinaba hacia atrás cuando se reía y en el color de sus labios.

Tomó las bolsas del asiento de copiloto y fue a tocar el timbre, Melissa abrió la puerta con una sonrisa y un grito, abrazándolo con tanta fuerza como podía, siempre había sido la más efusiva, se reía con ganas cuando estaba contenta y lloraba con fuerza cuando se sentía triste, sus emociones se reflejaban en la música, a veces ni siquiera necesitaban preguntarle si estaba bien, solo hacia falta escucharla ensayar.

—¡Pensé que vendrías hasta mañana!

—Quería sorprenderlas —le dijo dándole un beso en la frente, Tina lo recibió con la misma sonrisa de siempre. Incluso habían llegado al punto donde darse un abrazo educado no se sentía incómodo.

—¿Quieres algo de tomar? Estábamos por preparar un poco de té de flores.

—Suena delicioso, gracias —la mujer sonrió y desapareció en la cocina, Melissa comenzó a bombardearlo con todo tipo de preguntas sobre su viaje y las cosas que había visto.

—¿Dónde está tu hermana?

—Encerrada en su cuarto, creo que discutió con Mary o algo —explicó torciendo los ojos.

Michael miró hacia arriba como si pudiera ver a su hija recostada en su cama mirando el móvil como hacía cada que se molestaba, estaba preocupado por ella, sabía que últimamente estaba más huraña de lo normal y que ni siquiera Allison sabía porqué a pesar de sus intentos por acercarse, se lo había atribuido a la adolescencia pero la ultima llamada de Tina lo había dejado inquieto, hasta ese momento no había notado los nuevos malos hábitos de su hija como evitar ciertos tipos de comidas; Jenny lo había notado desde su ultimo viaje de compras, en la prueba del vestido pero le había dicho que seguramente era parte de su desarrollo, quizá, solo quizá, no había querido ver más allá de lo que su hija aparentaba.

—¿Está bien? —le preguntó a Tina cuando apareció cargando la charola de madera, la mujer frunció los labios y suspiró—. Mel, cielo, ¿por qué no buscas el folleto de la escuela de música?

La muchacha suspiró mientras se ponía de pie pero no se atrevió a hacer ninguna mueca frente a sus padres, siempre que la enviaban a buscar algo era porque necesitaban hablar de algo de adultos, aunque casi siempre era el código para "Lizzie". Se quedó quieta tras el siguiente muro a la espera de la conversación, mordiéndose la uña y con la mirada atenta, a veces su hermana aparecía de la nada y siempre la delataba.

La Heredera (1) El Misterio del CastilloWhere stories live. Discover now