Capitulo 16

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—Tengo la sensación de que pretendías impresionarme diciendo que tienes una camioneta —dijo la chica mientras metían las maletas en la camioneta del tío Evan.

—Si quisiera impresionarte, habría mencionado mis increíbles abdominales —bromeó Joe, Julie torció los ojos—.¿Cuándo es tu cumpleaños?

—¿En serio me estás preguntando eso?

—Los amigos deben saber por lo menos eso, es básico, además tu ya sabes cuándo es el mío —le recordó mientras le pasaba la mochila de Nathen.

—Cosa que averigüé por pura casualidad, cabe mencionar... Febrero 14.

—¡Estás mintiendo!

—No. Mi cumpleaños es en San Valentín.

—¡Por favor! —dijo Joe y ambos rieron—. Yo nací el día del aniversario de mis padres.

—Que horrible regalo —Joe se rió.

—Estás celosa.

—¿Cómo podría estar celosa de ti? Siento pena por tus padres.

—Qué graciosa —ella sonrió—. Antes de que lo olvide, toma.

—¿Qué es? —preguntó tomando el sobre amarillo.

—Lo que sea que hayamos tomado del almacén la otra noche —torció los ojos.

—¿Las revisaste? —preguntó, sintiendo una descarga de adrenalina, lo había olvidado por completo.

—Claro que no —una camioneta se detuvo a unos metros de ellos, llevaba un escudo con una bandera a cuadros blancos y negros, y sintió un desagrado total al ver a Aaron bajando con una amplia sonrisa, también pudo ver a Julie tensándose en su lugar, sus dedos se agitaron mientras le ayudaba a bajar de la caja.

—Hola, Lizzie —saludó con voz alegre, recargándose casualmente en el auto.

—Qué hay —Aaron miró a Joseph pero no le dirigió la palabra.

—¿Te vas tan pronto? —esbozó una sonrisa ladeada, ella respiró profundo antes de sonreír.

—Es un viaje largo...

—¿Está Kyle en casa?

—No.

—¿Thomas?

—Tampoco.

—Entonces tendrás que recibir estos paquetes, piezas para el pedazo de chatarra que tienen en el garaje —Aaron dio media vuelta y abrió la caja de la camioneta, jalando la caja más próxima al borde—. ¿Crees poder con esto, tullido?

El chico respondió arrebatándole la caja, Aaron tomó la otra y las llevaron hasta el garaje, sobre una mesa de madera en un rincón, la chica miró todo de lejos.

—Bien, firma esto —le dijo ofreciéndole un sujetapapeles y una pluma, ella lo hizo sin mirarlo, devolviendo todo tan pronto como pudo.

—Entonces era en serio lo de Elias, ¿se encuentra bien?

—¿Creíste que te mentía? Sería incapaz... —él sonrió descaradamente—. Está tan bien como podría estarlo, le diré que envías saludos, ah, y Sam me pidió que te diera esto.

—Bien —ella tomó el pedazo de papel que Aaron sujetaba, reteniéndolo lo suficiente como para que ella lo mirara a los ojos.

—Espero verte pronto, pequeña.

Aaron puso la camioneta en marcha y se quedaron ahí hasta que desapareció por el camino, Joseph puso una mano suavemente sobre su hombro, haciéndola brincar.

La Heredera (1) El Misterio del CastilloWhere stories live. Discover now