Capítulo 22: Paciente tras paciente.

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Siendo yo una de las mejores psicólogas y tener un método de hacer sesiones algo ruda, no dejo que muchos tomen esas "Sesiones Especiales" han sido pocos y muy contados los pacientes que han pasado por aquella tortura.

Me encuentro en mi residencia en Miami, un departamento que pocas veces uso y que muchas veces rento para familias que la necesitan. Me había llegado un paquete con un expediente de un colega mío desde New York. Un paciente problemático que tal vez necesita un poco de mano dura.

— Je, tal vez le eche un vistazo después de acabar la última sesión con el pequeño. — Vi mi reloj y ve que casi eran las 6pm. Tomé aquel folder y fui directo al edificio de Samuel, han pasado más de 7 meses desde que volví a trabajar para él y que volví a realizar las sesiones especiales. Ciertamente estoy pensando en no volver a dar esa clase de sesiones, necesito implementar algo más seguro para la mente de los pacientes.

Tomé mi último sorbo de café por la tarde y me dispuse a acabar con mi trabajo en Miami. — Tal vez necesité un descanso. — Dije con un pequeño suspiro al final.

Varios minutos después había llegado al edificio de Samuele, rápidamente me pasaron a una sala de juntas donde esperaba a mi pequeño paciente. Se estaban tardando y simplemente me llegue a desesperar, tomé aquel folder que había traído y mejor le eche el vistazo de una vez. Abrí con cuidado el gran sobre y empecé a leer. Me quede impresionada al ver aquella cara y ese nombre.

— Esto debe de ser una estúpida broma.

Vi como de repente el gran jefe y el chico entraban por la puerta, al ver al joven trabajador me quede un poco impresionada por su cambio de look, era completamente otra persona al chico de flaco de cabellera castaña tímido e inocente pero con gran rabia que conocí hace 7 meses. Aquellos ojos inocentes se mantenían pero todo lo demás era distinto.

— Penélope, siento la tardanza es que los sastres tardaron mucho con los ajustes de los trajes de Maximilian. — Dijo el jefe mientras me sonreía. Yo seguía viendo al chico ya que era muy sorpresivo, ni siquiera con Anthony fue tanta la impresión.

— Doctora Penélope ¿Se encuentra bien? — Me dijo aquel chico regresándome a la realidad.

— Lo siento, es que... Wow, hasta te tiñeron el pelo...

— Jajajaja, fue mi petición quería ser un nuevo chico con la esencia de mi yo de siempre. — El chico sonreía, lo cual me dejaba impresionada. Realmente si no lo hubiera conocido antes, no creería que aquel niño y este que tengo en frente de mi sean la misma persona.

— Esta... Bueno esta iba a ser tu última sesión pero veo que mejor lo dejamos así. Por tu sonrisa puedo ver que estas en óptimas condiciones y estás listo para lo que viene.

— Penélope, amiga... ¿Conmovida? — Me sorprendí al escuchar esas palabras del Presidente Montesco, solo sonreí como siempre lo hago tan descaradamente.

— Tal vez... Ni yo misma me entiendo. — Dije dando un pequeño suspiro y poniendo una de mis manos en el hombro de aquel chico. — Tal vez me encariñe mucho contigo, y eso es raro Max...

— Muchas gracias por todo. — Vi como aquellos ojos brillaba y después sentí como un abrazo me envolvía mi cuerpo. Tal vez si me conmoví y tal vez extrañe a este chico. Aunque sea un poco...

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Era de noche, después de una cena de despedida para mí simplemente fui a mi departamento, al llegar deje las cosas que traía en el sillón entre esas cosas aquel expediente. Me quede mirando el sobre unos momentos, sentía la pesadez en mi hombros en verdad necesitaba un descanso, solo con Samuele duro tanto trabajando en un mismo lugar y para mi es agotador.

21 Noches a tu lado  [EDITANDO]Where stories live. Discover now