2: Un trato de doble filo

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El sol chocó con mi cara, mis sentidos estaban aún dormidos, no podía reconocer mi habitación y un olor a colonia muy agradable entró por mis vías respiratorias. "Que rico olor, es tan masculino" Me moví súbitamente sobre la cama y fue que escuché una pequeña risa, sentí en ese momento como una gran mano acarició mis cabellos y después el sonido de una silla moviéndose me hizo poner alerta. "¡Espera...! ¿¡Una mano!?"

Levanté mi cabeza y me doy cuenta que no era mi habitación, miré a todos lados y me doy cuenta que un hombre estaba sentado en una silla en frente de la cama. — Veo que despertaste, muy bien Maximilian. —

— ¡Co-Connor! — Miré a ese hombre sentado frente a mí, limpiándose con una toalla su torso marcado, estaba mojado y vestido simplemente con unos shorts deportivos. — ¡¿Por qué me dejaste dormir aquí?! —

— Fácil, porque no sé dónde está tu habitación. Y también estaba cansado, solo quería dormir. — Me dijo poniéndose la toalla sobre el cuello. Lo observé un momento como estaba sentado mirándome con sus ojos azules, eran pesados, parecía como si me analizaran hasta el fondo desnudando todo de mí. Cruza una pierna y se recarga en la silla con una sonrisa un poco sospechosa. — Dime Maximilian, ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Cuál es tu función exactamente en este hotel? No eres parte de la administración, entonces ¿Qué haces aquí? —

— ¿Por qué quieres saber eso? — Le pregunté consternado ante su tono serio y esa molesta pose de manos cruzadas y sonrisa victoriosa. Me recuerda a un profesor de la universidad, uno que tenía la misma aura y el mismo lenguaje corporal que presenta Connor ahora mismo, estaba actuando...

— Estas actuando como un negociante. — Le dije consternado y él hombre en frente de mi extendió su brazo izquierdo chasqueando sus dedos, apuntándome al final con su dedo índice.

— ¡Bingo! — Respondió sonriente. — Eres agudo en el lenguaje corporal, esa es una buena señal para tu carrera. Entonces como eres muy bueno leyendo las acciones corporales de un humano, entonces... Eres también bueno para una negociación cara a cara. —

— ¡¿Qué?! — No sabía cómo reaccionar, lo miré y se inclinó hacia el frente recargando sus codos en sus rodillas, sonrió emocionado con sus ojos abiertos demostrando diversión y posesión, como si fuera un juguete en exposición y él un niño que me quería comprar, verle así me dio miedo. "¿Dónde quedó el hombre tierno de anoche?"

— Dime Max... ¿Te gustaría hacer un trato conmigo? —

— ¿Un trato? ¿Hablas en serio? —

— De hecho, no... — No entiendo lo que pasa, observó cómo se quita la toalla de su cuello y saca una corbata de su maleta, se la pone dejando caer esa seda sobre su abdomen de lavadero, admito que me excitó un poco aquel acto de seducción, pero no me podría distraer, fruncí mi ceño mirando mientras él estaba parado frente a mí con sus manos en la cintura. — Bueno ya estoy listo ahora hablaré en serio acerca del trato. —

— Estás loco, yo me largo. Tengo que ayudar en el hotel. —

— Oh. ¿En serio? No puedo permitir eso... — Escuché un tono juguetón mientras abotoné mi camisa, volteé hacia él, se estaba acercando a mí subiendo a la cama como si fuera un león buscando su presa, solo cerré mis ojos y siento como su nariz tocó la mía. — Solo dame 5 minutos ¿Sí? Por favor... Max. — "Porque suena tan sereno, su maldita voz... Es tan..." Me quedé en blanco en un instante, él de nuevo me besó, es corto solo nuestros labios rosan, pero se siente tan tierno, me sonrojé ante tal acto y él de nuevo sonreía, era como la noche anterior, cuando realmente sentí que entre nosotros había más que una simple atracción sexual.

21 Noches a tu lado  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora