TESA (parte I)

1.5K 21 4
                                    

La extraña pareja, él, alto, rubio y de piel tostada y ella, bajita, de cabello naranja, con su piel blanca cruzada de pecas, se pusieron al día, ella enseñándole su casa y como la estaba dejando tras las obras y el contándole la historia que ambos habíamos acordado en el coche.

-          Claro que os podéis quedar, venid por aquí.- abrió la puerta de la habitación de invitados y dijo.- no os importara compartir cuarto,…- sonrió y añadió.- ya que sois tan amigos ¿no?

Su hermana no era tonta sospechaba algo y de vez en cuando mandaba indirectas para a ver si nos despistábamos y dejábamos al descubierto nuestro juego, aunque una mejor manera de describirlo seria mi mentira.

-          Claro no hay problema.- conteste sin pensarlo.

No recordaba la habitación, pese a que me la había enseñado hace un momento, le eche otro vistazo,  a través de la puerta  a medio abrir pude ver  que no parecía ser demasiado amplia,  con una silla en una de las esquinas. Cuando  Yuna entro cual fue mi sorpresa de encontrar justo en el centro ocupando prácticamente el resto del espacio una hermosa cama  de cuyo dosel pendían cortinas blancas de  lino.

-          ¡oh vaya!,… yo dormiré en el suelo.- dijimos ambos prácticamente a la vez

-          Anda no seáis críos, es suficientemente amplia para que durmáis los dos sin ni siquiera rozaros. Siendo tan amigos que más da ¿no?

Dormir una noche pegada a él a tan solo unos centímetros el uno del otro, solo la imagen creándose en mi cabeza hizo que mis mejillas comenzasen a arder. Por suerte Yuna estaba ahora discutiendo con Kenzo y no  pudo observar como me ruborizaba, sin embargo él si me pillo.

-          Yo dormiré en el sofá, no te preocupes… Sara. No seas así hermanita.- esta última frase se la susurro al oído de su hermana.

-          ¿Así cómo?- le replico esta igual de bajito ofendida

-          Así de entrometida.

Ahí se acabó la conversación, no porque Yuna quisiese, ya que esta se quedo con la palabra en la boca, sino porque Kenzo nos arrastró a las dos fuera de la habitación diciendo.

-          ¿En esta casa cuando se come?, le he dicho a… Sara que eras una estupenda cocinera, no me dejaras quedar mal ahora.- me guiño un ojo.

-          Esto,¿ antes puedo utilizar tu baño? por favor- necesitaba calmarme un poco refrescarme la cara y respirar hondo antes de seguir adelanta con todo esto.

-          ¡Claro! Mira esta aquí.

-          Nosotros estaremos en la cocina.

Ambos se fueron charlando animadamente de lo que iba a preparar para comer hoy.

Me mire al espejo. No recordaba la última vez que lo había hecho de esta manera, pausadamente, fijándome en cada una de las imperfecciones de mi cara.

-          “Clara, ¿cómo pretendes que él se fije en ti?”, allí estaba la voz de mi cabeza que me traía a realidad cada vez que mi mente creía que algo bueno me podía suceder. Siempre acabo encontrando el lado malo de todo.

Puse el tapón en el lavabo, abrí el grifo de agua fría y sumergí allí mi cara llena de amargura intentando por todos los medios que se me pasase rápido la angustia y poder seguir fingiendo durante un poco mas de tiempo. Aguante la respiración y conté bajo el agua,… “uno, dos, tres,...”  imágenes sueltas de los momentos del día que para mi resultaron bochornosos pasaron por mi cabeza, entre ellos y sin lugar a duda, la peor de todas esas situaciones es mi incontrolable impulso de lanzarme a su cuello para besarlo. De incorpore rápidamente salpicando agua por todas partes, me apresure a secarlo todo y finalmente con mi cara hundida en la toalla me senté en un pequeño taburete que allí había y solloce; aunque realmente lo que mi mente y mi cuerpo me pedían era gritar, gritar sin mas, desahogarme, vaciarme por dentro de todo lo que me reconcomía, estar libre de esta manera de ser que tengo de mirar siempre el lado malo de las cosas  y comenzar de nuevo como un lienzo en blanco, pintando una nueva personalidad menos desconfiada, mas positiva y mas amigable. Otras veces lo había intentado ¿podría este vez lograrlo?

Ya algo más calmada y con una firme resolución de intentar tomarme todo con un poco más de calma, me detuve ante la puerta de la cocina. Dentro se podía escuchar una conversación, mi intención era llamar primero y después entrar, pero una frase pronunciada por Kenzo hizo que mi puño se detuviese a unos centímetros evitando así mi llamada.

-          Ya te lo he dicho, no hay nada que hacer,…ya sabia que te ibas a entrometer en mi vida siempre lo has hecho y siempre lo harás.

-          Pero cariño, te quiero, lo único que pretendo es ayudarte, confía un poco más en mí.

-          Mira Yuna, no se trata de eso, déjalo estar, ella para mi no significa nada, esta ahí, hare todo lo que pueda por ella pero nada mas, no insistas.

No esta bien escuchar tras las puertas conversaciones ajenas, ahora lo se, pero entonces lo único que escuche es que él simplemente me ayudaría pero nada más, era más de lo que me merecía, seguramente debería dar gracias por su ayuda, sin embargo me decepcionó saber lo que me temía reconocer, se me partió el corazón, él no me quería y nunca lo haría. En vez de entrar en la cocina di media vuelta y me marche.

El núcleo urbano de Taboi era pequeño y prácticamente todos se conocían. Sin embardo el barrio donde me encontraba ahora era totalmente desconocido para mi, a ambos lados de la calle habían levantado una tras otra casa adosadas prácticamente iguales, únicamente cambiaban las flores plantadas en el jardín. Decidí tomar hacia la derecha ya que por el otro lado era por donde habíamos llegado y sabía a donde me llevaría, al pueblo.

-          Tienes una muy mala costumbre de marcharte sin mas…- me sobresalte, la voz de Zo a mi espalda provocó que el corazón me saltase del pecho de la impresión.

-          No, me iba, solo quería airearme un poco… - mentí.

-          Mientes muy mal Clara,… que sucede,… cuéntamelo

¿Contárselo?, que debía decirle, que lo había escuchado hablar con su hermana, que sabia que yo no significaba nada para el, reconociendo así  que los estaba espiando, que me sentía dolida sin motivo ya que realmente entro nosotros no había nada, ¿Qué?

-          Nada ya te lo he dicho, quería despejarme un poco tu hermana es muy intensa.- esta vez disimulé el engaño entre una risa nerviosa, que no pareció funcionar.

-          Venga, aunque no lo creas, en estos dos días que llevamos juntos he llegado a conocerte un poco, cuéntamelo.

Decidí ser sincera por una vez, y lo solté todo sin siquiera pararme a tomar aire.

-          Ya sé que esta mal pero no pude evitarlo. Escuche lo que le decías a tu hermana sobre mi, no tengo derecho a ponerme así, tu no eres… bueno quiero decir que nosotros no tenemos…

-          ¿Qué escuchaste?- por primera vez desde el incidente de la cabaña vi a Zo serio

-          Que me ayudarías, cosa que te agradezco muchísimo pero que yo no significa nada para ti…

Una enorme carcajada provocó que Yuna se asomase brevemente tras las cortinas por la ventana de la cocina que daba justo a la calle,

-          Con que así viste como me marchaba,…- murmure

-          No estaba hablando de ti Clara,…- respiro profundamente- aquí mi hermanita quería que llamase a mi exmujer Teresa.- al escuchar esto un ligero atisbo irracional de odio hacia Yuna  y de celos contra esa tal Teresa comenzó a crecer en mi.

-          ¡oh caray!, me siento como una estúpida, lo siento mucho…

-          No pasa nada, ¿quieres dar una vuelta y escuchar una historia de amor y odio antes de comer?

-          Claro

-          Pequeñaja me voy a dar una vuelta con Sara en una hora estamos de vuelta ¿vale? - dijo levantando la voz. Esta se asomo otra vez con un gesto de ok hecho con los dedos.

ANÓNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora