Capitulo 5

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Como siempre, la más pequeña se despertó con los brazos de su mejor amiga en sus caderas, la abrazaba con tanta fuerza que Camila rió bajito, pensando que tal vez Lauren la había confundido con su osito de peluche.

 No se molestó en moverse, la verdad es que le encantaba estar así con Lauren, se sentía cómo si ella nunca la fuera a soltar, y cómo que siempre ella estaría allí cuándo la necesitara.

 La ojiverde lentamente se fue despertando, y sonrío cuándo sintió que Camila estaba despierta, sin embargo, seguía ahí, entre sus brazos.

 –Buenos días, Camz.

 –Buenos días, Lolo.

Las dos chicas se levantaron, la emoción las consumía y no podían esperar a qué por fin fueran a aquella casa qué prometía un montón de diversión. Sin qué su madre estuviera ahí para recordarle qué se haría tarde, Camila se metió a la ducha, en la qué sólo tardo unos 10 minutos, para qué después Lauren la imitara. Cuándo la ojiverde había salido, su mejor amiga ya estaba vestida, llevaba un short que hacía ver sus delgadas piernas, y una blusa rosa. “Se ve linda” pensó Lauren.

Camila bajó, irradiando felicidad por donde pasara, y en cuánto entró a la cocina, se encontró a su madre cocinando algo que olia a.. ¡Genial! Era tocino. En la barra de la misma estaba su padre, quién tenía en sus brazos a su hermana pequeña.

–¿Lauren está despierta?.– Preguntó su padre después de contestar los 'buenos días' de su hija.

–Se está alistando ahora mismo..

–¿Crees que le importé quedarse mientras nosotros vamos por las chicas?.– Camila no se había dado cuenta, pero era un poco tarde, y debían de salir temprano de casa si no querían encontrarse con el trafico matutino del fin de semana.

–No lo creo. ¡Vamos ahora mismo!

(...)

Era cierto que Lauren se tardaba mucho tiempo en alistarse, de hecho, había tardado más de media hora, y cuándo finalmente bajo, después de más de dos gritos por parte de Camila, se encontró con qué las chicas y los padres de la primera estaban en el comedor, disfrutando de un buen desayuno variado.

–Estaba comenzando a pensar que te dejaríamos–. Dijo Dinah y todos soltaron una leve risita.

–Buenos días a ti también–.

Terminaron de desayunar, y no paso mucho tiempo para que todos estuvieran listas en la camioneta de Alejandro, con las pequeñas maletas en la parte de atrás, y música sonando a todo volumen por petición de las chicas.

Ellas gritaban, platicaban y bromeaban entre si, mientras que los padres de Camila reían desde la parte de adelante, y Sofía las miraba entretenidas desde el regazo de Ally.

–Pero, ¿traen sus trajes, cierto?–. Tal vez la quinta vez que Camila preguntaba eso.

–Mila, sabes más que bien la respuesta.– Respondió obvia Normani,

Una Historia De Princesas.- CamrenWhere stories live. Discover now