Sentimientos encontrados

2K 83 12
                                    

Narra Alex

No podía conciliar el sueño ni por tan solo un minuto, estaba tan confundido y enfadado a la vez. No podía creer que Layla se hubiera burlado así de mi nuevamente.

Cuando nos besamos, algo en mí despertó, no sé qué fue pero desde ese momento la vi de otra manera. Quizás mi subconsciente siempre lo hizo, no lo sé aún. Su rostro de ángel frente al mío y esos ojos enojados que siempre me volvían loco. En el momento en que mis labios tocaron los suyos... mi mente quedo en blanco, no podía explicar todo lo que había sentido. Sin duda era algo que no se describía con una sola palabra.

Jamás había experimentado algo así.

Quería decirle lo que estaba sintiendo, necesitaba saber si ella sentía lo mismo que yo. Cuando escuché gritos venir de su vestidor, mi cuerpo enseguida se puso en alerta. Ver a Sarah atrapada ahí solo me hizo caer devuelta a la realidad. Para Layla todo era un juego, y yo también era parte de ello.

Mi decepción y enojo eran tan grandes que no podía ser capaz de mirarla. Cuando intentó defenderse sabía que era inútil, no pensaba escuchar otra de sus mentiras.

Había traspasado los limites por alguien que seguramente no sentía lo mismo por mi, y mucho menos le tomaba importancia. Estaba a punto de arriesgar mi trabajo por sentimientos absurdos. Sentía coraje conmigo mismo, yo no actuaba de este modo. Lo laboral y lo personal no podían mezclarse, de ninguna manera.

Entrecierro mis puños sintiéndome como un completo idiota. Me levanto de la cama y camino de un lado a otro sintiéndome demasiado ansioso. Sabiendo que no iba a poder dormir, me dirijo hacia la cocina y saco una cerveza del refrigerador. Comienzo a beberla sintiéndome un poco más relajado.

Venir al departamento no era la mejor idea, pero resultaba como lo más factible en su momento. Era mi día libre, por lo que a partir de medianoche podía marcharme, sin embargo esa no era la razón exacta por la que me había ido.

Unos leves golpes comienzan a sonar a través de la puerta. Lo dejo pasar, nadie además de Luke sabían de la existencia de este departamento. Miro la hora, era mucho más de media noche. Los golpes continúan.

Me dirijo hacia la puerta y abro de golpe sin esperar encontrarme con ella. Sus ojos tímidos me miran completamente desconcertados.

—¿Qué estás haciendo aquí, Sarah? —Le pregunto sin entender cómo me había encontrado.

—No estaba segura de estar en el piso correcto. —Dice pasando de la puerta. Examina el departamento con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo me encontraste? —Le pregunto sin tratar de ser grosero, realmente no esperaba recibir a alguien.

—Te seguí. —Dice apenada. Sus palabras me toman por sorpresa. —Te vi irte y no lucias nada bien.

Bebo un trago de mi cerveza, por su mirada podía deducir que sabía todo. Sarah se sienta en el sofá como si esperara hablar conmigo, y realmente no quería hacerlo. Esto es incómodo. Me coloco a su costado pensando en alguna excusa para explicar el porqué besé a Layla.

—No pienso decir nada. —Dice repentinamente como si leyera mis pensamientos.

—Metí la pata hasta el fondo. —Admito sintiéndome como un idiota.

—Realmente lo hiciste, ¿Qué estabas pensando? —Dice ella como si no pudiera comprenderlo.

—Definitivamente no estaba pensando. —Respondo encogiendo los hombros sin saber que más decir. No podía creer que me encontrara en esta situación.

—Tu... —Comienza a decir y se detiene indecisa. —¿Sientes algo por ella?

—No lo sé, quizás. —Digo sintiéndome aún más incomodo. Sarah tenía buenas intenciones, pero esto no era algo que pensaba discutir con ella.

MI GUARDAESPALDASWhere stories live. Discover now