Luchar para estar juntos

Capítulo 53: Luchar para estar juntos...

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Hola hola! Aquí esta el capitulo más deseaaaaaaado por todo el mundo! jiji Me encanta!

Espero que os guste, de verdad, a mi se me eriza la piel al leerlo!

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No os entretengo más!

Nos vemos en el siguiente capitulo.... ¡!¡!¡!

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P.O.V Raúl

Allí estaba yo. Solo. Con la mano en el pomo de la puerta. La bolsa llena de ropa. Mirándola.

Dicen que cuando se toma una decisión... nunca se debe mirar atrás. Nunca. Pero yo... yo me he girado la he visto mirarme con ese rostro destrozado y lleno de lágrimas. 

La he visto caer al suelo de rodillas y he visto como el dolor que siente se ha apoderado de su cuerpo. Dejo de mirarla y giro mi cara hacia el pomo de la puerta y la oigo llorar. Abro la puerta y me giro a mirarla.

                          

De pie.  Desolada, me mira con los ojos llorosos mientras tiembla, sus ojos van de la puerta a mí y de mí a la puerta. Trago saliva. Ahora yo si estoy siendo el responsable de su dolor. Ahora sé que está sintiendo lo mismo que yo sentí cuando me dejo.

La bolsa de deportes se va escurriendo por mi hombro, la voy soltando hasta que llega al suelo. Cierro la puerta con la punta de mis dedos y con decisión, con las cosas claras, con más fuerza que nunca avanzo hacia África.  Sigue temblando, sigue llorando, y maldita sea, su dolor es mi dolor.

Cojo sus mejillas entre mis manos y la acerco a mí. Mirándola a los ojos, acorto la distancia y la doy un dulce beso. Mis ojos se llenan de lágrimas que ni quiero ni puedo parar. Me separo de ella, aún tiene los ojos cerrados y cuando los abre... llenos de lágrimas, me mira destrozada.

-Jamás, jamás vuelvas a dejarme.-Digo y la vuelvo a besar mientras bajo las manos hacia las suyas.-África... no vuelvas a dejarme.-Digo sollozando al sentir su piel bajo mis dedos.

-Perdóname...-Solloza temblando.- No volveré a desconfiar de ti Raúl. No te vayas...-Dice rodeando mi cuello con sus bracitos.

-No me voy... preciosa. Si no se vivir sin ti...como voy a vivir lejos de ti...-Digo y vuelvo a buscar sus labios que temblando, me devuelven el beso.

Mis manos se van deslizando hacia si trasero y ella gime; Dios solo ese sonido me ha hecho ponerme duro. Es una sensación extraña, siento como si.... como si la sintiera más. Cada caricia, cada roce de mis dedos contra su piel, provocan fuertes corrientes eléctricas por mi cuerpo.

Gimo al sentir su mano enredarse con mi pelo y la levanto del suelo para que sus piernas rodeen mi cintura. Dios mío...

-Te echado tanto de menos...-Murmuro aun con la voz entrecortada.

-Yo también...-Dice triste.-Jamás me perdonare por lo que paso...-Dice y vuelven a caer lagrimas por su hermoso rostro.