Capitulo 22: ¡Problemas!

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Hola hola! Siento la tardanza. En realidad... siento no estar subiendo como subía antes, pero ahí cosas que me lo impiden. A pesar de todo, no esta siendo mi mejor verano, pero de todo se aprende. Y no hay mal que por bien no venga.

Aquí os dejo el nuevo capi, muchas ya habeís pensado que algo o alguien daría problemas, pues bien, aquí empiezan. Jejejejeje.

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P.O.V Raúl.

Mi preciosa mujer estaba ahora mismo en casa de su madre; Esta mañana habíamos ido al ginecólogo para que nos dijeran si estaba embarazada o no y efectivamente, estaba de cuatro semanas contando esta.

No pude contenerme al salir de la consulta, la cogí en brazos y me puse a dar vueltas con ella. ¡Era el hombre más feliz del mundo!. Sonreí mientras me vestía, acababa de llegar de trabajar y de darme una relajante ducha. Mientras ella se tomaba el día libre para estar junto a su hermana, la cual, estaba malita y no había podido ir al cole, yo me fui a trabajar.

En el fondo, quería que dejará de trabajar, mientras estaba embarazada; Pero si la decía eso me mataría, literlamente.

Cuando me subí en el coche e intente arrancar no iba, maldije por lo bajo. ¿Qué diablos podía pasarle? Agg,, tenía en depósito de gasolina lleno, la batería estaba en perfectas condiciones y tampoco me había dejado nada encendido que provocará que la batería se agotará.

-Maldita sea..- Mascullé.

Cogí mi móvil y llamé a mi suegro, que gracias a dios por las horas que eran, estaría en casa.

-Dime enano.- Dijo divertido, él y su manía de llamarme enano.

-Jaime, ¿Puedes traer a África a casa? No sé qué le pasa al coche, pero no arranca.- Dije molesto.

-Tranquilo enano, enseguida estoy allí, con tu mujer.- Dijo divertido, sabía que eso me calmaría un poco.

Resoplé y baje del coche dando un portazo; ¡Malditos coches de segunda mano! ¡Es que no podía salirme nada bien!. Mi padre apareció y le abrí el portón que daba acceso al coche a la calle y le deje entrar.

-¿Qué pasa hijo?.- Dijo preocupado.

-El coche no arranca.- Dije señalándolo con un brazo mientras la otra mano descansaba en mi cadera.

-¿Batería?.- Dijo, lógico, eso sería lo más normal.

-No lo sé, pero no lo creo, no me he dejado nada encendido que provoque se que agote.- Dije mientras abríamos el capo.

Note el ruido de un motor y una puerta cerrarse. Suspire tocando mi frente, nada me salía bien. Había perdido mi coche en un accidente, había dejado embarazada a mi mujer y ahora, que parecía ir todo bien, con un coche nuevo que me encantaba, ¡joder! Tenía que dejar de funcionar.

-Mi amor, te vas a hacer daño.- Dijo África cogiendo mi muñeca para apartar mi mano de mi frente, que había empezado a frotar con demasiado ahincó.

-Joder...- Susurré.

-¿Qué pasa amor?.- Me preguntó cogiendo mis mejillas.

-El coche no arranca, tenemos dos hijos y viene otro en camino. ¡Y el maldito coche no arranca!.- Grité.

-Shhhh...- Dijo juntando su frente con la mía.- No pasa nada amor, lo llevamos donde lo compramos y que lo miren.- Dije abrazándome.

-Pero..- Quise quejarme.

-Pero nada, llama a Mario.- Dijo África sonriéndome.

-Ya le he llamado yo, viene en camino con una grúa del sitio donde lo compramos.- Dijo mi padre y me guiñó un ojo.

Luchar para estar juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora