Capítulo 44: Corazones Rotos

19.9K 508 87
                                    

******

Hola! Sorpresa! Jeejejejejejejeje.  ¿Alguien se esperaba que subiera hoy? No lo esperaba ni yo, pero he dicho bueno... tengo tiempo, el capitulo está terminado... ¡Subamos!.

Espero que os guste aunque se que en realidad no os gustará, que querreís matarme y hacerme cosas malas. Pero lo pensé en un primer momento, cuando pensé en hacer esta historia, me lo imagine. (Que mala soy) ¡Pero en la vida no todo es color de rosa! Desgraciadamente...

¡¡VOTAR!! ¡¡COMENTAR!! (Leo todos los comentarios aunque ultimamente no tengo tiempo para contestarlos! =( )

*****

Me desperezo en la cama y noto que Raúl no está;  Cuando bajo las escaleras le veo cabizbajo, sentado en uno de los silloncitos del jardín. Me caliento un vaso de leche y salgo con él a fuera.

-Ostias que frio.- Digo al salir en pijama.

-Te vas a constipar.- Dice algo tristón.

-Y tu.- Digo en mi defensa.- ¿Que haces aquí?.- Pregunto.

-Dar vueltas a lo de ayer.- Susurra.

-Tu hermana entrara en razón...- Digo acariciando su pelo mientras con la otra mano sujeto la taza.

-No lo sé Afri..- Dice con pesar.- Cuando alguien se ciega tanto...- Niega con la cabeza.- Puede que se dé cuenta o puede que pase el resto de su vida con ese macarra.

-Decida lo que decida, lo importare es que ella sea feliz.- Le digo y beso su frente.

-No va a ser feliz con él, lo es ahora, pero no lo será en el futuro.- Suspira mi marido con pesar.

-Qué tal si...dejamos de darle vueltas a este asunto… Dejemos que pase un poco de tiempo...- Le digo mirándole.

-Supongo que es lo mejor...- Dice elevando sus hombros.

Nos vestimos para ir a trabajar, tenemos turno de tarde. Algunas semanas nuestros padres se presenta en el gimnasio y nos ayudan, oficialmente, siguen siendo parte de la plantilla, aunque ya no estén todos los días.

Al llegar allí mi marido cancela la clase que tenía, la mitad de ellos no vienen por que mañana es fiesta y hacen puente.

-Me voy a darle un poco al saco, necesito desfogarme.- Dice abrazándome.

-Vale cariño. Cuando termine yo aquí te voy a buscar y nos vamos.- Asiente, me besa y se va.

Paso el resto de la tarde concentrada en mi trabajo; Hemos reorganizado algunos entrenamientos para organizar a los clientes. Cuando termino, veo que aparecen mis amigas de la adolescencia, no todas, pero si algunas.

-¡No me lo puedo creer!.- Digo contenta de verlas.

Luchar para estar juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora