Luchar para estar juntos

Capitulo 18: La venganza nunca es buena

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Hola hola! He vuelto. Siento el retraso pero no contaba con un pequeño problema que tuve: Mi movil a muerto.

Subi el capitulo el miercoles pasado y dije que subiría ayer, pero como mi movil seguia muerto, he tenido que esperar a hoy.

El capitulo de dame tiempo lo subiré maána de verdad. O pasado de acuerdo?

Mil perdones.

PD: NO ME MATEÍS.

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P.O.V África

Me desperté sobre el pecho de Raúl; Se había pasado toda la noche el muy tonto en la misma postura, solo para que mi espalda no me doliera. Besé su cuello melosa y agradecida.

-Buenos días preciosa.- Dijo acariciando mi cabeza.

-Buenos días precioso.- Dije abrazándole.

-Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii..- Grito mi pequeña.- ¡Pis!.- Dijo y pegue un bote en la cama.

Salí corriendo antes de que mi pequeña meona me meara la cama; Por suerte llegue a tiempo y su padre vino detrás divertido, siempre reaccionábamos así. Benditas fundas impermeables que vendían para los colchones, que gran invento.

Les dimos de desayunar con mucho esfuerzo, no paraban de moverse y no había manera de darles el desayuno.

-¡Vale ya!.- Dijo Raúl molesto.- Primero se come y luego se juega.- Dijo muy serio.

Suspire viendo como empezaban a comer sin problemas; Raúl y su autoridad, que nos salvaba de tiranos horas detrás de nuestros mocosos para que comieran. Y hoy les tocaba pescado, no quiero no pensar lo que me costará que mi pequeña se lo coma.

Les deje con los abuelos de Raúl y después me acompaño a la universidad; Allí, había quedado con Iván. Hacía tiempo que no le llamaba, y la verdad, fue el único que permaneció a mi lado en todo momento. Al llegar, mire a Raúl nerviosa, le notaba tenso.

-Amor, ¿Te pasa algo? ¿Te molesta que haya quedado?.- Dije triste.

-No preciosa.- Dijo sonriente.- Es el sitio, nada más. Susurro antes de besarme.

Me acercó a él, poniendo sus manos en mi trasero y me besó; Me beso con pasión, con necesidad, como si me estuviera pidiendo perdón, como si temiese algo. Deshice mis pensamientos, centrándome en sus besos. Oh sí, podía pasarme horas así, besándole, hasta que me doliera la boca de besarle.

El beso se incrementó y lo que empezó suave ahora era apasionado, ya no estaba de pie, ahora estaba en sus brazos, rodeando su cintura con mis piernas y besándole casi desesperada.

Gemí provocando que parara, me miró sonriente y pícaro.

-Si no paramos, te haré el amo aquí mismo y Iván me matará si llegas tarde por mi culpa.- Dijo divertido, mientras me bajaba al suelo.