22. "20 de abril": día del baile de primavera.

143K 6K 1.9K
                                    

Sábado 20 de abril.

17:30 horas.

A estas horas, muchas chicas de mi instituto debían estar haciéndose nidos de pájaro en el cabello, yendo a hacerse las uñas, entrando en pánico por los nervios que les provocaba el baile, gritando como histéricas por el más mínimo detalle imperfecto, y todo ese montón de mierdas que suelen hacer.

¿Y yo?

 Bueno, yo estaba desparramada en mi sofá, con un montón de comida chatarra en la mesa frente a mí, y viendo mi propio maratón de películas antiguas.

Sí, señoras y señores, de esto se trata la vida de Isabel Clarkson cuando los estúpidos bailes de instituto me impiden ver a mis mejores amigos.

Así es, Stephanie se encontraba en su casa arreglándose para el baile, yo habría ido a ayudarle, o algo por el estilo, pero tuve la mala experiencia de hacerlo una vez; y créanme cuando les digo que era como ver a la hija del diablo en escena.

Y Matt...

Bueno, él había decidido salir de pesca con su familia, me había invitado, pero yo me había negado.

James me había enviado un mensaje, preguntando si no quería algo de compañía, pero también me negué.

Oigan, no iba a limitarlo de salir a divertirse un sábado por la noche.

Además, estar sola no era algo que me desagradara.

De hecho, yo a diferencia de otras personas, apreciaba mi propia soledad. No me malinterpreten, eso no significa que adore estar sola todo el tiempo, o que no me guste estar con mis amigos, es sólo que estar sola no es algo que me haga deprimirme, ni nada por el estilo.

Es todo.

Mi mamá había llegado hace un rato, y se encontraba en su cuarto descansando, hablando de mamá... me había llegado ayer con un jodido vestido de baile, no importa cuántas veces le insistí que no iría a un ridículo baile escolar, ella había insistido, y bueno, no me quedó de otra que colgarlo junto a los vestidos de años anteriores. Supongo que aún conservaba la esperanza de que algún día yo iría a alguno de esos eventos, pobre, yo jamás haría ese tipo de cosas.

Y en cuanto a Daniel... bueno, él no sé qué carajos hace cuando está solo, lo único que sé es que estaba en su habitación.

Una hora más tarde, estaba a punto de quedarme dormida cuando el timbre de mi casa sonó, haciéndome pegar un respingo.

Fruncí el ceño, no esperábamos visitas ni nada por el estilo, hoy todos deberían estar afuera...

De seguro es algún idiota, sin nada mejor que hacer que tocar timbres de casas desconocidas, sí eso debe ser. Pensé.

Estaba a punto de entrar a mi trance, nuevamente, cuando el timbre volvió a sonar.

Gruñí, mientras me levantaba a ver quién demonios osaba interrumpir mi paz.

–Maldita sea. –murmuré entre dientes, cuando tropecé con mis propios pies, cerca de la puerta.

Una vez abrí la puerta, la sorpresa no tardó en aparecer.

¿Qué demonios significaba esto?

– ¿Aún no estás lista? –preguntó, mirando el reloj en su muñeca.

– ¿Q-qué, q- qué...? –mi lengua estaba hecha un nudo. Me aclaré la garganta, mi orgullo no me permitiría dar indicios de nerviosismo, y menos ahora. – ¿Qué haces aquí?

Sonrió de oreja a oreja.

Mi ceño se frunció aún más.

–Hoy te llevaré al baile, nena. –avisó.

Insoportable [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora