16. ¿Qué demonios?

153K 5.8K 353
                                    

Abrí los ojos con pesadez, ya que sentía los párpados más pesados que de costumbre.

Apenas entró un ligero rayo de sol por mi ojo, sentí como si mi cabeza tuviese un jodido volcán haciendo erupción adentro.

Volví a cerrarlos nuevamente.

Creerán que me he convertido en una completa psicópata, pero ayer tuve un sueño de lo más divertido.

Verán, el sueño trataba de que me iba a un bar y comenzaba a tomar... y tomar... y tomar, ¿y adivinen quién me acompañaba en ese sueño?... Sí, el maldito imbécil de Cleveland. Lo más loco es que después me iba a un parque a decir un millón de estupideces y, al final, terminaba diciéndole a Zack que se quedara conmigo.

¡Já!

Qué loco, ¿no creen?

Creería que el virus Cleveland me está afectando mucho pero, cuando Matt y yo pasamos por las pruebas de sangre, había salido todo en orden, nada fuera de lo normal.

Así que supongo que tendrán que internarme un día de estos en un jodido manicomio.

Reí ligeramente ante la idea y, de repente, sentí un ligero movimiento a mi lado, haciéndome quedar como piedra.

Esperé unos segundos, hasta que sentí que un brazo se apoderaba de mi cintura.

Abrí los ojos como platos.

No... pensé.

Oh, oh, ¿Isabel se portó mal anoche?

Cállate, no pudo ser real, grité internamente.

Eso crees...

Me giré con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco y confirmé mi peor sospecha:

Zack abrió los ojos lentamente y sonrió apenas me vio.

—Buenos días —me saludó con la voz ronca, a causa de haberse despertado.

—Tienes tres segundos para quitar tu brazo de encima, no pienso repetirlo con palabras —murmuré con los dientes apretados. La cabeza me dolía como el infierno, pero no pensaba demostrarlo.

Zack hizo lo que le dije obediente y soltó un suspiro.

—¿Será que nunca tendré un dulce despertar a tu lado? —preguntó rodando los ojos.

Cerré los ojos con fuerza. Si seguía así, él terminaría con un golpe en la cara y yo terminaría con el cráneo abierto, ya que sentía que mi cabeza explotaría.

—Jódete, Cleveland. ¿Es que acaso no sabes que ver tu cara me pone de mal humor? —pregunté irritada. El muy estúpido se echó a reír—. ¡Maldición, cállate! —exclamé—. Tu voz hará que mi cabeza explote —comenté, llevándome las manos a ese lugar.

Él alzó una ceja.

—¿Así que tienes una resaca horrible, no? —preguntó. No respondí—. Eso debiste pensarlo mejor antes de beber tanto.

¿Acaso está haciendo lo que creo que está haciendo?

Abrí los ojos ligeramente y vi que tenía un semblante serio. Reí entre dientes. De no ser por el infernal dolor de cabeza, habría soltado una carcajada que se hubiese escuchado de aquí hasta Saturno.

—¿Me estás regañando? —pregunté manteniendo mi voz neutral, aunque por dentro estaba que moría de la risa al ver su cara de "idiota responsable".

—No es divertido, Issy —recriminó sin inmutarse.

No aguanté más, solté una carcajada, echándome hacia atrás y cayendo entre mis almohadas. No me importaba si mi cabeza explotaba, no podía evitarlo.

Insoportable [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora