5. Y esto me pasa por ser amable.

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—Isabel... Isabel... —escuché un susurro a lo lejos—. Despierta, Isabel... —volví a escuchar y me di vuelta en la cama, acurrucándome más —Issy, despierta, por favor —susurró esa voz, esta vez, más demandante. Cerré los ojos con fuerza, aferrándome a mi sueño—. Joder, Issy, despierta de una maldita vez —dijo y sentí cómo me movían ligeramente.

Abrí los ojos y vi el reloj que se encontraba en la mesita a mi lado.

2:30.

Joder, era tardísimo.

Me di vuelta nuevamente encontrándome con Zack, que se encontraba ligeramente inclinado en mi dirección haciendo que su rostro quedara centímetros al mío.

Mierda, creo que el sueño me está haciendo alucinar.

Sí, eso debe ser, pensé y volví a cerrar los ojos, dispuesta a recuperar mi hermoso sueño.

—Demonios, Issy, no te duermas de nuevo —suplicó.

Bien, no estaba alucinando.

Abrí los ojos de golpe, pero los párpados me pesaban tanto que volví a cerrarlos.

—¿Qué quieres, Cleveland? ¿Y qué mierdas haces en mi casa a estas horas de la madrugada? —interrogué sin abrir los ojos.

En otra ocasión, le habría gritado que se largara de mi casa y lo hubiese empujado por la ventana sin darle tiempo a una explicación pero, debido a la falta de energía producida por el sueño, decidí que lo mejor sería preguntar.

Sentí cómo se sentaba en una de las esquinas del final de mi cama.

—Tuve un problema, Issy —avisó.

Reí sarcástica.

—Ajá, ¿y? —dije—. ¿Qué quieres que haga? ¿Que te dé un besito para que te sientas mejor? —pregunté, esperando una de sus respuestas arrogantes y chirriantes que siempre usa.

—Es en serio, Isabel —dijo con un tono de voz escalofriante.

Jamás lo había escuchado hablar así, en ese tono y, además de eso, me llamó por mi nombre, lo cual era muy, muy raro después de llevar dos semanas llamándome por ese horrible y chocante sobrenombre que yo tanto odiaba.

Me sorprendí tanto, que olvidé todo el sueño y la flojera que tenía. Abrí los ojos de golpe, me senté en la cama de un tirón y encendí la lámpara que tenía a mi lado.

Lo que vi realmente me dejó estupefacta.

Me llevé la mano a la boca y reprimí un chillido.

En el rostro de Zack, aunque estuviese de lado, se podían apreciar los golpes y moretones.

Una parte de mí, quedó totalmente fascinada con la imagen; Zack con ese rostro de desgraciado y vagabundo, era algo totalmente fascinante para mis ojos. Creo que era lo mejor que había visto hasta ahora.

La otra parte de mí, sentía algo de dolor por el estado en el que se encontraba.

Creo que el sueño sacaba ese último lado de mí, irracional y bondadoso, hasta con el rey de los imbéciles, Zack Cleveland.

Decidí que, tal vez, debería intentar ser amable con Zack. Digo, no estaría mal intentar serlo por lo menos una vez, aunque fuese un completo idiota. ¿Verdad?

Caminé con mis rodillas para acercarme a él, hasta que estuve a su lado y me senté sobre mis pantorrillas.

—¿Qué te pasó? Luces como mierda.

Señoras y señores, ese fue el intento de amabilidad de Isabel Clarkson, un aplauso, me dijo esa parte de mí con la que solía tener charlas.

Insoportable [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora