Capitulo 11: Versus

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HimChan subió por las escaleras sin saludar a sus padres que cenaban, corrió hacia la habitación de su hermanastro donde toco la puerta abruptamente, ruidosos quejidos se escucharon del interior de un momento a otro se abrió.

—Miren a quien tenemos, el princesito que se está tirando al menor de los Moon. —Dijo con burla el joven. —¿Qué diría el sr Moon de que su hijo es la ...

No pudo terminar la frase ya que un golpe se estampo en su cara logrando hacerlo caer de espaldas al piso, toco su rostro denotando que le su labio estaba roto, observo a su hermano viendo que tenía un bóxer metálico en la mano, trato de pararse y gritar pero de un momento a otro su boca fue tapada por una mano, su hermano se sentó encima de él.

—Te conviene tener tu maldita boca cerrada. —Vocifero furioso sujetándolo por el cuello. —¿no te vasto con que tu esposo viera las fotos de tu infidelidad?

—Imbécil ¿fuiste tú quien se las mando? —Cuestiono molesto tratando de golpearlo pero el menor fue más rápido dándole un golpe en el abdomen para sacarle el aire. —Detente o le diré a mi padre.

El rubio no se detuvo ya que le dio otro golpe en la cara abriéndole la ceja se puso de pie para tomarlo por el cuello y lanzarlo a la cama poniéndolo boca abajo, lo sujeto de las manos torciéndolas en la espalda.

—¿Crees que le tengo miedo al viejo? Por favor es tan cobarde como tú. —Hablo fríamente torciéndole más el brazo. —Si sabes lo que te conviene te mantendrás alejado de JongUp y de su Familia ¿Entendido?

—Sí, no abriré la boca. —Contesto temblando. — Te has vuelto loco.

HimChan lo libero del agarre pero antes de irse le dio otro golpe en la cara dejándolo noqueado, no permitiría que nadie lo alejara de la persona que amaba si tendría que amenazar a medio mundo para estar junto a su novio lo haría, la locura lo carcomía despacio, su obsesión por su mejor amigo de la infancia crecía a pasos agigantados y lamentablemente no pensaba detenerla.

Mansión Jung

DaeHyun desayunaba tranquilamente en el comedor, la sonrisa no desaparecía de sus labios su fin de semana fue perfecto, su reciente noviazgo provocaba que las mariposas no dejaran de revolotear en su estómago, la ropa que le había comprado a Jae fue hermosa, lo invadiría de regalos lujos, solo lo mejor para el dueño de corazón.

—¿A qué hora llegaste ayer? —Grito una mujer adentrándose al comedor. —No me agrada que duermas fuera de casa.

—Fui a una fiesta el sábado tome un poco de alcohol por lo que no pude manejar de regreso, el chico de la fiesta me dejo quedarse. —Contesto con tranquilidad mientras seguía comiendo. —Ayer me desperté tarde, fuimos a comer algo y a pasear por el centro comercial cuando llegue habías salido ¿Contenta?

La señora Jung negó con la cabeza molesta, no le agradaba la manera que le contestaba su hijo, siempre fue tranquilo aunque era consiente que era un chico popular por lo que debía salir a divertirse con sus amigos pero también era una mujer desconfiada sabía que Dae era inocente y que las personas solían aprovecharse de su bondad.

—¿Puedo revisar el estatus de tu tarjetas? —Cuestiono acercándose a su hijo quien se puso de pie. —¿No importa o sí?

—Es mi dinero, mi herencia y no dejare que te metas en mi vida. —Contesto mosqueado, no le agradaba el tono que su madre usaba. —Mamá te quiero, te respeto pero no permitiré me llenes de tu paranoia social.

Le dio un beso saliendo de su casa, subió a su auto dirigiéndose al departamento de Jae para recogerlo y llevarlo a clases, estaba herido, fastidiado que su progenitora se encargara de elegir sus amistadas, de sobreprotegerlo de más.

Never give UpWhere stories live. Discover now