Capitulo 8: Boyfriend

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HimChan observaba como su pequeño se había quedado dormido toco su frente descubriendo que la fiebre había bajado, suspiro aliviado al saber que ya se encontraba mejor, tomo la bandeja con los platos vacíos para llevarlos a la cocina donde observo como un pelinegro peleaba con el maknae, la pareja se miraban furiosos, cado uno estaba seguro que tenía la razón, camino hacia el lavabo donde coloco los trastes, se recargo en una mesa para ver la discusión.

—Vamos a llevarte a tu casa, no te soporto cuando te pones de caprichoso.—Hablo el mayor tomando la mano del pelirrosa.—Eres odioso cuando te lo propones.

—Por favor pobretón, está claro que el hombre si ha llegado a la luna.—Grito inflando sus cachetes.—Eres una persona que no acepta perder.

El pelinegro movió la cabeza cansado de estar discutiendo con el pequeño cuando caminaba se topó con la sonrisa de un rubio, no se había percatado que estaba en esa habitación.

—Voy a llegar tarde, ten.—Comento el mayor lanzándole unas llaves a HimChan.—Cuando se sienta mejor te lo llevas a su casa y si no se pueden quedar en mi cuarto.

—Gracias.—Contesto sorprendido el rubio atrapando el objeto.—Buen viaje.

El maknae no se dignó a despedirse ya que estaba molesto por ser llevado a casa tan temprano, la pareja subió a la moto en silencio, ninguno de los dos quería seguir con la pelea o comentar sobre los besos, ambos estaban conscientes que les había gustado pero no encontraban la razón de continuar con ese juego, el joven de piel blanca se abrazó más a esa espalda, estaba cansado de pensar, solo quería hundirse en esa aura cálida que desprendía el mayor, al llegar a su destino se bajó del vehículo decepcionado camino hacia la entrada de su casa pero una mano lo detuvo.

—Debes despedirte como se debe.—Dijo el mayor besando desprevenidamente al pelirrosa.—¿No te he enseñado modales hoy?

—Eres un pedófilo enfermo.—Contesto con una sonrisa el joven devolviendo el beso.—Eres pésimo tutor.

El beso se terminó el pelirrosa saco su lengua para delinear los labios del mayor quien se tensó ante esa caricia trato de abrazarlo pero Jun se escapó con una sonrisa en los labios, a lo lejos le hizo una reverencia y le decía adiós con la mano, YongGuk sonrió ante ese acto, cada día era más tierno ese chiquillo.

YoungJae se removía nervioso en el asiento del copiloto, su amigo no le había dirigido la palabra desde la discusión, tampoco podía ver sus ojos debido a que usaba unos lentes negros, una punzada se hizo presente en su pecho, le lastimaba terminar su amistad de esa forma, el miedo se apodero de su cuerpo, no quería perderlo, deseaba pasar más tiempo con él, seguir jugando, divirtiéndose como siempre.

—Zico no es mi novio, es solo un amigo de la infancia.—Hablo de golpe el pelinegro volteando su rostro para ver por la ventana.—Le gusta molestarme, nos llevamos muy bien es como un hermano mayor.

El silencio se hizo presente después de esa confesión, el auto se estaciono una cuadra antes de la entrada al edificio donde vivía el menor de los Bang quien solo se animó a bajar del auto pero cuando abría la puerta una mano lo detuvo para ser jalado hacia el piloto quien lo beso cálidamente, respondió de la misma manera, si era la despedida la disfrutaría al máximo, se colgó a su cuello pegando con sensualidad su cuerpo.

—Tienes razón, gustar y querer son dos conceptos diferentes.—Dijo el mayor pegado a los labios de Jae.— Qué te parece si juntos descubrimos a cuál de ellos nos ajustamos, tal vez Up solo me guste y a ti es quien quiero.

—Tengo miedo de lastimarte y de salir lastimado.—Contesto mordiendo el labio inferior del castaño.—Pero quiero intentarlo.

Sus labios se unieron en un nuevo beso, en la mente de Jae las preguntas se hicieron presentes ¿Se suponía que ahora serian novios? ¿Qué pasaba con Up? Sus dudas fueron dispersadas cuando unos labios se colaron por su cuello, eran tan suaves que le provocaban miles de descargas eléctricas, nunca en su vida había estado tan cerca de una persona pero disfruta de cada caricia, de cada beso, es como si su piel aceptara la piel de su amigo, rápidamente se colocó encima de su regazo, unas manos se apoderaron de sus caderas, el calor subía rápidamente cuando un gemido escapo de sus labios se detuvo.

Never give UpWhere stories live. Discover now