Capitulo 24; ¡Te matare!

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-Señor ya le he dicho que el doctor Prise esta ocupado –La enfermera le miro incomoda

-Pues entonces dígale que no me marchare de aquí hasta hablar con el –William se sentó en la sala de espera y tomo la revista –Y tengo todo el tiempo del mundo

-Esta bien –la mujer suspiro y volvió a desaparecer por el largo pasillo

Paso mas o menos una hora, en la que William se mantuvo firme en su decisión y observo la puerta con decisión

-Señor O´Connor –La enfermera se acerco a el –Pase al despacho, el doctor Prise estará con usted en unos minutos

-Gracias –William sonrió prepotente y camino tranquilo hacia el despacho, entro sin siquiera llamar y se sentó en la silla frente a la mesa

-William –Lucer Prise entro en su despacho con su bata blanca puesta –Debe ser algo urgente para que insistieras en verme –Se acerco a el y le estrecho la mano –Disculpa la espera, pero de verdad estaba ocupado

-No te preocupes –William asintió –Fui a buscarte al hotel, pero ya te habías ido

-Si, no tenia nada mas que hacer allí –Lucer se sentó en su asiento –Y dime ¿En que puedo ayudarte?

-Necesito respuestas –William lo miro fijamente –Comenzando por, el trato que te dio Cristal cuando te vio en la casa

-Ese es un tema pasado –Lucer se movió incomodo

-Era amigo de Peter ¿Recuerdas? –William se inclino hacia delante –Quiero saber lo que pasa

-Esta bien –Lucer suspiro y se apoyo en el sillón –Te lo contare

-Te escucho atento –William sonrió

-Hace seis años, Peter vino a verme, aquí, a esta misma consulta –cerro los ojos, inspiro aire y volvió a abrirlos –Vino a pedirme ayuda

-¿Ayuda? –William frunció el ceño -¿Estaba enfermo?

-No, no era para el –Lucer negó con la cabeza –Peter quería que le librara de un pequeño problema –William entrecerró los ojos –Al parecer su hija se había quedado embarazada y ni siquiera le quiso decir quien era el padre, Peter me pidió que me librara del paquete –William se tenso al oír eso –Pero su hija no estaba de acuerdo

-Ah –respiro aliviado al oír eso -¿Y entonces?

-Peter no daba su brazo a torcer, me pidió el favor y yo se lo hice, o al menos lo intente.  El trajo a su hija a la clínica y nosotros nos encargamos de prepáralo todo, pero la chica era difícil de manejar  -suspiro –Tuvimos que amarrarla a la camilla para conseguir tenerla quieta y aun así no dejo de grita y llorar –se encogió de hombros –Yo solo estaba haciendo lo que Peter me pedía, deshacerme del crío –frunció el ceño –Bueno de los críos, me sorprendí bastante al verlos allí en la casa –se quedo pensativo -¿Por donde iba? Ah, si, cuando estaba a punto de hacer mi trabajo ese hombre entro a la sala echo una furia, arremetió contra todos mis ayudantes y enfermeras, e incluso me golpeo a mi –se encogió de hombros –No pude hacer nada para evitar que se la llevara

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