Como la noche y el dia (Yaoi)

2. Como perros y gatos

---Hiromi---

El profesor balbucea una fórmula que más tarde tendremos que aplicar pero lo único en lo que consigo pensar es que me tenía que haber saltado esta clase.  A menudo me las salto con Keiji, subimos a la azotea y mientras él fuma yo me echo una siesta. Ya ha pasado un mes desde que vengo a esta escuela y en las clases paso el tiempo necesario como para que no llamen a mi madre, no quiero tener nada que ver con esa mujer. Esta escuela tampoco está mal, incluso le estoy cogiendo cariño al profesor calvito. Me río en bajo al pensar en lo ridículo que ha sonado eso.

- ¿Se puede saber que hace tanta gracia, señorito Nakamura?

- Nada -Suspiro molesto.

Retiro lo dicho, al calvo nunca le voy a tener apego. Maldita sea, las ciencias son tan aburridas que no puedo estar atento, la única ventaja de esta clase es que cambiamos de aula al laboratorio, donde nos sentamos en parejas y evidentemente yo me siento con Keiji y nos pasamos hablando todo el día.

-Se ríe porque habrá visto su cara en un espejo.

Me giro hacia el origen de esa voz y ahí estaba, sonriendo burlonamente. Desde el primer día que puse un pie en este edificio tengo un grano en el culo que se llama Riku Yoshida. Por alguna razón la ha tomado conmigo y quizás porque parece inofensivo no le he pegado todavía, pero me parece que un mes aguantando ya es suficiente. Sin pensarlo dos veces me levanto a darle un puñetazo y destrozarle esa preciosa cara.

- ¡Nakamura y Yoshida! Estoy harto de que interrumpáis la clase, esta tarde os quedáis en el aula de detención.

Estaba a unos pocos pasos de mi meta cuando me doy cuenta de que el aula de detención es lo más cercano a que llamen a mi madre. Ser menor es una mierda. El rubio suelta un suspiro de alivio y acto seguido me mira con una sonrisa. Lo único que hago yo es sentarme de mala gana mientras veo que Keiji tiene lágrimas en los ojos de aguantar la risa, cuando no pudo aguantar más el calvo le echó de clase por montar tanto escándalo. Esta tarde va a ser interesante. 

El resto del día pasa como un día corriente, a excepción de que el rubio no me volvió a dirigir la mirada, podría acostumbrarme a esto. Ahora voy a paso lento por el pasillo, llego tarde al aula de castigo. ¿Debería de correr un poco? Si no me llega a avisar Keiji ni siquiera me habría acordado. Cuando creo que he llegado abro la puerta con desgana, dentro del aula hay dos personas que lo único que hacen es mirarme mal, pero ya estoy acostumbrado a ello así que no de doy importancia. El calvo posa el libro que estaba leyendo para recibirme.

- Llegas tarde

- Ya lo se

Me siento en la primera silla que pillo y me cruzo de brazos dispuesto a echarme una siesta el resto de la tarde. No pasa mucho tiempo antes de que me duerma y de que me despierte el sonido del móvil del calvo. ¿Eso esta permitido? Debería castigarse una tarde entera en el aula de detención. 

- ¿QUE MI COCHE QUÉ?  -Colgó el móvil- Que ninguno de los dos se mueva de aquí.