capitulo 23. Mi pequeño gran amigo.

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CAPITULO 23. 

Aquella mañana me levante más tranquila de lo esperado, teniendo en cuenta que ese mismo día empezaría el torneo y que yo era la más pequeña de los tres y la que tenía menos experiencia. Aquel era mi primer curso de magia, joder. En el desayuno, en vez de miradas de odio (las cuales también había), note más de una mirada de pena, como si la gente pensara que me iba a enfrenar al mismo Satanás. Cuando por fin acabó aquel extraño desayuno, me fui a poner la túnica para la primera prueba. Esta era roja y dorada como los colores de mi casa y en la espalda debía llevar mi apellido pero yo me negué y tan solo ponía Jennifer.

Cuando estuve vestida fui a ver a Sophie antes de que me explicaran la primera prueba, esta me estaba esperando en la entrada del colegio mucho más nerviosa que yo.

-Jennifer. –dijo mientras me saludaba temblando.

-Sophie, tranquila no me va a pasar nada. Además lo normal es que tú me tengas que calmar a mí, no yo a ti.

-Lo sé Jenny, pero me da miedo que te hagas daño. Ellos han practicado magia durante seis años y tú… solo lo que te ha enseñado Fred –dijo lo último en un susurro.

-Tranquila, recuerda que yo he superado cosas que ellos ni se imaginan y estoy más sana que una rosa. –Aquello en vez de tranquilizarla la agobio más.

-Está bien, tú solo ten cuidado.

-Siempre.

-Buena suerte Jenny. Te estaré animando todo el rato junto con Clara, ella no ha venido pero también te apoya. –dicho eso me dio un abrazo y ambas salimos a los terrenos, ella para dirigirse junto a Clara y yo para que me contarán las prueba junto con los otros campeones.

-La primera prueba será la misma que hubo años atrás, deberán luchar contra un dragón para conseguir un cofre en el que se encuentra la siguiente pista. –Dijo la directora – ahora seleccionen dragón metiendo la mano en esta bolsa de lona y escogiendo a la miniatura del que será su contrincante.

El primero en escoger fue Luck el campeón de Durmstrang, luego Sarah y por último yo. Me toco un dragón bastante feo para ser sinceros, era grisáceo con una larga cola acabada en un ¿martillo?, ¿pero, qué coño? Cuando la directora vio el que me tocó ahogo un suspiro. ¡Genial, ¡me había tocado el peor!

El primero en participar fue Luck, este lo hizo increíblemente bien, le continuó Sarah a la cual se la resistió un poco más pero la cual también lo logró. Por fin me tocaba a mí y estaba demasiado tranquila.

-Los dos primeros ganadores, han competido y han ganado. Ahora es el turno de la joven Potter – coño, que obsesión con llamarme Potter y no Jennifer.

Salí de los vestuarios y me encontré en un terreno lleno de piedras las cuales sobresalían en diferentes ángulos puntiagudos,- si te das contra eso no va a ser agradable- me dije a mi misma, para luego seguir caminado hasta visualizar el pequeño cofre varios metros varios debajo de mi posición. En el momento en que salí se oyó un suave aplauso y entre la gente pude distinguir a toda ¿mi familia?, pensé que ni siquiera se presentarían y menos que estarían con esa cara de pánico, luego mi mirada se paró en Sophie la cual grito:

-Vamos Jenny, eres la mejor. ¡Tú puedes! –a lo que todos mis “compis” la respondieron con miradas de interrogación pero ella las ignoró. Yo tan solo la salude levantando un pulgar, para luego buscar al dragoncito con la mirada.

¡Ostias, que bicho! Pensé en cuanto entró en mi radio de visión. De un salto baje varios metros ante la atenta mirada de todos los presentes y me coloqué enfrente a él, este me saludo escupiéndome fuego, el cual esquive poniéndome tras una roca. ¡El fuego hay que cortarlo! –grité, para luego salir de mi escondite y lanzarle un hechizo:

-Extinguishon spell –dije haciendo que el fuego dejara de salir de la boca del bicho.

Aquello arrancó una ovación la cual ignoré, estaba demasiado ocupada esquivando la maldita cola de martillo de mi amiguito. Hasta que de repente un grito me distrajo:

-Jennifer, cuidado- grito mi madre. ¡No me digas y yo que creí que estaba pasando el rato!

Conseguí esquivar el golpe por poco por culpa de la distracción. Pero para mi desgracia para el siguiente no fui lo suficiente rápida y la enorme cola me golpeo en el estomago, lanzándome a la otra punta del estadio haciéndome chocar de espaldas contra las malditas piedras. Lo que había pensado al principio era verdad, no fue agradable y menos resbalar por ella clavándome todas y cada una de las malditas piedras. Por lo visto aquel golpe sí que agobio más al resto de los allí presentes, pues se escucho una profunda exhalación. Me levanté despacio notando como el dolor se extendía rápidamente por todo mi cuerpo, para luego esquivar otro golpe, saltando a una piedra más baja. Pero mi mareo me jugó una mala pasada, que junto al hecho de que mis reflejos habían disminuido, logró que me llevara otro golpe por parte de mi gran “amigo”. Una vez más salí volando por los aires chocando contra otro gran muro de piedras, rebotando y cayendo al suelo con un golpe sordo, el cual me robó el aire de los pulmones. Sentía como todo me daba vueltas, como el dolor se extendía por toda mi columna y como mi consciencia corría peligro de perderse. Pero justo cuando estaba a punto de perder la consciencia por completo oí un grito:

-¡¡Jennifer!! – mis padres y mi hermano habían gritado a la vez. –por favor, sacarla de ahí. La va a matar –continuo Ginny. ¡Gracias por el voto de confianza! No la podía culpar, iba bastante mal.

-Jenny, levántate. –Esta vez era Sophie –Tú y yo sabemos que te has enfrentado a cosas peores, enséñales a estos memos de lo que estas echa. – y con sus palabras me levanté como pude. Pues sus palabras me habían recordado a lo que siempre me decía Daniel, que no debía rendirme y que siempre debía seguir adelante. En cuanto estuve totalmente estirada mi mareo se intensifico, a la vez que el dolor de mi cabeza.

En cuanto mi amiguito se percató de que volvía a estar en pie no se le ocurrió nada mejor que volver a lanzarme la cola, pero esta vez conseguí esquivarla y él perdió el equilibrio. Momento que yo aproveché para dirigirme al centro del campo a la piedra más alta, donde se encontraba el cofre. Al llegar no lo cogí, si no que me quede estática de pie, mientras el grandullón se paseaba a mí alrededor. El silencio se hizo en el estadio y todo lo que se podía oír eran los murmullos y gritos ahogados de todos los presentes, quienes reiteraban sus pensamientos de que estaba loca. Pero en realidad solo esperaba el momento adecuado, el cual llego cuando noté la respiración del grandullón en mi cuello. Me giré, levante mi varita y dije alto y claro:

-¡Petrificus totalus! –en ese instante el dragón se quedo totalmente estático, a lo que seguí con un -¡Expulso! –en cuanto lo pronuncie el dragón salió volando contra la pared contraria y explotó.

Me agaché cogí el cofre y en cuanto estuve recta nuevamente y las aclamaciones comenzaron tosí, pero cuando me aparté la mano había sangre. ¡Mierda!-pensé. Y en ese momento todo a mí alrededor se volvió negro y antes de que pudiera darme cuenta estaba en el suelo. Lo último que escuché fue:

-¡¡Jennifer!!- no fui capaz de ponerle cara a aquella voz.

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La historia avanza y me pregunto si os va gustando o no.

Me gustaría que comentarais y votarais, yo siempre procuro contestar a todo, tambien queria deciros, que a partir de ahora subiré menos seguido, los examenes etc, etc.

Pero no por eso voy a dejar de subir.

Eso es todo, un abrazo.

         Janire.

Jennifer Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora