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El sol salía lentamente, entrando por la ventana y haciendo que el típico rayo de luz chocara en el rostro de Jake, quien por su parte sólo hizo una expresión de molestia y colocó su mano en frente para evitar que continuara encandilandose.

Miró todo muy confundido, estaba en su departamento, no recuerda cómo fue que llegó a parar justamente en su cama. Observó el reloj de su muñeca; eran las 11:50 hrs. Abrió los ojos como platos y se maldijo por lo bajo al quedarse dormido, no había ido a la Universidad, tampoco es como si tuviera ganas pero no podía bajar las notas por que su beca no se lo permitía. Se levantó dispuesto a hacerse algo para comer, pero el dolor en su vientre lo detuvo un momento, haciendo que posara los brazos en sus costados.

Qué demonios?

Se subió la camisa un poco, observando su estómago; al ver lo que tenía este, quedó espantado. Pues se encontraban dos grandes moretes, de color morado verdoso, y aún no habían desaparecido los chupetones de Louis.

Louis.

Ahora ya recordaba todo, claramente fue Tomlinson. Pues nadie más hubiera provocado esos daños. Los recuerdos empezaron a llegar a su memoria; podía recordar perfectamente cuando Louis lo aventó a su casa, de como lo golpeaba, también de como lo desnudó y se encargó de llenarle el cuerpo de puros chupetes los cuales ahora dolían mucho, luego de dormir abrazado a su lado, reclamando su maldita "propiedad". El tan solo recordar le daba asco y ganas de vomitar, pero una duda se coló en su mente; por qué Louis lo había besado? Si tanto dice odiarlo y no soportarlo. Por qué se encargó de que no se acercara a Harry? Ni de que tuviera amigos hombres?

No entendía nada, se sentía muy confundido por todo lo que estaba pasando en su vida. Llevó sus manos a la cara para restregarse los ojos con cansancio, pero apenas tocó su mejilla, no pudo evitar que un grito se le escapara. Tanteó la zona una vez más, que le pulsó hasta el alma, no debió haber hecho eso. Caminó al espejo del baño y su piel se heló cuando se observó su propio reflejo. Su ojo... y su mejilla estaban siendo invadidos por un color muy fuerte, un rojizo que no había forma de disimularlo. Jesús... no podía salir hasta que esa fea mancha desapareciera. Sería interrogado por todos, no estaba para soportar mucha presión.

Se dispuso a bajar las gradas con cuidado, le dolía todo de sobremanera. Se acercó a la refrigeradora para sacar el jamón, queso y todo lo necesario para un buen sándwich. El dolor era insoportable; y algo le decía que estaba a punto de enfermarse pues se sentía más caliente de lo normal, estaba muy débil y temblaba constantemente. Tomó el pan y la tostadora, hizo el emparedado con mucha paciencia, aplicando la delicadeza al hacerlo.

Una vez hecho, fue directo a la sala, encendió la televisión y miró la mesita de sala, en donde había dejado su celular. Frunció el ceño y empezó a revisar los mensajes. Por poco escupe todo al ver quién era el emisor; Harry le había mandado más de diez mensajes, y todos casi que con el mismo propósito: saber donde estaba y si se encontraba bien.

Rápidamente le contestó. De seguro el rizado estaba muy preocupado porque no asistiera a la Universidad, lo que más probable era cierto. Dejó su comida aparte y miró el móvil mordiéndose las uñas en   espera de una respuesta.

Más de diez minutos pasaron y no recibía nada. Jake soltó un suspiro y volvió a comer. Cuando terminó, se levantó a dejar los platos en el fregadero y lavarlos. Bebió lo último de su jugo y apagó la luz.

Justo cuando iba a subir para darse una ducha, el sonido de su teléfono vibrando llamó su atención. Corrió hacia el dichoso aparato, lastimándose pero tratando de ignorar el dolor.

El mensaje era de Harry.

"JAKEEEEEEEEEE AL FIN! ME ASUSTASTE CABRÓN, CASI LLAMO A LA POLICÍA PARA REPORTAR UN SECUESTRO O ALGO JAJAJA. POR QUÉ NO FUISTE A LA UNIVERSIDAD!? ESTÁS BIEN? ESTÁS ENFERMO? DIMEEE!!"

Homofóbico {LS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora