Largo Lunes de Pesadumbre

2K 4 0
                                    

Raub der Töchter des Leukippos (El rapto de las hijas de Leucipo), de Rubens, pintado sobre el 1617. El cuadro es impresionante pero ahora lo entiendo mejor que nunca. Y me consuela pensar que, al menos, no tengo unas carnes tan generosas.

Ha sido una noche larga y terrible. Para que te hagas una idea, acabo de volver a casa, me he duchado, he comido algo y sé que necesito dormir, pero ahora mismo no podría conciliar el sueño. No, sin contarte lo que me ha sucedido.

Hasta Rolando lo ha entendido sin que tuviera ni que pedírselo. Me ha dejado sola, diciendo que volverá luego.

Eso me da cierta esperanza, respecto a nosotros. Bueno, eso, y todo lo que ha ocurrido, anoche y en todo el día de hoy.

Ayer hizo sol, pero se veía bruma en el horizonte, en dirección al cementerio C. Bruma, y cielo sucio, aunque no llegaba a la intensidad de la tormenta que tuvimos durante días.

- Se acerca el momento - dijo Rolando, mientras tomábamos café en el porche, y organizó las tareas del día: él tenía que ir a recoger a unos compañeros que venían a Bilbao a ayudar con el Edterran (vamos, para entendernos, que venían los fumigadores profesionales) y Enrique y Jon se ocuparían de hacer rondas por los alrededores, para intentar reconocer los signos que indicasen la presencia del Edterran. Según él, el asunto terminará en cosa de días, de horas quizá, y hay que estar preparado. No contó conmigo para sus planes, al menos no de una forma directa. Quedó sobreentendido que me haría cargo de la protección de la casa, junto con el doctor Contreras - No te separes del arma que te di - me recomendó - Recuerda lo que ha dicho Hidalgocinis. Nunca se sabe cómo van a resolverse esas profecías al convertirse en realidad, pero más vale que estemos en guardia.

Me callé el comentario de lo que opino sobre las profecías de Hidalgocinis y sobre la credibilidad del propio Hidalgocinis. Vale, ha acertado muchas veces, pero... Perdóname si me lees, Hidalgocinis, pero tienes que entenderlo. Cada cual tenemos nuestra propia locura. La mía es aferrarme con uñas y dientes a lo que creía lógico incluso aunque se haya vuelto absurdo.

- Recordaré no gastar todas las balas - repliqué, con una voz que me salió sin tono alguno. Él me miró pensativo. No sé si sacó en conclusión que estaba enfadada. No lo estaba, sólo deprimida por lo que nos ocurría a nosotros y asustada por todo lo demás.

Rolando no había venido a dormir conmigo. Tras nuestra bronca por el asunto de Rosa María, no sé dónde se metió. Le vi allí, en el porche, y luego volvió a irse, sin prestarme mayor atención. Bueno, pensé, mensaje captado. Ambos necesitamos tiempo. Además, él tenía razón en estar tan enojado conmigo, no debí hablar así de la pobre Rosa María. Sé que no soy una persona simpática, pero tampoco soy injusta. Al menos, no mucho ni por mucho tiempo.

Para redimirme, pasé el día con Rosa María en el huerto. Mi madre y Beatriz estuvieron con nosotras, y el doctor Conteras, que se sentó a fumar bajo un árbol. Siempre me ha sorprendido que los médicos fumen, y se lo dije. Nos hizo reír mientras nos contaba anécdotas universitarias, y explicaba lo poco importante de arriesgarse de morir de cáncer de pulmón cuando lo más probable es que se te coma un Edterran antes de que se consuma la colilla. Supongo que tiene razón. A punto he estado de encenderme un cigarro, pero Beatriz no me ha dejado.

Luego, cenamos, vimos una peli en el dvd, y me vine a la habitación. Leí, me hice una limpieza de cutis (soy patética, como si Rolando fuera a percibir alguna diferencia), puse algún comentario en blogs de amigas... Blanca me tiene preocupada, espero que Hidalgocinis de verdad acierte y no la esté arrastrando a una muerte sin sentido. A mí ni muerta me convence para regresar al lugar aquel donde vi el Gran Huevo.

Estaba escribiendo mi entrada, que llevaba el título de "Largo Lunes de Pesadumbre", por mi estado de ánimo y mis rollos de siempre (y que parece mil veces más adecuado ahora), cuando oí el sonido lejano de un motor.

REBECA GOYRI. Asomándome al mundo, por si te veo...Where stories live. Discover now