cap.12

26.9K 1.2K 160
                                    


Al salir del baño no ví a Dylan, me acosté e intenté dormir pero no podía, ya eran las dos de la madrugada y no lograba conciliar el sueño.

Un fuerte ruido me hizo despertar, provenía de abajo, me levante con la pijama ya puesta y bajé las escaleras, la puerta del despacho estaba entre abierta y la luz estaba encendida.
Abrí la puerta y ví a Dylan en el suelo con la corbata desanudada y la camisa desabotonada de los primeros botones, enfrente de el había pedazos de vidrio, me acerque a el y pude ver sangre en su mano, sus ojos estaban rojos e hinchados a de haber llorado,

— Dylan que te pasó — tomé su mano y ví que se había cortado,

— Emma no me dejes —, me dijo y suspire,

— ven te voy a curar —, el se levantó y con mi ayuda llegamos a la cocina, estaba muy borracho, lave su mano y luego la seque, no quitaba su vista de mí, — deja de verme —, le dije y el negó con la cabeza,

— te amo Emma —, me dijo, — no te vayas de mi lado —, volvió a decirme,

— por qué me engañaste con Juliane —, le dije,

— ella me daba sexo, ya te lo dije —,

— No Dylan, porque la llevaste a la fíesta como tu acompañante, y por que la besaste —,

— ella me besó, intenté alejarla pero después imagine que eras tu, que me besabas tu — me dijo,

— Dylan despidela, despide a tu secretaria —, le dije y el me vió, enseguida asintió con la cabeza,

— ten por seguro que la voy a despedir Emma, por ti amor — me dijo y yo sonreí, le dí un casto beso en los labios, eso esperaba.
Le vende la mano y nos fuimos a acostar...

Abrí los ojos y ví a Dylan dormir profundamente, acaricié su mejilla, delinie su mandíbula en caricias, amaba a este hombre apesar de todo, el era mi único amor, deposité un beso en su mejilla y el abrió los ojos, sonrió al verme y besó mi frente,

— buenos días dormilón —, le dije, — ¿Iras a trabajar? —, el asintió de mala gana, — ¿quieres una pastilla para tu dolor de cabeza? —, el sonrió y asintió, supuse que tenía un terrible dolor de cabeza por su borrachera de ayer, me levanté y me dirigí a el, se tomó la pastilla y luego bebió un vaso de agua, el se levantó y se fue a duchar, yo suspire y me senté en la cama, sé que no la va a despedir, lo conozco y no es capaz de eso, podrá decir que me ama miles de veces pero ella siempre estará ahí presente entre los dos.

Dylan salió de la ducha y se cambió en el cuarto del closet, me levante de la cama y me adentré a este, abracé a Dylan por la espalda mientras se anudaba la corbata,

— te amo Dylan —, le dije con palabras sinceras, el dió la vuelta y me besó lo más apasionado que pudo,

— yo también te amo Emma —.

Disfrute de su último beso antes de irse a trabajar. Suspire y me dirigí a la habitación, tomé una maleta y empaque toda mi ropa favorita, al igual que mis zapatos, me puse unos jeans gastados al igual que la blusa blanca que llevaba y me puse mis tacones negros no tan altos, tomé la hoja de una libreta y empecé a escribir una carta,

Querido Dylan...

Se que no debí irme así sin avisar, tomé esta decisión mientras te duchabas hoy en la mañana, se que no despediras a Juliane, ella hace mejor el papel de tu esposa, hacen una maravillosa pareja como dijo el señor Marco en la mascarada, aunque me duela tanto admitirlo yo no soy la mujer que tu debes tener, tal vez encuentre el amor en el lugar en el que iré y tal vez si sea la mujer correcta para él.
Prometo contactar pronto contigo para los acuerdos del divorcio...

Te amo Dylan y cuando me prometiste robar mi corazón lo hiciste así, lamento no darte el placer que te hizo tanta falta. Te amo Dylan, y te ame tanto que solo espero amar a otra persona como lo hice contigo...
            
                               Emma..

¿Decidida a dejarlo?... Sí, le regreso su libertad, seré la antigua Emma, la niña universitaria con grandes sueños.

Tomé mis cosas y baje en silencio, frente a mí había un taxi que había venido a dejar al vecino de alado, le pedí que me dejara en el aeropuerto, al llegar me acerque a la señorita de ventas,

— Buenos días, quiero un vuelo para Miami —, le dije ella asintió y me entregó mi boleto, mi vuelo salía dentro de una hora, así que me fuí a sentar en la sala de espera, mi celular sonó y conteste,

— ¿hola? —,

— señorita Peterson, el señor me ha pedido que si no le podría hacer el favor de traer el folder negro que estaba en su despacho — era Juliane,

— señorita digale a mi esposo que vaya él que no tengo tiempo ahora estoy muy ocupada —, le dije y colgué.

Pov's Dylan.

— Dylan tu esposa esta muy enojada amor, me gritó —, dijo Juliane entrando a mi oficina, se sentó en mis piernas e intentó besarme pero me alejé,

— Juliane que te dijo —,

—que no, que vayas tu por que ella está muy ocupada —, me dijo yo suspire, saque a Juliane de encima de mí y me fuí a la casa de nuevo, que raro que allá dicho que no.

Al llegar bajé y entré al despacho, me dió curiosidad de ver a mi esposa y le pregunte a Brenda donde estaba,

— no ha salido de su habitación señor —, me dijo y yo asenti con la cabeza, subí al cuarto y al entrar no la ví, no estaba en el baño, ví un papelito en la cama y lo leí, cada palabra, esto no podía ser cierto, me dirigí al closet y no había más que unas simples prendas colgando, se había llevado su ropa, Emma me había dejado, sin dudarlo me fuí al aeropuerto y al llegar le pedí a una vendedora de boletos si había visto la mujer de la foto que tenía en mi celular, ella asintió,

— le he vendido un boleto para Miami —,

— ¿a que hora? —, pregunte desesperado,

— hace unos cuantos minutos, tal vez media hora —,

— todavía hay boletos —, dije ella asintió, me dió el boleto de segunda clase y fuí a la fila de revisión, no la hiba dejar ir tan fácil, ella es Mía, Mi mujer y no voy a permitir que se vaya a enamorarse de otro tipejo...

Su AmanteWhere stories live. Discover now