cap.2

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Amanecí en mi cama y ví que no estaba Dylan junto a mí, el se duchaba por lo que escuché en el baño, bostece y abracé mi almohada, y cerré los ojos, anoche me había dormido a las dos de la madrugada por ver películas románticas. ví la hora en mi reloj de mano que estaba en la mesita de noche junto a la cama y ya eran las ocho, me levanté como zombie y busqué mi ropa en el pequeño cuarto que era un closet el cual lo compartía con Dylan, en una mitad estaba su ropa y la otra mitad la mía. Al entrar ví la ropa de Dylan en el suelo y la agarré para meterla al cesto de ropa sucia, no antes de sacar lo que traía en su bolsillo, "hombres", cuando sacudí su camisa blanca un olor se desprendió de ella, era un olor a perfume, y de mujer, mío no era, total no lo abracé ayer y aparte mi perfume no huele así, pegué la camisa a mi nariz e inhale el olor, era desconocido, pero era de mujer, la regadera dejo de sonar y metí la camisa al cesto disimulando mi confusión. Fuí a agarrar mi muda de ropa y cuando ya la había tomado me dí la vuelta dispuesta a ir a ducharme pero choque con la espalda desnuda de Dylan, estaba mojada y su piel era muy suave y varonil.

— ¿te gusta la vista? —, preguntó él muy descarado, yo me sonroje al instante y le empuje un poco para salir del pequeño cuarto del closet, pero no pude, el se dió la vuelta y acuno mi barbilla con su mano y me besó, fue un casto beso, no tan profundo pero amaba sus labios.

buenos díassusurró en mis labios.

— vale quien eres, ¿el doble de Dylan?, ¿ me cambiaron de marido? —, le dije, y el sonrió, al igual que yo y besó mi frente, y me fuí a duchar, se está comportando raro.

Al bajar a desayunar me encontré a Dylan terminando su desayuno, Brenda me sirvió el mío y empecé a comer,

— me voy, tengo mucho trabajo que hacer —, me dijo y salió corriendo, se le había hecho tarde para ir al trabajo, ya eran más de las nueve y el entra máximo a las nueve en punto.

Al terminar no tenía nada que hacer, mi celular sonó y ví que era Tira, contesté.

— amiga necesito hablar con urgencia contigo — dijo desesperada, yo frunci el ceño,

—¿ estas bien, te pasa algo? —, le dije preocupada por la exigencia en su voz,

— no, Emma, a mi no me pasa nada, solo quiero hablar contigo —,

— ¿donde quieres que nos veamos? —,

— amiga ese es el problema, hoy no podré pero mañana a primera hora nos veremos en la cafetería de siempre —

— esta bien, me escaparé de Dylan, ya que es su día libre —, le dije y se despidió, no se porque no me lo dijo hoy, ha de estar ocupada, es su día libre de Marcus.

Me vestí para ir a clase de yoga, tenía el día libre y no sabía que hacer.

Tira no había venido a la clase, nunca viene hoy, pero mis amigas de la universidad quienes son Yara y Tifany las esposas de mis primos, me hacían compañía.
Después de una hora de "relajación" me fuí a traer a mis sobrinos, Jordan y Jimmy, ambos de preescolar, con 11 y 12 años de edad, ambos me saludaron y se acomodaron en el asiento de atrás del auto, mientras yo conducía,

— ¿a donde quieren ir hoy? —, les pregunté,

— queremos crepas y malteadas —dijo muy seguro Jordan el pequeño, ambos niños eran hijos de Thomas y Tifany, siempre me dejan pasar un día de la semana con ellos.

Los llevé al restaurant de la empresa de Dylan, donde ahí mismo quedaba juntos el hotel, restaurant y el edificio de la empresa.

Entré con los pequeños y un mesero me saludo amablemente reconociendome, todo el mundo aquí me conocía.

— señora Peterson, que gusto tenerla por aquí —, un mesero conocido me saludo.

— es un gusto estar aquí, Milton —, le dije al mesero y nos llevó a sentar a una buena mesa, bien los niños pedirían crepas y maltiadas al igual que yo, le dijimos al mesero nuestra orden y empecé a platicar con los niños.

Minutos después ví que apareció Dylan y otra mujer, yo reía de las locuras de Jimmy y supuse que había llamado la atención de todos con mi risa, me calme un poco y me sentía avergonzada, algunas personas me veían curiosas y luego volvían su vista a su comida.

Dylan se acercó a mi seguido de la mujer y me besó la mejilla,

— ¿que haces acá? —, preguntó,

— mis pequeños querían crepas —, le dije mirando a los traviesos que jugaban con los tenedores a los espadachines,

— Emma, te presento a Juliane mi secretaria, Juliane ella es Emma... mi esposa —, nos presentó y Juliane era muy bonita, era rubia, alta, delgada, de ojos azules y sus rasgos era muy finos, me hizo sentir incomoda por su belleza yo apenas y le llegaba a los talones, aunque admito que tengo lo mío. Me levante y le dí un beso en la mejilla, al hacerlo sentí un olor conocido, el perfume impregnado en la camisa de Dylan, recordé, era el mismo, eso hizo sentirme incómoda,

— mucho gusto —, dije y fingí una sonrisa,

— te incomoda que nos sentemos con ustedes —, dijo Dylan, ¿sentemos?, ella aquí,

— no, adelante — dije amable, el se sentó junto a ella y eso me molestó un poco, ellos ordenaron, y esperamos nuestro almuerzo,

— Tia Emma, Linkin park dará dará un concierto en Los Angeles, y quiero ir, pero el idiota de mi padre no me deja —, dijo Jimmy, yo agrande los ojos ante tal insulto hacia su padre, mis niños son amantes de la música rock de ahora, y cada concierto en Los Ángeles que hacían los grupos de rock ellos nunca faltaban.

— cariño, sé que tu padre es idiota, pero no debes decirle así —, le dije aguantando mi risa, cuando era pequeña solía insultar a mis primos,

— hay tía pero mi papá es idiota por engañar a mi mamá, se mete con la secretaria —, habló Jordan, Wow, agrande los ojos,

— ¿de que hablan? —, pregunté curiosa,

— ese día que fuimos a la empresa de papá lo acachamos en su oficina besándose con la ricitos de oro de su secretaria —, dijo Jimmy y yo no me lo esperaba, carraspee un poco incómoda,

— bueno pues, un día de estos cuando tu padre pierda a tu madre el va a saber el tesoro que perdió —, le dije sin saber que decirle, miré a Dylan un poco incomoda buscando ayuda, pero el estaba serio y tenso al igual que Juliane,

— y cuando quiera recuperarla mi papá habrá perdido a mamá para siempre, y yo llegaré y le daré una patada en las bolas —, dijo orgulloso Jordan, y agrande mucho más los ojos,

— ¡Jordan!, quien te enseñó ese vocabulario, eres un niño aun —, le dije y el se sonrojó, yo reí y el mesero llegó con nuestros pedidos, si la abuela lo escuchara es capas de desheredarlo.

Después de algunas historias de todos, me despedí de Juliane y Dylan, el me dijo que llegaría tarde y yo le comprendí, no nos gustaba hacernos mucho cariño frente a los demás, ya que era incómodo y aparte lo veía muy tenso esos momentos.

Su AmanteWhere stories live. Discover now