Hermanastra de BTS

CAPÍTULO 10

-¿Pero qué pasa?-volvió a preguntar al ver que no reaccionaba.

Se fue a ver lo que estaba viendo, pero yo me interpuse en su camino.

-Nada, nada, una pregunta- le dije, el asintió.-¿Recuerdas cuando te dije que os vi por la tele? Vale, pues fue cuando grabasteis Boy in Luv LA version, así que, pregunto, ¿sentiste algo o te sentías nervioso con ella? Es solo curiosidad, no sé, hay rumores de que muchos Idols se han enamorado así y era para que sepas que puedes confiar en mí.-pregunté avergonzada por mi pregunta, pero es que de verdad tenía que saberlo.

-Quieres decir, ¿si me gustaba?-asentí lentamente.-No, por dios, soy demasiado torpe para esas cosas, y más con las chicas, además no me interesaba.-suspiré de alivio por la noticia, y me arrepentí al instante.

Se dió cuenta.

-¿Por qué lo preguntas?-dijo levantando una ceja.

-Yo?Oh, por nada, por nada. Solo es curiosidad, simple curiosidad... Ahora vete, tengo que dormir. Si no duermo al menos nueve horas me levantaré como un zombi. Físico y mentalmente.-le dije empujándolo de mi habitación mientras el reía por el comentario.

En serio, este chico me va a matar algún día.

Me acosté en la cama.

Cerré mis ojos permitiéndome soñar.

Al día siguiente:

-Ji, despierta.-oí una voz, pero la ignoré. -Ji Hyeon, venga despierta, hay cole.-no reconocía la voz.

-Cinco minutos más mamiiii...-supliqué revolviéndome en la sábanas.

-Estoy muy lejos de ser tu madre, Jiji.-en ese momento lo reconocí.

Jungkook.

No podía verme recién levantada.

-¡KOOKIE!-salté de la cama y lo eché de la habitación sin que me viera la cara.

Seguramente este pensando que estoy loca pero ahora mismo me da igual.

Me puse el uniforme que estaba encima de la silla ( no sé como ha llegado ahí si yo lo tenía en el armario), me peiné y me lavé la cara.

Bajé y ahí se encontraba mi dulce Kookie devorando (literalmente) los cereales. Me reí por la escena que estaba viendo. Me mira y después, sonríe.

Esa empalagosa sonrisa.

Me puse a comerme mi tostada con mermelada.

-Kookie, ¿cómo es que me despertaste hoy?-pregunté, ya era raro verlo en mi habitación, mucho más despertándome.

-Bueno, tu madre tenía que ir hoy más temprano al trabajo así que me dijo que te despertara yo.-me explicó después de terminarse su tazón de cereales.-Por cierto, eres muy adorable durmiendo.-dijo guiñándome un ojo.

¿Dónde esta el tímido Jungkook?

Me sonrojé, mucho.

Terminé mi tostada, recogí las cosas y cogí mi mochila.

-¡Vamos Kookie!-dije abriendo la puerta.

-Ya estoy.-contestó poniéndose al lado mía.

Caminábamos uno al lado del otro. Me fastidia demasiado no verlo en las clases. Me voví y estuve mirando. Me fijé en un lunar debajo del labio inferior y otro en el cuello. Combinan tan bien con ese color de piel, y su pelo... Todo es perfecto. No sé como creí que lo que sentía por el imbécil de mi novio era amor. Nunca sentía lo mismo cuando el sonreía,cuando reía, cuando hablaba. Podría contar con los dedos de una sola mano todas las veces que me sonrojé por él. En cambio con Kookie, es una sensación maravillosa. Es como estar en las nubes con un Dios. Él.

-¿Por qué me miras tanto?-preguntó sin dejar de mirar al frente.

Mierda, me descubrió.

No sabía que aún le seguía mirando.

-Em, eh, estaba pensando en ,ah... -no podía hablar, era demasiado vergonzoso.

¿Ahora que le digo?

"Lo siento Kookie, estaba admirando tu belleza porque estoy perdidamente enamorada de ti, ah, por cierto, me dí cuenta de que tienes dos lunares."

Venga ya.

Bajé la mirada sin saber que decir.

Gracias a Dios estábamos entrando en la escuela así que nos tendríamos que despedir.

-Bueno, chao.-dijo acercándose a mi dándome un abrazo, seguido de un beso en la frente.

Gracias Jungkook. Gracias a ti parezco un tomate.

-Te veo en almuerzo.-me dijo para seguir su camino a la clase.

-Adiós.-dije casi en un susurro.

Se volvió y me dedicó una sonrisa.

¿En serio? ¿Por qué a mi?

Me dí la vuelta, ya que mi clase estaba en la dirección contraria a la de él.

De camino a la clase, ví que las chicas me miraban con odio, y como no, por la escenita de Kookie.

Cualquiera estaría enfadada si viera a la nueva relacionándose con los famosos, y otras, que llevarán más, no les habrán podido dirigir ni la palabra.

A eso le llamo envidia.

Seguí caminando hasta que divisé a Min al lado de la puerta de clase, Eleanor no está ya que es un año mayor y está en la clase de Kookie.

La abracé.

-¿Qué tal?-me pregunta, sentándonos en nuestros asientos.

-Bien,¿y tu?-respondí con la misma pregunta, sacando mi libreta.

-Bien.-dijo soltando un suspiro demasiado largo.

-¿Qué pasa?-pregunté por el suspiro.

-Nada.-dijo soltando otro suspiro, que a mi parecer, es más largo que el anterior.

-Venga dí.-dije.

Abrió la boca pero en eso entra el profesor con una cara de pocos amigos.