❁ Capítulo 14

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El coma es este tipo de trance en el que tu cuerpo está completamente paralizado, pero tu mente aún funciona. Estar en coma puede afectar tu cerebro en gran escala. El despertar o no del mismo depende de diferentes factores, ya sea el tratamiento que reciba, o la causa del mismo. Una persona que no despierta de un coma, pues se le llama que tuvo una "muerte encefálica" ya que su cerebro tuvo daños muy severos, y sufrió una muerte. Se les protege entonces siendo mantenidos con vida a través de un tubo de aire, el cual les protege de que mueran de asfixia al no poder respirar por sí mismos, ya que su cerebro no envía las señales y los comandos a las diferentes partes del cuerpo, al estar sufriendo una muerte encefálica.

Shirley cerró la ventanilla y dejó de copiar en una libreta todo lo que había leído. No había pegado el ojo desde que habían vuelto a poner el internet. Le había bajado la fiebre la cual le había subido cuando estuvo hablando con Andrés. No entendía cómo él había logrado comunicarse con ella, pero lo había hecho. La rubia había estado investigando todo lo posible acerca de las comas, los juncos, y las causas de los mismos. Pero aquello en lo que estaba Andrés, no era una coma normal. El no tenía una muerte encefálica, ni había tenido un trauma el cual le causara una convulsión cerebral. El había sido inducido a una coma. ¿Cómo? Eso le tocaba a ella descifrarlo, y no tenía mínima idea de como.

Otra ventanilla hablaba acerca de cómo los juncos eran planta la cual mantenía en balance a los dioses del cielo, y a los de la tierra. Crecía cerca de las aguas, pues era quien mantenía el balance entre aquellas criaturas que yacían acá, y las que pertenecían a los aires. Los juncos podían ser usados en contra de aquellas criaturas que pertenecían al mar ya que no formaban parte de la unión de los dioses del cielo, y los de la tierra. Eran más una planta maldecida para aquellas criaturas del mar.

La rubia cerró el ordenador, y se tiró hacia atrás en la cama. Sintió algo en la parte baja de la espalda, y se incorporó para sacarlo de allí. Era el libro de Katie. Era una especie de cuaderno rectangular un poco viejo. No parecía algo normal. Andrés no había tenido la oportunidad de saber que era aquel libro, pues había se lo había colocado en la parte de atrás de su abrigo y entre su pantalón para no ser cogido en el acto cuando salían de la casa de la bruja, y de Katie. ¿Cómo sabía entonces que era su diario?

Intrigada lo abrió, y lo primero que cayó fue una noticia. Llevaba de por fecha 19, Abril, 2004. La noticia hablaba de una tragedia ocurrida en la bahía de Blue Waters. Algo nunca antes visto. Aparecían comentarios de los vecinos diciendo cuan asustados estaban, y como solía ser eso un pueblo muy tranquilo, y nadie jamás moría que no fuera de vejez. La página en la cual estaba colocada la noticia con una pegatina llevaba una ficha en la cual tenía descripciones de un humano. Shirley comenzó luego a pasar las páginas y para su sorpresa cada una llevaba una noticia con un una ficha en la parte de atrás. Las fichas estaban escritas a mano y tenían tachones. Era como si quien lo había escrito iba investigando o adivinando quién sería la próxima víctima. Cada año, una diferente. Shirley pudo notar como los comentarios de los vecinos cambiaban con cada año. Ya no hablaban de cuan tranquilo era el pueblo, y de como nadie moría asesinado, sino que le aseguraban al público que era un sitio tranquilo y que quizás era solo una manada de peces que salían del mar ciertas épocas del año a esa bahía por lo que se advertía no acercarse ahí si no se tenía la debida precaución.

La segunda noticia llevaba por fecha Octubre 3, 2005, la tercera Marzo 29, 2006. Iban año por año, una víctima diferente, y una fecha diferente. No había un patrón, no iban a por gente de una misma familia, o en la misma fecha. Las fichas no especificaba el nombre de las víctimas, pero se le describía fácilmente. En las noticias aseguraban que las víctimas no eran identificadas por la policía, pero cada año también desaparecía una persona. Shirley tomó su ordenador y comenzó a investigar acerca de las víctimas desaparecidas, y aquellos casos de asesinatos en la bahía. Los periodistas informaban que la policía no podía ligar los casos de los desaparecidos con los asesinatos ya que los cuerpos no podían ser identificados al quedar completamente despedazados. Informaba que el corazón de la víctima siempre quedaba en la escena del crimen, pero que su ADN, y todo aquello con lo cual podría ser investigado quedaba completamente estropeado, y no se era capaz de saber lo que había causado el crimen, o quien era la persona.

«Debe ser un asesino en serie muy inteligente. Quizás un científico, alguien que sepa manipular bien el ADN. No es fácil jugar con el cuerpo humano y con las pistas de esa forma.»

Shirley leyó los comentarios de los lectores de aquellas noticias uno por uno, pero no encontró nada. Retomó su lectura de aquel maléfico libro de Katie, y regresó nuevamente a la tercera noticia. Octubre 3, 2005. Eso había sido siete años atrás. Siete años que nadie había vivido en aquella casa, siete años de la desaparición de la niña que ocupaba el cuarto de Aquata. La rubia arrancó la pegatina y leyó la ficha en voz alta :

«Nombre :

Edad : 9 años

Color de pelo : rojo natural

Color de ojos : verde ordinario

Estatura : 4"9»

El corazón de Shirley se detuvo. Tomó nuevamente su ordenador y buscó el nombre de la chica desaparecida que vivía en aquella casa. Julia, Julia Padrón. Abrió el sitio de las imágenes, y sus manos se tornaron frías como si las hubiera puesto dentro de una cubeta llena de hielo. La chica de las imágenes era la misma la cual la ficha describía.

Shirley comenzó luego a contar los años con sus dedos. Si para su desaparición tenía 9 años, tendría en ese momento 18 años. Shirley comenzó a comparar los nombres de los desaparecidos con las características de las fichas, y todos llevaban las mismas descripciones. ¡Eran las mismas personas!

La rubia aún necesitaba descifrar algo, y era el porqué de las fechas. No tenían nada en común. Eran días ordinarios como cualquier otro, y eso no podía ser así. Ellos debían tener algún día en el cual atacar. Shirley estaba segura de que aquello era a obra de las arpías, y que ellas estaban detrás de todo aquello.

Por una última vez la rubia abrió el buscador en línea, y comenzó a escribir las fechas en la barra de búsqueda. Comenzó por 19 de Abril, 2004.

«Un periodista iraquí y su conductor mueren en un ataque de EEUU.

Banco es responsable del pago a los depositadores.

Trabajadores de caminos siguen en paro.

Uno de cada dos estadounidenses usa red de banda ancha.

Eclipse solar.

16 heridos al hundirse el suelo de una sala de espera de un hospital en Barcelona.»

Shirley buscó luego Octubre 3, 2005.

«Nuevo programa de Microsoft Office permitirá guardar archivos en PDF.

Se arresta hombre por estrangular hasta la muerte a su novia.

La chimpancé Ai Ai deja el tabaco.

Eclipse solar.

Acusan a londinense de vender acciones que no le pertenecen.

Las ventas turistas marcan un récord tras crecer un 4.6%»

La rubia cerró el ordenador y escondió el cuaderno debajo de su cama. Caminó en dirección al cuarto de Andrés y abrió la puerta. El no había cambiado de posición. Su cara estaba serena, pero a la vez se le sentía muy atribulado.

—Creo que no me puedes escuchar, lo dudo mucho. Y no sé como has hecho lo de orita, lo de hablarme, pero creo que sé exactamente lo que está pasando. Desconozco a la vez todo, pero he encontrado una conexión entre los días, he encontrado una conexión entre todo. Aguanta un poco más.


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¿comentan su opinión? ¿qué creen que descubrió Shirley? hice este un poco más largo. aún no me acostumbro de nuevo a escribir mega largos capítulo, quizás ya mismo me hago a la idea de escribir nuevamente novelas, y algo que no sea poesía. ☺

Aquarius - Una saga de sirenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora