Apto para malpensados

305 43 18
                                    

Continuando con mi manía de destripar escenas románticas en vez de vivirlas, en esta oportunidad les traigo instrucciones para crear momentos de tensión sexual sin resolver. O sea, les enseñaré a coquetear.

Son esas escenas donde dos personajes tienen química, se miran intensamente, saltan chispas y el lector empieza a chillar que consigan una habitación de una condenada vez.

Este es un elemento que abunda en mis novelas porque me encanta como escritora y lectora. Es la parte más divertida del ritual de apareamiento postmoderno.

He aquí el primer elemento que hay que tener en cuenta:

La personalidad

¿Qué sucede cuando intentan hacer coquetear a dos introvertidos, tímidos y demasiado serios? Nada. Los matapasiones no son buen material para crear tensión sexual.

Los personajes pueden ser más serios o más alegres, fríos o cálidos, pero es necesario que ambos tengan un lado desafiante, coqueto, atrevido, bromista, burlón o malpensado. Es imprescindible para construir una buena química. Esta faceta puede aparecer muy poquitas veces pero es un hecho que existe.

Un personaje muy descarado se lanza de cabeza a seducir a su interés romántico y nos resulta muy fácil crear esas escenas. Uno más tímido puede aportar en la construcción de la tensión sexual con sus pensamientos malpensados o reacciones torpes. Alguien más orgulloso que supuestamente no está interesado en su pretendiente igual puede aportar al coqueteo al responder con desafío o ironía seductora.

Clave en cinco pasos:

Para construir una escena de tensión sexual pasa esto:

1. Sucede un acercamiento físico o contacto visual.

2. Un personaje debe decir o hacer algo provocador. A propósito o sin querer.

3. El otro debe reaccionar dejando claro que no es indiferente.

4. Un revoltijo de descripciones o más diálogos para alargar el momento.

5. Retroceden con la promesa silenciosa de algún día terminar lo que empezaron.

Por ejemplo:

—Nada de picante. —Lo guardó en un estante lejos de su alcance—. No seas rencorosa.

—Lengua débil.

Él se giró hacia ella y se inclinó hasta que su aliento le rozó la oreja. Habló a susurros que le pusieron la piel de gallina.

—No tienes idea de lo hábil que puedo ser con mi lengua, Miamore.

Ella se obligó a no reaccionar. Sus músculos estaban contraídos, su corazón latía a gran velocidad, pero su rostro permaneció inmutable.

—No provoques a una mujer armada, gato rompehogares.

Él soltó una risita malvada. Decidió que ya la había sacudido lo suficiente y se concentró en su parte del almuerzo.

Procedamos a desglosar esos pasos:

1. La puesta en escena y el acercamiento:

Los personajes están haciendo algo cotidiano, juntos o cada uno por su lado. Se gustan pero uno o ambos no está listo para admitirlo. Pueden estar bromeando, discutiendo o concentrados en su tarea (depende de la dinámica que el escritor les haya dado, si son amigos, enemigos o conocidos).

De repente, se dan cuenta de que sus cuerpos, bocas o manos han quedado muy cerca.

Entonces levantan la mirada y se miran a los ojos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 20 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Guía de supervivencia para escritores onlineWhere stories live. Discover now