Otra vez.

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.

Dos meses para la boda.
Agustina investiga sobre su padre junto a Matias, Juani y Fran.
Hasta hoy. Lo encontro. Acordaron verse en cierto lugar a tal hora.

- ¿Agustina? - sono detrás suya. Mati suspiro y se dio vuelta, encontrandose a el hombre que más odiaba. Ella lo hizo, con lágrimas en sus ojos.
- Fernando. - dijo la chica. Le extendio la mano y se sentaron en una mesa de café.
- Sin rodeos, chicos, ¿para qué quieren verme?
- Quiero saber porque hiciste todo lo que hiciste. ¿Por qué nos dejaste? ¿Por qué golpeabas a mamá? ¿Por qué le eras constantemente infiel? ¿Por qué fuiste una mierda de persona? - contestó la pelinegra, con una mirada fría y punzante.

Narra Enzo.

Hacía media hora que mi prometia había dejado la casa para encontrarse con su padre. La familia, ¿no?
Estaba haciendo el café, cuando recibo un llamado de mi madre.

- Ma, ¿qué haces?
- Es tú padre, Enzo. - escuche la voz de mi mamá entrecortada, ahogada por lágrimas. Murmullos y gritos ahogados de tristeza e impotencia de fondo.
- ¿Qué pasa, mamá? ¿Están bien?
- Lo mataron.

Sentí como un escalofrío recorría mi espalda, como unas manos me ahorcaban, como el aire ya no me pasaba, como las palabras no salían de mi boca. Mi vista nublosa, mis manos temblorosas, un pitido intenso en mis oídos que me hacía querer gritar. Mis piernas debilitadas, un dolor de pecho insoportable.
Mi padre fue asesinado.
¿Por qué? ¿Quién fue el desgraciado? ¿Cómo fue? ¿Qué está pasando? ¿Qué me está pasando?

- ¿Qué? - murmuré, casi inaudible. Ella no lo escucho. - Mamá.
- Estamos en el hospital, su corazón casi no palpita ya. Le dieron dos tiros en el pecho para robarle, dijieron que no hay nada que hacer.
Simplemente colgue el telefono. No podía asimilar esto. El destino no podía hacerme esto, no a dos meses de casarme, no a él.
Caí de rodillas al piso, tirando el celular, que se estrello brutalmente contra este. Me vi vulnerable, arodillado y aturdido, sin poder hablar, llorando. Si realmente existe algo superior que hace esto, pues consigue lo que quiere. Mi vulnerabilidad.
Caí completamente al piso y ahí fue cuando cerre los ojos. Sentía como Uma me lamía y Ada maullaba, pero ya nada me levantaba.

Narra Agustina.

- Forro de mierda. - dije, caminando hacía mi casa. - No tiene filtro. ¿Tan fácil fue, posta? ¿Tan divertido era golpear a tu esposa? La puta madre.
- Ya está, Agus. - murmuró Mati. Yo se que a él le dolía igual, lo sé. - Me voy a casa con Mi, ¿venis?
- Voy con Enzo. - no dije más, me fui de allí, al borde de llorar.

Entre a mi departamento bruscamente, azotando la puerta.

- Amor, llegue. - no hubo respuesta. Escuchaba a las gatas maullar, pero nada. - Amor. - repetí.
Deje mis cosas y empecé a investigar el living con la vista, nada.
El pasillo, nada.
La cocina, ¿Enzo?
- Vida. Enzo, Enzo. - grite mientras corría a él. ¿Qué carajo hace tirado en el piso? ¿Se desmayo? - Ey, amor, amor. ¡Enzo! - lo sacudía con mi mayor fuerza. No se movía, nada. Toque su pulso, estaba bajo, no se sentía casi nada, apenas respiraba.

2 palabras, 5 letras.Where stories live. Discover now